Hoy se pueden ver las películas nominadas al Oscar, el último capítulo de la serie “Game of thrones”, los recitales del artista favorito o el próximo partido del seleccionado argentino de fútbol en cualquier momento y en diferentes dispositivos por fuera de la TV.
¿Se está viendo menos televisión? ¿O se está viendo más pero sobre más diferentes tipos de pantallas? ¿Significa esto que la televisión absorberá la Red, o viceversa? ¿O ninguna de ellas?
Se asiste a un cambio de paradigma en la forma en que se ve televisión. La vieja idea de la familia reunida frente al televisor ya no puede ser aplicada como una imagen representativa de la realidad. Hoy se pasa del paradigma de la oferta al de la demanda.
Con la masificación de Internet, el crecimiento de los dispositivos móviles y una creciente personalización de los contenidos, los hábitos de consumo de los televidentes han cambiado.
Hoy se pueden ver las películas nominadas al Óscar, el último capítulo de la serie “Game of thrones”, los recitales del artista favorito o el próximo partido del seleccionado argentino de fútbol en cualquier momento.
Esto sucede gracias a una veloz conexión a Internet y a plataformas que ponen todo ese contenido a disposición del usuario para que lo vea cuando quiera, donde quiera y desde el dispositivo que lo desee.
Esta revolución pone a los usuarios en el centro de la escena. Dejaron de ser usuarios pasivos para convertirse en sujetos activos, generadores de contenido, que elijen ver contenidos que se adaptan a sus preferencias y no al revés.
Se trata de productores de contenidos y de historias. Son “prosumers” (producen y consumen) contenidos en función de sus intereses únicos.
Pero para que sea posible, es necesario contar con una infraestructura de red capaz de soportarla.
Es que por las redes de distribución de contenido viajará más de la mitad del tráfico de Internet en 2018.
El 55% de todo el tráfico de Internet se explicará en ese momento por los contenidos, muy por encima del 36% que representó en 2013, de acuerdo al informe Cisco Visual Networking Index.
La gran innovación de las nuevas formas de ver televisión se puede resumir en cuatro grandes principios adoptados en los Estados Unidos, conocidos como los “Four Any”:
Contenido en el centro del escenario
El contenido es quien domina la escena. La cantidad de horas de video en línea, la vasta producción de series y películas, las múltiples plataformas de “streaming” de video (contenido no lineal) y la revolución que provocó la alta definición, han hecho de los contenidos el factor fundamental de toda la industria.
En YouTube, por ejemplo, más de mil millones de usuarios únicos visitan su sitio cada mes, viendo más de 6 mil millones de horas de video. A esta plataforma se suben 100 horas de video por minuto, según informó aquí.
La inmensa proliferación de plataformas de video a demanda (VOD), sean estas gratuitas o pagas han puesto a disposición de los usuarios programación de todo tipo.
En América latina hoy existen más de 130 multiplataforma, con un abanico de más de 110.000 títulos de películas y series “online”. De ellos, en la región hay más de 93.600 títulos de películas “online” y más de 15.400 series diferentes.
Programadores, cable operadores y empresas independientes lanzaron su versión VOD colocando sus contenidos al alcance del usuario, según informó Business Bureau en su BB-Media Book 2014.
Las estimaciones mundiales enseñan que hay una tendencia sostenida del crecimiento del consumo de video en streaming y una leve caída del de la televisión tradicional.
Según el estudio Consumerlab TV and Media 2014 realizado por Ericsson, 77% de los encuestados continua viendo periódicamente la televisión tradicional, casi el mismo porcentaje de usuarios de video en streaming que ronda el 75%.
Lo significativo es que en el año 2011 la TV tradicional alcanzaba el 83%, y el video en «streaming» sólo alcanzaba un 61%.
En la Argentina, el porcentaje de usuarios que reconocen haber visto películas o series en plataformas de video en los últimos tres meses asciende al 83%, siendo los jóvenes de entre 20 y 29 años quienes más lo han hecho, de acuerdo a Business Bureau.
Otro aspecto fundamental de elecciones de los contenidos ha sido la calidad del video. La introducción de la alta definición (HD) ha revolucionado la experiencia de los usuarios, al punto de que quienes cuentan con él ya no elijen programación en calidad estándar.
A medida que la calidad del video crece, también lo hacen las expectativas de los usuarios. El 60% de ellos considera que el video en alta definición es muy importante.
Hoy más de la mitad de la oferta de TV paga de América latina ya está disponible en alta definición. Según Dataxis, la región alcanzó 18.4 millones de suscripciones HD, 52% más que en los 12 meses anteriores.
La calidad de imagen es tan importante que en 2014 comenzaron a venderse televisores 4K, aunque la cantidad de contenido sea escaso para esta ultra alta definición.
Sin embargo, esta percepción varía según el contenido que se vea. La calidad es muy importante para las películas, series y deportes en vivo, pero no tanto para las noticias o los “reality shows”, apuntó Ericsson en su estudio Consumerlab TV and Media.
La tendencia mundial enseña que en el futuro habrá aún más contenido de video disponible y que las redes deberán estar listas para ello.
Cisco estima que en 2018 del total del tráfico de Internet, un 79% será producto del consumo de video, un 13% más que el actual.
Para darse cuenta de la dimensión que supone basta con saber que si en 2018 se decidiera mirar todos los videos “online” disponibles se tardaría 5 millones de años en hacerlo, de acuerdo al Cisco Visual Networking Index.
Dispositivos para todos
Dentro de los cambios en la industria de las telecomunicaciones, se asiste también a la multiplicación de dispositivos, como los “smartphones”, las tabletas, los Smart TV, las consolas de juego, las notebooks y las PC de escritorio.
Se vive en un entorno con múltiples pantallas, que entre muchas otras actividades permiten ver televisión de nuevas maneras y en diferentes lugares.
Hoy más del 20% de las personas declara utilizar una tableta, un “smartphone” y una PC para diversas actividades como interactuar en las redes sociales, informarse o escuchar música. Lo novedoso es que comienza a hacerlo en un dispositivo y lo continúa en otro, según afirmó el Ericsson ConsumerLab.
Entre las diferentes cosas que la multiplicación de dispositivos y pantallas permite realizar, mirar películas, series o videos de amigos, son algunas de las más frecuentes.
De hecho, lo que sucede es que en promedio la cantidad de horas que se dedica a mirar televisión sigue siendo la misma que antes. Lo que ha cambiado son las horas que lo hacemos en cada dispositivo. El retroceso que tuvieron las computadoras lo ganaron las tabletas y los “smartphones”.
Hoy nueve de cada diez consumidores en el mundo, reconoce mirar contenidos de video en Internet en algún tipo de dispositivo. Las diferencias surgen en la frecuencia con la que lo hacen y en los equipos que utilizan.
Aquellos que todos los días ven algún video “online” lo hacen preferentemente a través de un Smart TV, y en segunda instancia a través de una computadora.
Sin embargo, la cantidad de personas que utilizan las tabletas y los “smartphones” crece sin importar el tipo de frecuencia con la que lo hagan, apuntó Accenture en su Video-Over-Internet Consumer Survey.
En la Argentina, según estudios de Carrier y Asociados, los hogares cuentan con múltiples dispositivos conectados a Internet.
“Si bien PC (desktop y portátil) y celulares figuran claramente como los dispositivos de conexión más habituales en el hogar, no son los únicos. Comienzan a ganar presencia rápidamente las tabletas, encontradas en el 17% de los hogares relevados. Atrás se ubica la TV, con un 16% de los hogares de usuarios de Internet que conectan su televisor a la red, ya sea directamente o vía otro dispositivo”, apuntó Carrier.
Cuando se hace “streaming” de video, se miran películas o series a demanda o se descargan contenidos, los argentinos lo hacen desde diferentes dispositivos.
La PC continúa siendo el equipo preferido con un 78% de los usuarios. La sigue la TV con el 34%, los smartphones con el 10% y las tabletas con el 6%, describe otro informe de Carrier, en este caso sobre el usuario “online” argentino.
De todas maneras, de a poco los consumidores de TV se fueron sofisticando como usuarios y eligen el contenido que mejor se adapta a sus dispositivos.
Por ejemplo, si se quiere ver una película entera, o una serie, suele hacerlo en sus televisores. En cambio cuando quiere ver videos cortos o hechos por sus amigos prefieren hacerlo en tabletas y “smartphones”.
De todos los equipos que tienen a disponibilidad, fueron las tabletas las que mayor crecimiento en el consumo de video tuvieron sin importar su tipo, afirma el estudio de Accenture.
Por último, la multiplicidad de dispositivos provocó un nuevo hábito conocido como el “multitasking”, por el cual mientras se mira televisión se usan otros equipos simultáneamente.
Así, mientras se disfruta alguna de sus series favoritas hay grandes chances de que pertenezca a ese 70% que está usando su teléfono celular para quizás publicar algo en Facebook, o al 44% que probablemente use su tableta para leer su “timeline” de Twitter, describe Accenture.
Este tipo de comportamiento enseña que de a poco la atención al contenido lineal que ofrece la televisión es menor, y que se dedica mayor tiempo a interactuar y sociabilizar con otros sobre lo que se mira, ya sea a través de redes sociales o mediante diferentes aplicaciones.
En cualquier momento y lugar
La cantidad y calidad de contenidos disponibles, sumados a la multiplicación de dispositivos para poder acceder a ellos, han contribuido a que se elija ver televisión donde y cuando se quiera.
Los horarios de transmisión ya no son una barrera para que se pueda acceder a la programación que más le gusta a la persona.
A excepción de las transmisiones en vivo, los contenidos están al alcance para que se miren a demanda.
La posibilidad conectarse a redes Wi -Fi públicas o de comercios, sumadas a las redes inalámbricas ampliaron además las fronteras de las casas.
El fenómeno de la movilidad de las telecomunicaciones está presente en la vida diaria. Por ejemplo, la división entre las tareas laborales y la actividad doméstica hoy es más borrosa.
Se responden mails en los celulares, se pagan las facturas de electricidad mientras se viaja en colectivo y hasta se utilizan aplicaciones para reservar hoteles para las vacaciones.
La movilidad afectó, sin duda, las formas que se mira televisión. Se puede empezar a ver un capítulo de “Girls” en el Smart TV y terminar de verlo camino al trabajo en la tableta.
Un 40% de los usuarios mira videos mientras viaja, porcentaje que aumenta al 64% entre los jóvenes de entre 15 y 29 años, de acuerdo al Ericsson ConsumerLab.
En la Argentina, el fenómeno de la movilidad se ha visto frenado en gran parte por el débil desarrollo de las redes inalámbricas y por las demoras en el despliegue de las redes de cuarta generac ión (4G).
Es por ello que, el consumo de video se vio m perjudicado, gracias a que se requieren importantes velocidades de conexión para su transmisión. Sin embargo la movilidad es inevitable y la televisión debe acompañarla.
Fuente: Iprofesional.