Cómo alcanzar tu máxima eficiencia en 3 pasos

Una rutina para incrementar tu foco, disciplina y energía al encarar tus tareas.

¿Te interesaría tener una fórmula que te ayude a alcanzar el máximo rendimiento en tus tareas de manera que la distracción, la desmotivación y la falta de energía no sean más cuestiones por las que debas preocuparte? Aquí te comparto una rutina de 3 simples pasos para alcanzar resultados extraordinarios cualquiera sea tu ámbito de desempeño.

1: Planeá

Vamos a comenzar por el principio. Si arrancás tus días, tus semanas o tus meses sin un claro plan, no estás accionando en tu vida, sino que estas reaccionando a tu vida. El plan que te propongo se parece a una dieta de alimentación. Y como en toda dieta, vamos a tener que eliminar lo más perjudicial primero.

Lo primero que vamos a sacar de tu “dieta de comportamientos” es el teléfono celular y la computadora. ¡Sí! Aunque imagino lo que estarás pensando, si comenzás tus días respondiendo a tus mensajes de texto o a tu casilla de email, entonces estás reaccionando a las necesidades de los otros y no prestando atención a tus propias necesidades, a tu propio plan.

Por eso, lo que vamos a hacer para comenzar el día es tomarnos 20 minutos apenas te despiertes, y antes de hacer cualquier otra cosa y con una hoja y un papel, vas a planear tu día de la siguiente manera anotando en el papel:

  1. a) ¿Cuáles son los 3 proyectos importantes sobre los que vas a trabajar y prestar máxima atención hoy?
  2. b) ¿Cuáles son las personas que necesitás contactar o que ellos te contacten para dar seguimiento o movimiento a estos 3 proyectos fundamentales?
  3. c) ¿Cuáles son las acciones concretas (no conceptos generales sino acciones con “nombre y apellido”) que debés realizar el día de hoy y que tengan un impacto directo en estos tres proyectos mencionados?

La última y la más importante de las preguntas que debés anotar en ese papel es: ¿Cuáles son las 2 cosas que bajo ningún punto de vista puede acabar el día de hoy sin que vos hagas?

Con esta hoja por escrito y todo esto en mente podés comenzar ahora sí formalmente tu día.

2: Auto disciplina: gerenciá tu distracción

De nada servirá cualquier plan que hayas hecho si no aprendés a gobernar tus emociones e impulsos. La autodisciplina es el “músculo” que tenemos que entrenar. Para esto te propongo 2 ejercicios:

  1. Módulo “Rayo laser”:

Durante 3 bloques del día lo que harás es lo que yo llamo “módulos rayo láser”. Son bloques de trabajo de 1 hora de duración y en donde desconectarás cualquier tipo de interferencia con el mundo exterior: celular, computadora, teléfono fijo, etc. También, y en caso que puedas hacerlo, colocaras un cartel con una señal de “No molestar” en tu oficina o tu módulo de trabajo. Durante esa hora te enfocarás como un “rayo laser” sola y exclusivamente en un tema de trabajo que hayas elegido.

Al término de la hora podés desconectarte o hacer alguna tarea de distracción. Recordá que son 3 bloques de 1 hora de duración (cada bloque) a lo largo del día.

  1. Entrenate en decir “no”:

Si no entrenás tu posibilidad de decir “no”, nunca serás lo suficientemente eficiente y productivo. Comenzá tomando consciencia y midiendo cuántas veces al día decís que «no» a un proyecto, a una reunión innecesaria, a un llamado telefónico, etc. Tomá nota y registro.

Tenés que vencer el miedo a decir que “no” evitando pensar en todo lo malo, negativo o perjudicial que ocurrirá si usás esa palabra. Aquí no hay más que agregar. Simplemente tenés que agregar la palabra “no” a tu vocabulario y usarla más veces al día.

3: Medí

A estas alturas y si has seguido los pasos, deberás haber avanzado bastante. Sin embargo, a la “receta de esta torta” le falta el último paso: se trata de tener un registro respecto a cuál es la evolución, el avance, y/o la dispersión entre lo que imaginamos y dónde nos encontramos.

Para esto será fundamental tener primero obviamente los primeros 2 puntos desarrollados. Sin esto no tendrás mucho para medir o comparar. Con esto frente a vos será importante que desarrolles un proceso formal de evaluación respecto de lo obtenido versus lo deseado. Saber con claridad dónde te encontrás y dónde habías imaginado encontrarte al inicio de tu plan de acción. Cómo están los tiempos reales frente a los tiempos que habías calculado.

No olvides que este último punto será también muy importante a los efectos de tu automotivación. Poder visualizar de manera fehaciente lo que hemos logrado nos reporta un alto grado de autoestima y satisfacción personal.

Como remarco siempre, esto no es teoría. Es práctica. Por eso no creas en lo que escribo o propongo. Pero ponlo en la práctica y te garantizo que tu mismo te sorprenderás de lo que puedes obtener si te atreves a salir de tu rutina y hábitos mentales.

Por Nico Iglesias.

Fuente: http://www.apertura.com/lifestyle/Como-alcanzar-tu-maxima-eficiencia-en-3-pasos-20170111-0001.html

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