¿Cómo afectará la crisis de Brasil en la Argentina?

Brasil-ProtestaCualquiera sea el resultado del juicio político a Dilma Rousseff en Brasil lo que allí ocurra no será una buena noticia para la Argentina.

En la Casa Rosada siguen con mucha preocupación el proceso de destitución de Rousseff y sólo existe una coincidencia en todo el gabinete de Mauricio Macri ante este caso: que no hay un golpe de Estado en Brasil y que el juicio político se desarrolla bajo los parámetros constitucionales de un Estado de derecho.

A partir de allí, el resto de las proyecciones son puras especulaciones en el Gobierno. Más bien, hay llamados de alerta. «Un gobierno de Rousseff será débil y un gobierno de Temer estará sospechado. Para el resultado de las relaciones de la Argentina con Brasil cualquier variante será negativa», admitió anoche a LA NACION un encumbrado funcionario de la Casa Rosada.

Macri advirtió en los últimos días a sus allegados que ante la crisis de Brasil «hay que estar más preparados por un impacto negativo». También alertó que el comercio argentino depende en un 40% de Brasil. La cifra es un tanto engañosa. Según un informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales que dirige Marcelo Elizondo, la Argentina envía un 15% de la totalidad de sus exportaciones globales a Brasil. Hace un año exportaba el 22% del global de sus exportaciones a Brasil. De esa totalidad de las exportaciones a Brasil, el 40% responde a productos industriales.

En este sentido, los analistas aseguran que los más golpeados por la crisis de Brasil seguirán siendo los industriales argentinos que exportan autopartes, químicos o medicamentos. La industria agropecuaria no se verán tan afectada porque en los últimos años Rousseff compraba muy pocos productos del agro argentino. No obstante, hay un dato que no se modificará: la balanza comercial global de ambos países es de un promedio de 23.000 millones de dólares y es deficitaria en unos US$ 3000 millones para la Argentina. Es probable que esto se profundice porque Brasil cada vez comprará menos a la Argentina en medio de una crisis.

Ayer, el presidente interino Michel Temer dijo que si asume como nuevo jefe de Estado «hará un llamado para que los que aman a Brasil se puedan unir para construir un país más fuerte». Fue casi un eufemismo usado como antídoto para la crisis que sin dudas se profundizará. En la Casa Rosada creen que Temer tratará de mantener la economía a flote pero le resultará complicado. Por afinidad política Macri está más cerca de Temer que de Rousseff. Pero ello no es garantía de nada para un gobierno que quedará bajo sospecha y sumamente debilitado.

Desde lo pragmático, Macri cree que un Brasil con Temer será más viable para llevar adelante en las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur por un acuerdo de libre comercio. También cree que será más fácil enfrentar a Venezuela con Temer que con Rousseff a pesar de que Brasil hoy no está para pensar en crisis ajenas.

Es cierto que la crisis de Brasil le sirvió a Macri para tomar un atajo en la política exterior comercial: apuntalar la mirada del Mercosur con la Alianza del Pacífico, un espacio que Rousseff siempre rechazó por las sombras que le podrían traer a su país uno de los mayores socios de ese bloque como es México.

Ayer, el senador brasileño Roberto Requiao, del mismo partido de Temer pero aliado a Rousseff, advirtió que la caída de la mandataria puede provocar una «guerra civil» en Brasil. ¿Llamado de advertencia? ¿Instinto de desesperación? Nadie responde. Lo cierto es que en la frontera argentina con Brasil se tomarán recaudos.

El presidente de Bolivia, Evo Morales,advirtió con convocar a su embajador en Brasil, José Antonio Kinn, si prospera en el Congreso brasileño la destitución de Rousseff. Nada de ello sucederá en la Argentina si queda Rousseff o si es destituida por una simple cuestión: Itamaraty tiene muy buen diálogo con Macri y ya designó al nuevo embajador que reemplazará a Everton Vargas en la Argentina. Será el ex vicecanciller de Dilma, Sérgio França Danese, quien en su última visita a Buenos Aires dijo a LA NACION: «Brasil está dispuesto a seguir en la agenda del diálogo y de la construcción bilateral con la Argentina más allá de la crisis». La diplomacia brasilera es muy profesional y podría controlar esta crisis en su relación con un socio como la Argentina.

Sólo desde una mirada un tanto mezquina se podrá pensar que la crisis de Brasil reforzará el liderazgo de Macri en la región. En tal caso, el reto será mayor: deberá poner a prueba ese liderazgo si se cumple el reiterado teorema de que un Brasil resfriado implica una automática Argentina con fiebre.

Fuente: Martín Dinatale – LA NACION.

La Nación (http://www.lanacion.com.ar/1933154-como-puede-afectar-la-crisis-de-brasil-a-la-argentina).

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