Ante una disyuntiva importante, los especialistas aconsejan pensar cuáles serán las consecuencias de todas las opciones.
Todo el mundo llega a una encrucijada de vez en cuando. Y en muchos casos se puede encontrar trabado ante un problema que no parece tener respuesta correcta. Las decisiones más importantes, en el trabajo o en la vida, nunca parecen definirse por blanco o negro. Se demoran en el gris, donde pueden permanecer por un tiempo peligrosamente prolongado. Joseph L. Badaracco, profesor de la cátedra John Shad de ética empresaria de la Harvard Business School, cree que la respuesta se revelará al contestar cinco preguntas. «¿De dónde vienen estas preguntas? Durante siglos han emergido al enfrentarse a problemas difíciles hombres y mujeres con responsabilidades serias. Expresan la visión de las mentes más penetrantes y los espíritus más compasivos de la historia de la humanidad.»
1) ¿Cuáles son las consecuencias de de todas mis opciones?
El primer paso para tomar cualquier decisión importante, según sugiere Badaracco, es analizar objetivamente todas las posibilidades y considerar sus resultados en el mundo real. Explica que este proceso tiene que distinguirse de un análisis de costo/beneficio y no debe limitarse a resultados que pueden ser medidos o contados. Aunque esta tarea es más difícil de lo que parece, es una estrategia que los jugadores de ajedrez aprenden a dominar.
2) ¿Cuáles son mis obligaciones centrales?
Se trate de su jefe, sus accionistas o sus hijos, las decisiones que tomamos en la vida a menudo afectan a los que nos rodean y tenemos que considerar nuestras obligaciones con cada interesado, dice Badaracco. Agrega que a menudo nos sentiremos tentados a sólo pensar en los interesados inmediatos, con la mayor probabilidad aquellos que nos pagan el sueldo, pero las grandes decisiones requieren considerar las responsabilidades más profundas. Eso implica salir de la zona de confort, reconocer los puntos ciegos y ponerse en el lugar de todos los interesados clave, especialmente los más vulnerables.
3) ¿Qué funcionará en el mundo tal como es?
«Luego de considerar consecuencias y deberes hay que pensar en las cuestiones prácticas: de todas las posibles soluciones de su problema, ¿cuál tiene más probabilidades de funcionar? ¿Cuál es más adaptable a la realidad?», escribe Badaracco. «Para responder a estas preguntas tiene que hacer el mapa del campo de fuerzas en torno de usted: quién quiere qué y con cuánta fuerza y éxito puede luchar cada persona por sus objetivos.»
4) ¿Quiénes somos?
Esta pregunta autorreflexiva, explica Badaracco, nos obliga a considerar cómo las decisiones moldean a la persona o la organización que somos y no la que queremos imaginarnos. Reconociendo que tales decisiones moldean nuestro sentido de ser, creer que comprender nuestro ser es vital en el proceso de toma de decisiones. Para ayudar a encontrar esta respuesta, Badaracco sugiere pensar en la decisión como un capítulo en la historia de una persona o compañía y cómo encajaría ese capítulo en la narrativa general. «De todos los caminos que podría elegir en esta zona gris, ¿cuál expresaría mejor lo que representa su organización?» escribe.
5) ¿Con qué puedo convivir?
El buen juicio, escribe Badaracco, tiene tanto que ver con entender y analizar la situación como con mantener sus valores. «¿Cómo descubrir con qué se puede convivir?», pregunta Badaracco. «Termine sus conversaciones con los demás, cierre la puerta, apague el celular y deténgase a reflexionar. Imagínese explicando su decisión a un amigo o a alguien quien respeta profundamente. ¿Se sentiría cómodo? ¿Cómo reaccionaría?».
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1931990-cinco-preguntas-antes-de-tomar-una-decision-clave