Chrysler Town & Country, tan cómodo como el living de casa

Probamos el vehículo más grande de la automotriz americana, un modelo ideal para las familias numerosas que sobresale por donde se lo mire. Tecnología pura y confort, sus principales aliados. Revelamos las claves para comprarlo que justifican su precio

Chrysler es una marca con una limitada oferta de productos en la Argentina. Con un estilo claramente americano, de grandes volúmenes e imponente diseño, son autos para un grupo de clientes muy segmentado, los cuales suelen tener un alto nivel de fidelidad a una marca.

La oferta de la marca en el país se completa con el 300, un sedán del segmento grande, y la Town & Country, un monovolumen de siete asientos que por su equipamiento casi no tiene competidores en la Argentina, aunque en la práctica existen otras opciones para la misma cantidad de pasajeros.

Con este familiar recorrimos un total de 2.000 kilómetros, la mayor parte en ruta, y desde el primer contacto algo llamó la atención: se trata de un producto donde el lujo y el confort abundan por donde se lo mire.

Diseño por fuera

Probablemente el principal atributo de este modelo no sea el diseño, y tampoco la marca tendrá algún reparo en admitirlo. Tiene tan grandes dimensiones que la estética está pensada para ser funcional a las comodidades interiores, ni más ni menos.

De todos modos, a primera vista se pueden apreciar sus rasgos totalmente americanos y fieles al estilo de Chrysler, con un frontal que sobresale como la parte más llamativa y con muchos detalles cromados. Así se convierte en un vehículo imponente sin perder sobriedad.

Tiene líneas en su mayoría rectas, pero logra transmitir una imagen con más aerodinámica poco común en los monovolumen gracias al diseño con leves inclinaciones tanto del parabrisas y capot como de la puerta posterior, sumados a una altura relativamente baja frente a otros competidores.

Mirada por dentro

El interior es sin dudas el «as en la manga» que tiene Chrysler para ganar clientes, con materiales de primera calidad, detalles en madera y asientos de cuero. Es discreta pero sofisticada, lujosa y especialmente cómoda.

La tecnología está pensada, en este caso, para que esté al servicio de los pasajeros, pero no sólo para el entretenimiento (aunque las pantallas de DVD son totalmente recomendables para calmar a las chicos en largos viajes) sino por la cantidad de botones que permiten, en cuestión de segundos y haciendo todo a la vez, abrir y cerrar puertas, reclinar butacas, activar y desactivar luces, abrir el techo, regular el climatizador y miles de objetos más.

Las butacas de la segunda fila parecen las de una oficina: con apoyabrazos, reclinables de manera eléctrica y con múltiples portaobjetos a su alrededor. La tercera fila también sobresale por la comodidad, con espacio apto hasta para tres mayores. También es para destacar el acceso a las cada fila, muy cómodo y práctico aún para llegar al último asiento. Por último el baúl es otro aspecto importante, ya que aún con las siete butacas en uso tiene un espacio de 638 litros.

Detalles para destacar

Describir todo el equipamiento de la Town & Country llevaría varias páginas, y su comodidad tampoco tiene

aspectos para tener en cuenta son las butacas de la segunda fila, que rotan 180 grados, mientras que a tercera fila de asientos se puede plegar y guardar bajo el piso accionando una tecla. La apertura del portón y las puertas laterales son electrónicas y puede realizarse desde la llave a distancia o desde el puesto del conductor. La tercera ventanilla lateral es pivotante y también se acciona con una tecla.

El climatizador es trizona y las plazas traseras tienen la opción de regular la temperatura, el caudal y la potencia. Cada ocupante cuenta con salida de aire individual a la altura de la cabeza y los pies.

Para no perderse nada de lo que sucede en la parte posterior, en la consola de techo cerca del conductor hay un espejo cóncavo con excelente ángulo visual. Ideal para viajar con chicos y saber lo que pasa «allá al fondo». Se utilizó mucho en este viaje, con chicos de 13 a 3 años de edad!.

Motorización

La Town & Country que se vende en la Argentina es un restyling de la cuarta generación del monovolumen, importado de Canadá.

Con esta renovación, el motor V6 de 3.8 litros y 197 caballos que utilizó desde 2008 fue reemplazado por un nuevo V6 3.6 con 286 caballos.

La gran ventaja es que es mucho más económico, y a una velocidad de 120 km/h llegó a gastar en promedio 12 litros.

Competidores

La oferta de siete asientos y diseño de monovolumen cuenta con algunos pocos productos. Aunque es prácticamente imposible hacer una comparación directa, porque ninguna marca ofrece el equipamiento del Town & Country.

Este modelo, afectado por el impuesto interno, sale u$s141.100. Sin embargo para quienes necesitan un 7 asientos un poco más accesible (porque a la mayoría los alcanzó el impuesto) algunas de las opciones son:

• Volkswagen Sharan: desde $734.000

• Mercedes Viano: u$s129.000

• Hyundai H1: desde u$s46.900

Conclusiones

¿Por qué comprarlo?. El principal atributo del monovolumen es su espacio y comodidad. Para las familias numerosas, y especialmente si son «viajeras», es un vehículo con todo el confort tanto por la habitabilidad como por la tecnología. Por otro lado, es relativamente económico en el gasto de combustible teniendo en cuenta sus dimensiones y motorización. A una velocidad constante de 120km gasta en promedio 11.5 litros.

¿Por qué no comprarlo?. Sin dudas el principal aspecto en contra es su precio, golpeado por el impuesto interno que se aplicó a principio de año en los modelos de alta gama, y que hoy alcanza hasta los segmentos medios de marcas masivas.

Cuando se presentó hace dos años su precio era de u$s78.000. Hoy, tener un Town & Country, implica desembolsar u$s141.100.

Sin embargo, su calidad y tecnología son suficientes para justificar su valor.

(fuente: http://noticias.autocosmos.com.ar/2014/09/22/)

 

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