El emblemático caso del hombre que atacó un auto a hachazos por ocupar su cochera en el barrio porteño de Palermo, como si se trataran de una escena de la película «Relatos salvajes», no es un caso aislado. En la Ciudad de Buenos Aires los delitos intencionales a vehículos crecieron un 15% en el primer semestre del año. La mayoría, como consecuencia de peleas entre vecinos o discusiones viales.
Según datos brindados por la Fiscalía General porteña, en los primeros seis meses del año se registró un total de casi 700 denuncias por daño intencional contra automóviles, cerca de un 15% más que las registradas en igual período del año pasado, cuando ese número apenas superó las 600. De esta forma, se están realizando al menos cinco denuncias por día -teniendo en cuenta los días laborales, en los que funcionan las oficinas de la Defensoría de la Ciudad-.
Los barrios que registran los mayores números de daños a autos son Palermo, Belgrano y Caballito. Pero no se trata de delitos menores, ya que según el artículo 183 del Código Penal, quien daña un bien ajeno puede recibir una pena de entre 15 días y un año de cárcel. Si el ataque es contra un bien público (como puede ser un patrullero o un vagón del subte), la pena sube a entre tres meses y cuatro años de prisión.
Sin embargo, «la mayoría de los casos de daños a vehículos se resuelven con los llamados métodos alternativos de resolución de conflicto. Cuando las personas implicadas llegan detenidas a la Fiscalía, el caso se suele resolver dentro de las 48 horas a través de una autocomposición, es decir, el acusado asume la responsabilidad y paga el daño», explicó Martín Ocampo, fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires. Son también muchos los casos en los que las resoluciones llegan a través de una mediación, que suele tardar alrededor de 20 días hábiles.
A pesar de la que mayoría de los conflictos se resuelve a través de estas instancias, algunos llegan a juicio. Martín Niño Seeber es uno de esos casos. El hombre que vive en el barrio de Palermo atacó el auto de su vecino con un hacha por obstruir el garaje de su casa. Su enojo se prolongó, se negó a lograr un acuerdo de mediación, por lo que avanzó a instancias mayores y hoy está a pasos de llegar a juicio.
Los casos se reproducen año tras año. En el barrio de Chacarita, un pasajero destruyó con un escobillón el parabrisas de un auto tras discutir con el chofer.
En Barracas, a plena luz del día, un ciclista terminó saltando arriba del techo de un taxi porque éste lo encerró en una complicada maniobra. El caso tuvo un final feliz ya que por este hecho, tras una audiencia de mediación entre las partes, el ciclista se mostró arrepentido por su reacción y aceptó pagar la suma de $ 23.600 en concepto de reparación de los daños.
Por: Belén Fernández
(fuente: http://www.ambito.com/movil/noticia.asp?id=803504)