Cansados de no conseguir trabajo, tres amigos no videntes crearon el primer call center inclusivo del país

emprendedoresEn Córdoba, armaron una cooperativa que presta servicios de comunicaciones y tecnología; cuáles fueron las idas, venidas y obstáculos que sufrieron en el camino.

Julio Peralta, Bruno Boiero y Jonatan Jusid conocen bien lo que implica deambular para buscar trabajo, dejar sus currículums y no recibir respuestas. Hasta hace un tiempo eran parte del 1,165 millones de desempleadas del país con un agravante: son no videntes.

Los últimos estudios de distintas organizaciones indican que ocho de cada diez personas con alguna discapacidad tienen problemas para la inserción laboral. Para resolver su situación crearon el primer call center inclusivo de Argentina, IncluTel, que funciona en esta provincia.

El centro de comunicaciones se puso en marcha con la colaboración de la Cooperativa de Servicios Públicos de Oliva (a 70 kilómetros de la capital provincial). Desde la entidad Claudio Rossi cuenta que tenían problemas con el servicio de atención telefónica y que, atentos a los reclamos en las redes sociales de este grupo de jóvenes no videntes, los contrataron.

«Iba de un lado a otro haciendo trámites y buscando trabajo, pero no tuve respuestas»

«La experiencia fue excelente y ellos nos contaron de su proyecto -agrega-. Los ayudamos con los trámites». Fomento Cooperativo los capacitó y el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) les entregó la matrícula a comienzos de diciembre, cuando comenzaron a funcionar como call center. La cooperativa y una empresa privada son sus primeros clientes y están por cerrar otros acuerdos.

Jusid, de 31 años, es no vidente de nacimiento; tiene formación en informática y carnet de locutor nacional. «Iba de un lado a otro haciendo trámites y buscando trabajo, señala a LA NACION. Los cupos laborales para personas con discapacidad no se respetan. Presentamos amparos, pero no tuvimos respuestas. Terminamos con un plan social».

En el marco de la Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Amblíopes (Faica) funciona el programa Ágora que apunta a lograr -con capacitación y búsqueda- oportunidades laborales para personas con discapacidad visual. Su coordinadora, Carolina Buceta, explica que en el país hay 1,2 millones de personas con problemas de visión (desde ciegos a baja visión); de ese total siete de cada diez ven poco «y eso complica mucho su inserción laboral».

«Hay quienes saben de las ayudas ópticas y técnicas a las que pueden recurrir, pero a la mayoría les cuesta mucho la integración. Van a una entrevista laboral y ocultan la dificultad en vez de proponer las alternativas que existen para sortear las barreras», agrega y confirma que, en el caso de los no videntes, la mayoría de las ofertas de trabajo dependen de planes sociales.

«Hay quienes ni siquiera responden por qué no te quieren; otros son directos»

A los 33 años Peralta suma varios cursos de marketing e informática. Su trayectoria laboral está vinculada a programas sociales o de subsidios estatales para las empresas que toman gente. «Hay quienes ni siquiera responden por qué no te quieren; otros son directos y eso es lo mejor».

Cambio de perspectiva

Peralta y Jusid afirman que la cooperativa que diseñaron les permite recuperar sus expectativas «de crecer como personas, tener sueños y anhelos de una vida como todos los demás». El objetivo es incorporar a personas con otras discapacidades; mientras tanto ya están entrenando a otros ciegos para trabajar.

IncluTel es la primera y única cooperativa de servicios telefónicos conformada por ciegos; hay otras experiencias pero vinculadas a trabajos manuales. Con la matrícula ya obtenida el modelo se puede replicar en otros puntos del país usando otra infraestructura.

Rossi apunta que se trata de una «herramienta para negociar» con los empleadores, que contratan un servicio. «Estos jóvenes ofrecen sus habilidades, negocian de igual a igual con sus futuros clientes; dejaron de depender de subsidios», indica.

«Todavía existe la desvalorización de las personas con algunas discapacidad »

«Todavía existe la desvalorización de las personas con alguna discapacidad -describe Buceta-. Se produce por la representación social y también por el desconocimiento del instrumental técnico que reduce los problemas».

Por ejemplo, advierte que IncluTel, al estar pensada y armada por ciegos, cuenta con computadoras con lectores de pantalla y las empresas que la contraten «pueden desentenderse» de contar con equipos especiales. «No hay que pasar por el proceso de adaptación de plataformas; los jóvenes resolvieron todo», sintetiza.

Jusid insiste en que «hay que valorar a las personas por su capacidad y no por su discapacidad; lo que hacemos va en esa dirección».

Los interesados en comunicarse con la cooperativa pueden escribir a inclutel@gmail.com

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1972304-cansados-de-no-conseguir-trabajo-tres-amigos-no-videntes-crearon-el-primer-call-center-inclusivo-del-pais

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