Junto a un grupo de aseguradores líderes, la revista Informe Operadores de Mercado analizó la evolución del ejercicio 2016/2017 de varias compañías de seguros y las perspectivas para el ciclo actual.
Los entrevistados, entre ellos Juan Carlos Lucio Godoy, presidente del Consejo de Administración de Río Uruguay Seguros, hablaron sobre la influencia de la reducción de la inflación y de los resultados financieros en el resultado final de las entidades, la siniestralidad de los principales ramos, la exigibilidad del seguro obligatorio de motos y la situación del seguro agropecuario, entre otros temas.
En el ciclo 2016/2017 la pérdida técnica ascendió a $ 21.644 millones, una cifra 11,93% menor que el año anterior ($ 24.575 millones), a valores corrientes. Pero el resultado financiero también fue menor. En 2016/2017 el conjunto de las aseguradoras lograron un Resultado Financiero de $ 51.299 millones, 0,79% menos que la renta obtenida en 2015/2016: $ 51.707 millones.
¿Cómo afecta esta situación al resultado final de las aseguradoras teniendo en cuenta que la tendencia a la reducción de las ganancias financieras sigue vigente?
El contador Godoy manifestó: <<Quiero suponer que el mercado está corrigiendo las primas para reducir el déficit técnico. Esta situación tiene que ver con un problema estructural del mercado argentino, en el que prevalece la cobertura de automotores, y cuya competencia se inclina a la lucha por precio entre operadores.
Parece que estamos mejorando un poco en ese aspecto y por ello la pérdida técnica se redujo. Además, la siniestralidad acompañó, un poco.
Hay que prestar mucha atención al cuadro técnico porque se vienen tiempos en los que habrá menores ganancias financieras. Hasta hora, las abultadas ganancias financieras taparon gran parte de los desajustes técnicos. Al desaparecer la inflación desmesurada que padecimos en los últimos años (si bien persiste algo de inflación, ésta será cada vez menor), se hace más necesario mejorar el resultado técnico.
Quizás la propia lógica financiera –presente y futura- llevará al mercado a una corrección técnica. El mercado sólo irá construyendo una ecuación que consolide esta tendencia. Esto es un ideal que tendría que ser alimentado por medidas del órgano de control sobre reservas y carga impositiva>>.
Las aseguradoras se mostraron confiadas en que los indicios recientes de mejoras en la economía se trasformarán en una mayor producción de seguros. Sumado a ello, destacaron el foco en aspectos técnicos que está llevando adelante la nueva gestión al frente de la SSN.
Godoy insistió con el reclamo de una reformulación del pago del IVA para el sector: <<El seguro debe pagar el IVA por lo percibido. El seguro no es como, por ejemplo, el caso de la compra de un electrodoméstico en la cual uno adquiere el bien y luego puede pagarlo en cuotas. En el seguro, no tiene sentido el pago anticipado del IVA porque es imposible que el pago anual de la póliza de seguro llegue a no concretarse si el asegurado decide darla de baja.
Alguien puede argumentar que ello podría generar un crédito fiscal, pero no hay que olvidar que la aseguradora realiza el pago anticipado y todo junto de dicho impuesto, por el total del monto de la póliza. Estos montos son enormes. Por ello, pensamos que esta situación debe ser contemplada por el legislador.
Por otro lado, considero que el valor agregado del seguro debe calcularse descontando a la prima el pago de siniestros y todos los costos que tiene una compañía para operar. Cuando la aseguradora paga un juicio o una indemnización a un asegurado, no cobra el IVA en esa transacción. Si acordamos que, aproximadamente, el 70% del monto total de la prima son pagos de siniestros, resulta que el sector paga un IVA final por un monto mucho mayor que el agregado.
Eso tiene que ser contemplado por el legislador. Recuerdo que a principios de la década del 90, cuando se generalizó la aplicación del IVA, algo que nunca se cumplió, y por lo tanto nuestro sector lleva más de 20 años pagando un IVA técnicamente incorrecto>>.
Por último, concluyó: <<Vamos hacia modificaciones tecnológicas muy fuertes. Sumarse a este cambio lleva a una mayor satisfacción del cliente y las empresas necesitan estar a la vanguardia en dicho proceso. Además, son momentos de cambios organizacionales muy fuertes. Como dice Rafael Echeverría, un filósofo y lingüista chileno, la empresa tradicional ha muerto pero la nueva empresa moderna todavía no ha llegado a tomar forma completamente. Tenemos que construir esta nueva empresa modificando las organizaciones empresarias. Si las modificamos, tendremos que sentarnos a discutir el modelo de organización, algo que considero fundamental para encarar el futuro>>.
Fuente: Extracto de la Revista Informe Operadores de Mercado – Edición N° 606.