La mayoría admite que usa el celular y excede el límite de velocidad. Pero al calificarse se ponen un 8, y 5 al resto. Según los expertos, se creen impunes y no le temen a las multas.
Sabemos que no debemos usar el celular mientras manejamos pero lo usamos igual, amparados en la excusa de que siempre hay un mensaje que podría ser urgente. Sabemos que en un cruce tiene prioridad quien viene por la derecha pero le damos el paso sólo si tenemos ganas de parecer solidarios. Sabemos lo que puede causar el exceso de velocidad pero solemos respetar el límite sólo si estamos bajo amenaza de multa. Un nuevo relevamiento vuelve a cuestionar la forma de manejar de los argentinos: muestra que 9 de cada 10 cometen infracciones de tránsito habitualmente pero la autocrítica es baja: lo más fácil es echarle la culpa al otro.
Los especialistas consultados por Clarín explican que los argentinos no entendemos que estamos obligados a respetar las normas y hacemos nuestras propias interpretaciones de cada una. Aseguran además, que la sensación de omnipotencia –“a mí no me va a pasar nada”– mezclada con la de impunidad –los castigos no son severos– terminaron formando un combo peligroso.
El trabajo hecho por la Universidad Siglo 21 entre 1.000 conductores de autos y motos (varones y mujeres) arrojó varias conclusiones. La mitad de los encuestados reconoció que usa el celular cuando maneja, tanto para hablar como para enviar mensajes. Además, 4 de cada 10 reconocieron haber cruzado algún semáforo en rojo en los últimos 3 meses. El 62% reconoce que excedió la velocidad permitida al menos una vez en el mismo período. Y el 90% asume que comete infracciones de tránsito.
“Por un lado, están fallando los procesos de formación de los conductores, que no tienen internalizado el respeto hacia las normas”, opina Gustavo Brambati, gerente de seguridad vial de Cesvi. “Hace poco hicimos un estudio en el que colaboró un antropólogo que nos decía que entre los argentinos hay una rebeldía hacia las normas porque asociamos las normas con los gobiernos. Por eso están continuamente rebelándose y creando sus propias reglas de tránsito”.
¿Qué significa crear la propia norma? “Vivir cuestionando y reinterpretando las existentes: ‘De noche no freno en los semáforos en rojo porque es inseguro’, ‘si en la señal de pare no viene nadie paso y no freno”, dice. (El estudio mostró que casi el 80% reconoce que no detiene totalmente la marcha frente a la señal de “PARE”). Y sigue: “Cuestionan lo que están obligados a hacer pero también las señales de advertencia que no los obligan a nada sino que les dan información que le sirve para su propia seguridad”. Un ejemplo es la señal de cruce peligroso.
Los autores del trabajo vieron, además, que lo común es patear la pelota afuera: “El 94% de los participantes se califica mejor a sí mismos que al resto de los conductores. Este bajo nivel de autocrítica podría ser una de las principales dificultades para lograr mejoras en los propios comportamientos”, analizaron.
A los encuestados les pidieron que calificaran, con una puntuación del 1 al 10, su forma de manejar y la de los otros. Al hablar de sí mismos se calificaron, en promedio, con un 8.1. En cambio, a la hora de hablar de la conducción de los demás les colocaron un puntaje de 5.2. “Los conductores sobreestiman su habilidad al volante. Tener habilidad es una cuota importante pero no es más importante que respetar las normas y hacer una buena valoración de los riesgos”, explica Brambati.
¿Por qué los argentinos tenemos esa actitud? “Creo que hemos perdido la cultura de respeto al prójimo: no respetamos la prioridad de paso del peatón, circulamos por las banquinas. Conviven en nosotros dos corrientes: omnipotencia, eso de creer que a nosotros no nos va a pasar nada, e impunidad, porque por más que haya sanciones nunca son del todo graves”, sigue Fabián Pons, presidente de Ovilam. Y explica que en Chile “hay multas más inteligentes: si te agarran con más de 0,8 de alcohol en sangre te dan entre 61 y 540 días de prisión efectiva, inhabilitación para conducir por un año y te sacan el registro. La multa en dinero no es relevante”.
Además, para todas las infracciones tenemos justificativos. Y acá se nota que hay algo muy propio del argentino. “Cuando pasan un semáforo en rojo o exceden la velocidad y los paran lo primero que dicen es ‘en vez de venir a joderme a mi ¿por qué no van a buscar a los chorros de verdad? No sirve decir ‘yo lo hago porque el resto lo hace, sino te pasan por encima’. El tránsito es parte del problema y lo que está mal está mal, no importa que lo haga todo el mundo”.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Autocritica-conductores-comete-faltas-maneja_0_1645635576.html