Arrancó el año con fuertes aumentos en los 0Km

Los modelos 2015 ya se encarecieron hasta 15% pese al alivio en el impuesto.

La suba de la base imponible a partir de la cual comienza a regir el tributo no se tradujo en una rebaja de los precios al público. Por el contrario, apenas se conocieron los cambios, las terminales han avanzado con importantes ajustes.

Las que «pusieron primera», modelo por modelo.

Como una forma de desdoblar el tipo de cambio y establecer un dólar más elevado para los importadores, el Gobierno -allá por diciembre de 2013-, avanzó con un incremento del impuesto interno a los autos.

Las tasas nominales a partir de las cuales comenzaba a regir el tributo fueron llevadas al 30% y 50%, si bien en la práctica el impacto terminó siendo del 60% y 100%, respectivamente.

Sin embargo, la suba de costos que afectó a las terminales a lo largo de 2014, obligó al Gobierno a iniciar el 2015 con una actualización en las bases imponibles a partir de las cuales comienza a regir este controvertido gravamen.

En una economía que no se encuentra distorsionada por la inflación, cualquier alivio tributario debería traducirse en un respiro para los bolsillos de los consumidores. Pero esto no ocurre a veces en la Argentina.

La decisión que tomó el Ejecutivo hace pocos días trajo como consecuencia un efecto contrario: apenas se publicó el decreto que elevó los pisos a partir de los cuales rige el tributo para los 0Km, las automotrices avanzaron con fuertes ajustes en los precios al público, que llegan a casi el 15%.

Así, terminó dándose lo que venían anticipando distintos analistas: en lugar de producirse un abaratamiento generalizado, las compañías pusieron primera y comenzaron a elevar los valores, ya sin riesgos de caer bajo el impacto del gravamen, a raíz al gap que se generó tras la suba de la base imponible.

Sucede que, con la devaluación y la inflación que se incrementaba mes a mes, hasta las terminales que producen en el país sabían que, tarde o temprano, la mayoría de sus modelos iban a quedar atrapados por la medida oficial.

Esto obligó a casi todo el sector a «congelar» precios a costa de resignar rentabilidad para evitar que más vehículos cayeran bajo el impuesto y quedaran directamente fuera del alcance de los compradores.

Así es como hasta la última semana de diciembre había más de 80 modelos con precios pisados desde hacía meses. Es decir, justo en el límite a partir del cual podían ser alcanzados por el tributo.

Precios «de estreno»
El 1° de enero de este año se publicó el decreto que modificó la normativa anterior, que databa de enero de 2014. El mismo dio cuenta de una suba en la base mínima imponible del 15% por un plazo de seis meses.

El hecho de que la medida tenga vigencia sólo hasta junio de 2015 ha sido tomada como una señal de que, para el segundo semestre, el Gobierno realizará otra actualización, de modo de no repetir el complicado escenario que debieron atravesar las empresas durante todo el año pasado.

Cabe recordar que la base imponible para la primera escala de 30% (que al precio de venta se traduce en un aumento del 50%) subió de $170.000 a $195.500 para el valor de venta a concesionario antes de impuestos y comisiones. En la práctica, pasó a afectar a los autos que tengan un valor de venta al público aproximado de $274.000 (ver cuadro).

En tanto, la base imponible de la escala del 50% (que al precio de venta se traduce en un aumento del 100%), subió de $210.000 a $241.500 para el precio de fábrica. En la práctica, ahora afecta a los autos que tienen un valor de venta al público aproximado de $442.000.

Para las marcas masivas, si bien el cambio no significa una mejora radical del escenario, al menos trajo algo de alivio, dado que pudieron comenzar a «liberar» los precios congelados de aquellos modelos que rondaban los $240.000, sin ningún riesgo de caer bajo el tributo, al menos durante el primer semestre.

La peor parte se la llevan los compradores que, a partir de ahora, deberán convalidar valores hasta 15% más elevados que los que regían hasta diciembre pasado.

Peugeot fue la primera en enviar a sus concesionarios los nuevos precios para los 0km, con subas que llegan hasta los $60.000.

La marca francesa había decidido que ninguno de sus modelos de producción nacional cayera dentro del impuesto durante 2014, lo que obligó a la compañía a «congelar» cualquier incremento a lo largo del año.

Así por ejemplo, el 408 Sport mantenía su valor «freezado» desde el mes de marzo, en torno a los $239.000. Esta política comercial había producido una fuerte distorsión en la lista de venta al público.

Ahora, en el caso de los modelos de fabricación nacional, son ocho las versiones que saltaron de ese valor límite hasta los $275.000, es decir, tuvieron un fuerte ajuste, del 15%.

En los modelos importados del 308, como el Turbo THP y el Tiptronic, pasaron de los $400.000 a los $460.000, la misma tasa de variación.

El 508, ya alcanzado desde antes por el impuesto, también ajustó sus precios al alza: la versión Feline HDI Tip, que hasta diciembre costaba $420.000, ahora pasó a los $491.000, lo que implicó un alza de casi 17%.

En tanto que el 508 GT HDI se encareció desde los $620.000 a los $721.000 (+16%).

Dentro del Grupo PSA, Citroên hizo lo propio aplicando cambios al C4 Lounge, modelo que fabrica en la planta de El Palomar. Cabe destacar que hasta diciembre había cuatro versiones al filo del impuesto, mientras que su tope de gama ya había sido alcanzado.

El listado de precios de enero llegó con incrementos de hasta el 12,5%. Tal es el caso del C4 Tendance HDI, que tenía un valor de $239.000, pero arrancó el 2015 a $269.000, es decir, unos $30.000 más.

Toyota también arrancó el año con cambios. En el caso del Corolla, de las ocho versiones, seis tuvieron incrementos. El modelo base pasó de $202.000 a $208.000, es decir, un 2% de suba.

Además, con la actualización de la base imponible, pudo normalizar la política de precios de este modelo, dado que, hasta diciembre, el Corolla XEI con caja automática valía lo mismo que la versión manual ($241.900), cuando históricamente la primera opción siempre tiende a costar más.

Ahora, la opción de caja automática se elevó unos $8.000 (+3,3%), mientras que la manual aumentó $5.000 (+2%).

En el caso del Etios, que se encuentra fuera de impuesto, se incrementó en promedio $3.000 en todas las versiones. También sufrió un nuevo salto la SW4, la SUV de fabricación nacional que fuera golpeada en 2014 por el gravamen: la versión tope de gama pasó de $721.000 a $750.000 (+4%).

En el segmento de vehículos que estaban lejos del alcance del tributo, también hubo varias actualizaciones, que son las que en general se dan con el inicio de cada año. En estos casos , los ajustes fueron de entre el 1,5% y el 6%:

• Renault fue la que avanzó con alzas que llegan a este último porcentual. Una versión del Clio Mio, por ejemplo, pasó de $118.500 a $125.300; la Duster, en tanto, de $210.100 a $221.900.

• Volkswagen aplicó un aumento del 3% para sus gamas más bajas. Algunos ejemplos son el Voyage, que pasó de $156.000 a $160.800, mientras que el Gol Trend escaló de $114.700 a $118.200.

• Ford, en tanto, realizó un ajuste de entre el 1,5% y el 2%. Una versión del Focus III pasó de $202.300 a $205.300; en tanto que una del Fiesta KD subió de $179.400 a $183.000.

En lo que respecta a estas últimas marcas, recién en los próximos días comunicarán su política de precios para aquellos vehículos que se encuentran al filo o incluso dentro del impuesto.

Un año marcado por las subas
Las modificaciones dadas a conocer por algunas terminales son las primeras de una tanda de aumentos que tendrán continuidad a lo largo de 2015.

Si bien en el sector admiten que la actualización del impuesto es mejor que la nada misma, saben que el incremento del piso es insuficiente para ponerse al día con las subas que se registraron en 2014, que promediaron el 48 por ciento.

«Si bien el 15% de variación ayuda, no es suficiente para cubrir los aumentos de costos que padeció la industria en los últimos 12 meses. Incluso, está por debajo de la inflación real. Lo positivo es que se trata de una medida semestral», afirmó el presidente de una de las agencias líderes en ventas que pidió estricto off the record.

Hernán Dietrich, director de la red de concesionarios oficiales de Volkswagen y Ford, defendió los valores que comenzaron a llegar con el cambio de almanaque: «Había muchos modelos que no aumentaban desde hacía 10 meses. Lo que se hizo, fue mantener los valores al límite para evitar el tributo y así no tener que sacar algunas versiones del mercado, porque nadie pagaría ciertos precios».

«Ahora, lo que se está haciendo no es aumentar, sino recuperar los precios como lo hicieron otros modelos dentro de la industria», completó el directivo.

Dentro de las marcas generalistas, la suba de la base imponible es vista como una oportunidad para volver a aplicar criterios comerciales más «coherentes» con la realidad del negocio.

Como se señalara, el mercado había quedado cautivo de muchas distorsiones, como versiones con diferentes cajas y niveles de equipamiento pero con precios idénticos o gamas recién lanzadas, pero casi totalmente discontinuadas ante el riesgo de caer presas del gravamen.

«A partir de la decisión del Gobierno de aumentar la base imponible del un 15% por 6 meses, Citroën podrá reconstruir la coherencia en la gama del C4 Lounge, el modelo más impactado por este impuesto», aseguraron fuentes de la terminal a iProfesional.

Afirmaron que «en las versiones tope de gama se podrán hacer gradualmente los ajustes de precios contenidos en 2014, recuperando de esta manera costos de fabricación e inflación futura».

Bajo la óptica de Rubén Beato, secretario general de la Asociación de Concesionarios (ACARA), la actualización «es un mejoramiento», aunque aclaró que aun con la modificación, el impuesto continúa siendo «muy gravoso» y perjudicial para las ventas.

Las que más lo seguirán sufriendo, sin dudas, serán las premium dado que, pese a los cambios, seguirán atrapadas en la segunda escala del tributo.

Así las cosas, las automotrices de alta gama ya se están resignando a atravesar un año tan duro como lo fue el 2014, cuando sufrieron un desplome del 70% promedio en los patentamientos, con algunos casos que incluso llegaron al 90% (ver cuadro).

En este contexto, la ministra de Industria, Débora Giorgi, insistió con el postulado de que «el objetivo de la modificación de la base imponible es no afectar la producción nacional y el trabajo con el impuesto interno pero, al mismo tiempo mantenerlo para aquellos bienes que representan consumos lujosos».

«Contrariamente a lo que se argumentó de manera maliciosa, el impuesto interno no fue ni será el factor que determinó la ralentización de la producción de autos», agregó la funcionaria.

Pese a esta defensa, 2014 se coronó como un período gris para el sector: los patentamientos de 0Km se derrumbaron un 28%, con un diciembre en el que se registró un desplome del 42%, el más elevado en 12 años para ese mes.

De cara a este 2015 que recién comienza, la actualización del tributo no mejoró las proyecciones que están trazando las consultoras.

Desde Abeceb estiman que, debido al encarecimiento relativo de los autos frente a los salarios, este año se comercializarán 630.000 unidades. De concretarse este pronóstico, implicaría un 8% menos que en 2014 y casi 35% por debajo del récord de 2013.

Fuente: Iprofesional.