Acreditar el compromiso

Qué importancia tienen las certificaciones para una empresa. Sus beneficios. Cuáles son las más usadas según el sector.

Cada vez más empresas buscan adquirir una certificación de sustentabilidad. De este modo, le demuestran a la sociedad que cuentan con una gestión responsable y transparente. Existen distintas organizaciones que generan normas para certificar el involucramiento sustentable de la compañía.

La certificación es una herramienta que brinda una distinción ante los clientes y la sociedad en general. «De esta forma, el sector privado puede demostrar que se ha preocupado por incorporar medidas que finalmente redundan en beneficios para el medioambiente y la comunidad», señala Micaela Smulevich, directora de Green Group consultora sustentable.

Muchas veces, las certificaciones habilitan a las firmas a acceder a un mercado especializado. Alejandro Vicchi, responsable de Implementación del Programa Valor, ejemplifica: «Las empresas líderes en muchas industrias, como la petrolera o la minera, les piden a sus proveedores que certifiquen ISO14001. Las tiendas de indumentaria pueden exigir certificación SA8000 para los confeccionistas. Y las de productos naturistas en general aprecian las certificaciones de producción orgánica». Según el especialista, también sirven como una ventaja competitiva dentro del mercado en el que se opera. «Tampoco hay que pensar que por tener esa certificación nos elegirán. Es un atributo más», aclara.

Para conseguir las certificaciones, la empresa tendrá que pasar por una etapa de adecuación. «Habrá que conformar comités internos, capacitar al personal y a la dirección, acostumbrarse a documentar las acciones, medir indicadores y establecer un sistema de auditorías internas. En el fondo, es adoptar un sistema de gestión, como el que pide la norma ISO9001. Aunque hay una tendencia a la convergencia, es decir, que las distintas certificaciones van adoptando pautas comunes o compatibles, de forma tal que para una empresa que tiene certificación ISO9001 o ISO14001, certificar SGE21 o SA8000 no le implica empezar de cero», dice Vicchi.

Sello auditado

La importancia de la normalización se manifiesta en las directrices GRI, las más utilizadas para elaborar memorias de sostenibilidad. Las mismas ayudan a las organizaciones a marcarse objetivos, medir el desempeño y gestionar el cambio.

ISO es la agencia de normalización internacional que más desarrolló la actividad de normalización y certificación a nivel mundial, y sus estándares ISO9000 e ISO14000, basados en lo medioambiental, son los más extendidos. ISO26000 es una guía que establece líneas en materia de Responsabilidad Social, pero no puede ser certificada. Para la construcción, la más reconocida en el país y a nivel mundial es la normativa LEED, establecida por el United States Green Building Council sobre aquellos edificios que tengan una dedicada atención a la sustentabilidad y el medioambiente. «En la normativa LEED se puede obtener un Certificado Plata, Oro o Platino. Depende del grado de profundización que se dedicó a todos los factores», explica Smulevich.

B-Corp y SGE21 son certificaciones que se asocian a la RSE integralmente. La primera determina que se trata de una empresa que utiliza el poder del mercado para solucionar problemas sociales y ambientales. La segunda es una norma española que avala la gestión integral de RSE con unas 120 compañías certificadas mediante auditorías similares a las de ISO. Hay otras que se enfocan en aspectos específicos, como la SA8000 que se basa en las condiciones laborales; la AA1000, cuyo foco es la gestión de los grupos de interés.

por  Florencia Tuchin.

Fuente: http://www.cronista.com/responsabilidad/Acreditar-el-compromiso-20170316-0007.html

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