Los gestores de fondos están retirando dinero de los mercados europeos de acciones y deuda debido a sus preocupaciones sobre el fracturado ambiente político en el continente, las bajísimas tasas de interés, la debilidad de los bancos y la prolongada postración económica.
Los inversionistas han vendido durante casi 15 semanas seguidas fondos que cotizan en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) vinculados con el desempeño de las bolsas europeas, según datos de UBS Group AG. Es el período más largo desde 2008. Mientras tanto, las salidas de fondos de los bonos de la zona euro superaron a los ingresos en más de 500.000 millones de euros al final de marzo, de acuerdo con un análisis de Pictet Wealth Management a partir de información del Banco Central Europeo. Los inversionistas se están alejando del creciente stock de deuda europea con rendimientos negativos.
El dinero que sale de Europa va a parar a los bonos del Tesoro estadounidense o a las economías emergentes, que ofrecen tasas de interés más altas, lo que ha impulsado los precios en esos mercados.
El año pasado, Europa era uno de los destinos predilectos de los gestores de fondos globales mientras se recuperaba de la crisis de deuda soberana que experimentó entre 2010 y 2012. El actual repliegue muestra que tal optimismo se esfumó rápidamente. “Es un flujo unidireccional de salida de Europa”, señala Ankit Gheedia, estratega de renta variable y derivados de BNP Paribas SA. “Si compras algo que no te da un retorno, lo vendes”.
El estímulo monetario provisto por el BCE y la incipiente recuperación de la economía habían atraído a los inversionistas que se marcharon durante la crisis de la deuda. El índice bursátil Stoxx Europe 600 avanzó 6,8% en 2015, mientras que el S&P 500, el indicador de referencia en Estados Unidos, retrocedió casi 1% en el mismo período.
Ahora, los inversionistas han vuelto a hacer las maletas. Los fondos han vendido acciones en todo el mundo en las últimas semanas ante las preocupaciones sobre la salud de la economía global. No obstante, la ola de ventas en Europa ha sido particularmente pronunciada.
Desde marzo, los fondos de inversión se han desprendido de cerca de US$22.600 millones en acciones de ETF que siguen la evolución de las bolsas europeas, equivalente a cerca de 9,4% del total de esas inversiones, indica Gheedia.
Mientras tanto, la asignación de capital de los gestores de fondos globales a las acciones de la zona euro cayó en mayo a su menor nivel en 17 meses, según un sondeo de Bank of America Merrill Lynch.
La situación ya impacta los mercados europeos. El Stoxx Europe 600 acumula un descenso de casi 8% este año, comparado con un desempeño sin variaciones del S&P 500. La banca es el sector europeo de peor rendimiento, con una caída cercana a 19%.
A los inversionistas les preocupa que las tasas de interés negativas absorban una parte cada vez mayor de los márgenes de los bancos europeos, mientras que las entidades del sur de Europa todavía afrontan las consecuencias de sus carteras vencidas.
Eso podría tener efectos colaterales en un continente donde las empresas dependen del crédito bancario para satisfacer alrededor de tres cuartas partes de sus necesidades de financiamiento. Los bancos también tienen un gran peso en los mercados bursátiles locales.
Los temores de los inversionistas acerca de los bancos se están empezando a hacer realidad en sus magros resultados trimestrales.
Las malas noticias en el frente de las ganancias, sin embargo, no sólo provinieron del sector financiero. En general, los resultados de las compañías europeas han intensificado las dudas sobre su rentabilidad en esa región.
“Después de 10 años de un crecimiento nulo de las ganancias en Europa, los inversionistas se han vuelto más pesimistas”, reconoce Karen Olney, estratega de renta variable de UBS. “Año tras año, los inversionistas esperaron el gran repunte de las ganancias, y año tras año se decepcionaron”.
La región también enfrenta una serie de pruebas políticas clave que podrían desestabilizar su recuperación mientras los inversionistas se quedan al margen.
El Reino Unido se pronunciará el 23 de junio sobre si debe seguir siendo parte de la Unión Europea. Un voto a favor de abandonar el bloque sacudiría los mercados europeos ante la preocupación de que otros países sigan el ejemplo.
“A menos que tenga una fuerte opinión de que la salida (del Reino Unido) no va a ocurrir, (Europa) es una jugada riesgosa”, advierte Luca Simoncelli, gestor de inversión de Unigestion, que administra US$19.500 millones en activos.
Los inversionistas de renta fija también se van de Europa, aunque por otras razones. Las políticas de estímulo del BCE, como implementar tasas de interés negativas para elevar la inflación, han arrastrado el rendimiento de los bonos de la zona euro, que se mueven en dirección opuesta a los precios.
Cerca de 54% de estos valores, o unos US$3,9 billones, tienen rendimientos negativos, calcula Bank of America Merrill Lynch. Eso ha hecho que los inversionistas busquen retornos más suculentos en otras partes, como los bonos del Tesoro estadounidense y los mercados emergentes, señalan analistas. El bono alemán a 10 años, por ejemplo, tiene un rendimiento de apenas 0,180%, por lo que el 1,84% que ofrece el bono del Tesoro de EE.UU. es mucho más atractivo.
“Hemos visto muchos flujos hacia cualquier cosa con un rendimiento positivo”, diceSteve Thompson, gestor sénior de portafolio de clientes de Invesco Fixed-income.
Algunos inversionistas, en todo caso, todavía no tiran la toalla.
Las persistentes ventas de activos de la zona euro, junto con la renovada fortaleza del dólar frente al euro, podrían abaratar las exportaciones de la región y algunos analistas resaltan el repunte de la economía en el primer trimestre.
Si los electores británicos optan por quedarse en la UE, como vaticinan las últimas encuestas de opinión, las bolsas del continente podrían recuperarse conforme entren al mercado los inversionistas que se han mantenido al margen, indican los analistas.
La ola de venta ha reducido las valuaciones de las empresas europeas frente a las de sus pares estadounidenses. Las compañías del Stoxx Europe 600 se transan a una relación de 14,8 veces sus ganancias de los próximos 12 meses, comparado con 16,5 veces en el caso de las empresas que integran el S&P 500.
Muchos analistas siguen siendo pesimistas sobre Europa. El continente “parece ser un poco más barata que EE.UU., pero si se mira el crecimiento subyacente, uno puede argumentar que es más barata por una razón”, manifiesta Michael Mussio, director gerente de FBB Capital Partners, una gestora de patrimonio de EE.UU.
Fuente: Wall Street Journal (http://lat.wsj.com/articles/SB11402597840229114243804582085042303840860?tesla=y)