América Latina y China han protagonizado un auge comercial impresionante. En los últimos 15 años, los flujos comerciales entre ellos se han multiplicado 21 veces y China es hoy el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú. Hoy, los vínculos han cambiado, planteando nuevos desafíos y oportunidades en comercio, finanzas y relaciones políticas, como se analiza en nuestro informe regional, Perspectivas Económicas de América Latina, elaborado junto con la CEPAL y la CAF, que se concentra este año en la relación, presente y futura, entre América Latina y China.
En 2015, América Latina registró un crecimiento negativo (-0.2%) por primera vez desde 2009 y, según varios pronósticos, también sucederá en 2016 (-0.6%) y 2017 (2.0%)[1]. Este promedio esconde notables diferencias regionales, con países manufactureros de América Central y México liderando la recuperación, un grupo de países andinos luchando por mantener tasas de crecimiento sólidas, y cuatro países clave de la región – Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela – en recesión.
En medio de una coyuntura económica compleja, América Latina debe considerar su situación en el contexto global y no dejar de lado sus retos estructurales. El fenómeno conocido cómodesplazamiento de la riqueza mundial(ó Shifting Wealth), identifica un panorama de desarrollo a tres velocidades, con buena parte de los países más vulnerables en los años 90 convergiendo a mayores niveles de ingreso. En ésta dinámica, China y América Latina han compartido retos, pero también han desempeñado papeles distintos. Mientras que en los años 1990 ambos explicaban en torno al 10% del crecimiento mundial, en el último quinquenio China explica un tercio del mismo, cinco veces más que América Latina. La nueva normalidad de China, con tasas de crecimiento menos espectaculares pero más sostenibles, un mayor consumo, la consolidación de la clase media urbana y el auge de industrias de conocimiento y tecnología, refleja una estrategia clara del país asiático para superar la llamada trampa del ingreso medio, y de la cual, al enfrentar retos comunes, la región puede aprender.
América Latina necesita una estrategia proactiva con políticas decididas de diversificación productiva
¿Qué significa todo esto para América Latina? Grandes oportunidades y notables desafíos.
América Latina puede afrontar algunos de sus retos de desarrollo de la mano de esta transformación, pero ello exige una estrategia proactiva con políticas de diversificación productiva, mejoras de calidad y de valor agregado de bienes y servicios, y una mayor integración regional.
En primer lugar, la nueva demanda China abrirá puertas para las exportaciones de alimentos demandados por su nueva clase media (como pescados, carnes y fruta) y de servicios, incluyendo el turismo. Para ello, es necesario introducir varias mejoras en la calidad fito-sanitaria y trazabilidad de ciertos productos, como las que, por ejemplo, se implementaron en la industria bovina en Uruguay o la industria láctea en Argentina.
En segundo lugar, América Latina ha de proseguir sus esfuerzos en formar capital humano. Hoy en día, sólo uno de cada cinco estudiantes de educación terciaria en la región se matricula en ciencia y tecnología, frente a la mitad en China.
En tercer lugar, América Latina puede profundizar y optimizar las relaciones financieras con China. Los datos del Dialogo Interamericano muestran que China es hoy el principal prestamista de la región, por delante del Banco Mundial, el BID o la CAF. Además, China invierte hoy en sectores como telecomunicaciones, energía eléctrica y tecnologías verdes.
Los tres desafíos – diversificación, capital humano y financiamiento – se afrontarían mejor con mayor coordinación sobre la base de plataformas existentes, como Mercosur y la Alianza del Pacífico.
Es el momento de avanzar hacia una nueva asociación con China, en la que todos ganen. China podrá seguir contando con un socio comercial fiable y un destino para sus inversiones, mientras América Latina podrá contar con un socio financiero y un mercado atractivo y creciente.
Mario Pezzini es director del Centro de Desarrollo de la OCDE y directoriInterino de la Dirección de la Cooperación al Desarrollo de la OCDE, participó en la presentación del informe «Perspectivas Económicas de América Latina 2016» el pasado 9 de mayo en Casa de América.
[1] Datos de crecimiento de Consensus Forecasts (Abril 2016).