Giro pedagógico. El desarrollo de nuevas estrategias para interesar y estimular los procesos de aprendizaje. La capacitación docente, la necesidad del acompañamiento directivo y familiar, los límites y el aporte de la Neurociencia
La crisis del sistema educativo obliga a pensar y repensar estrategias: apatía, desinterés, desmotivación, alta deserción y abandono –en la Secundaria solo egresa el 50% de los jóvenes y en la universidad pública, tres de cada 10 ingresantes–, falta de comprensión lectora, bajo nivel de aprendizajes en Matemáticas y Ciencias… Y la lista sigue.
Frente a esa realidad, asoman nuevas propuestas de trabajo, incipientes, a partir de procesos investigativos científicos, que van produciendo cambios lentos, pero que empiezan a marcar nuevos rumbos. Es lo que está planteando la Neuroeducación, que no es otra cosa que el aporte científico al ámbito escolar, proveniente de las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro.
La tendencia va ganando terreno, acá y en el mundo. En nuestro país, es prolífica la oferta de capacitación docente en la materia, con exponentes prestigiosos.
En realidad, hay un gigantesco desafío para ver, de qué modo, se puede evolucionar desde la forma tradicional de impartir las clases, hacia una educación centrada en el alumno.
Uno de ellos es Hernán Aldana, doctor en Ciencias Biológicas, y decano de Ciencias Exactas y Naturales, y de Ciencias de la Salud de la Universidad de Belgrano. Ejerce la docencia en la Universidad Nacional de la Matanza y en la Universidad de Morón y se desempeña como investigador y divulgador de la aplicación en el aula de los descubrimientos de las Neurociencias.
El profesional estará hoy en Libertador San Martín, convocado por la Asociación de Graduados de Ciencias de la Educación y las carreras de Ciencias de la Educación y Profesorado Universitario de la Universidad Adventista del Plata. La jornada se denomina “Neurociencias y educación: aportes para la práctica docente”, y el propósito es mostrar cómo las investigaciones sobre el cerebro y el aprendizaje pueden cambiar la dinámica de enseñanza.
En el marco de una entrevista con UNO, Aldana habló de “un cambio de paradigma educativo enorme” que se está dando en la realidad, al aseverar que a diferencia de años atrás, hoy “enseñar es si realmente alguien aprendió”. Planteó la importancia del aporte de la Neurociencia en los procesos de aprendizaje, a partir de cambios pedagógicos como mayor interactividad con los alumnos y de nuevas formas de preparación de clases, a partir de la capacitación docente, la necesidad del acompañamiento de los padres, y se refirió a nuevas tendencias educativas en el mundo, como Escuelas al Revés –donde los alumnos ven por youtube o en cd las clases teóricas en casas, y trabajan la práctica en las aulas–, o del mismo modo, las Academias Khan, un fenómeno explosivo en Internet.
“Estamos en el medio de un cambio de época impresionante. Es un cambio total, una exigencia muy grande para lo que venís haciendo. Es un momento donde tenés que cambiar, no te queda otra”, sintetizó.
—Hay una nueva concepción centrada en el aprendizaje, ya no solo en la enseñanza. De qué manera la Neurociencias van haciendo su aporte, y cómo van modificando los procesos en el aula?
—La realidad es que hay un cambio de paradigma educativo enorme, más allá de la Neuroeducación. Si yo te preguntaba hace 10 años qué era enseñar, la mayor parte de los docentes te decían explicar, transmitir información, examinar. Hoy es un cambio terrible: hoy realmente enseñaste si el otro aprendió; si no hubo aprendizaje, no hubo enseñanza. Si a la mayor parte de los alumnos le fue mal, no enseñaste. Hay un giro en la educación que la enseñanza se basa en el aprendizaje. Es una nueva competencia del profesor.
El profesor no tiene que pensar tanto cómo hacer el power point, qué va a dar, si no qué estrategias puede implementar en las aulas para que los alumnos aprendan más. Ahí la Neuroeducación viene a ayudar, a darle herramientas, porque fundamentalmente enseña cómo aprende el cerebro. Por lo tanto, la base de la enseñanza hoy es lograr que el alumno aprenda. No soy yo, el docente, o la clase magistral, sino que lo importante es una clase magistral interactiva por lo menos, o una clase activa.
—El centro del proceso deja de ser el maestro y pasa a ser el alumno.
—No, para mí son los dos sagrados. Hoy más que nunca necesitás un modelo que es el profesor. No estoy muy de acuerdo con la educación a distancia, a veces no queda otra porque la necesitan para quienes están lejos, pero no es lo mejor y no puede reemplazar al ser humano que está en el aula, es imposible. Ese modelo profesional, el tipo grande con experiencia, no lo puedo reemplazar con un power point o un pdf. Siempre y cuando el maestro sea un modelo, sea realmente una clase magistral, ¿estamos de acuerdo? Si tenés un profesor que te pasa un power point y no te aporta nada, el alumno se da cuenta que es lo mismo que un libro y eso no sirve para nada.
Vuelvo a repetir: los dos son sagrados, el alumno y el profesor, los dos tienen casi la misma importancia. Lo que pasa es que el profesor es el que tiene que cambiar su estrategia.
—El cambio de estrategia abarca distintos componentes: mayor participación de los chicos, otro modo de preparación de las clases, nuevos esquemas de interrelación práctica.
—Exacto. Ahí la Neuroeducación viene a aportar y decir ‘mirá que la atención dura poco, la tenés que hacer sobrevivir’. Tenés que interactuar para que el chico salga de su cabeza, porque está pendiente de su celular que es más fuerte que lo que vos le decís, está en su mundo; entonces el docente tiene que lograr que salga de su mundo y se meta en el mundo de la materia. Y por otro lado apasionarlo, porque el drama que tenemos hoy es que tenemos poca gente apasionada. Entonces vos lo sacás de su mundo, te mira, pero si vos no transmitís nada apasionado, se vuelve a meter en su mundo.
Lo que viene a traer la Neuroeducación es cómo se presta atención, cómo se mantiene la atención, cuánto dura. ¿Se puede guardar mucha información? No se puede. ¿Cuántos tipos de inteligencia hay, cuantos tipos de memorias hay? ¿Qué se puede aprender en el aula?, ¿cómo tiene que estar pintada el aula, cómo tiene que ser la luz? A qué hora tenés que explicar: a la mañana, a la tarde o la noche. ¿Es lo mismo varones que mujeres? ¿Es lo mismo adolescentes, niños, adultos mayores?
—Eso requiere una enorme predisposición, voluntad y capacitación de los docentes.
—Estás en el medio de una época impresionante. Es un cambio total, una exigencia grande para lo que venís haciendo. Está re-bueno, para el que se anima. Pero es un momento donde tenés que cambiar, no te queda otra. En Uruguay, semanas atrás, un profesor universitario renunció porque no le ganó a los celulares.
—Bajó la bandera fácil.
—Porque es malo. A mí nunca me ganó un celular y hace 20 años que enseño. Hay mucho que cambiar cada uno. Superar la resistencia al cambio, porque somos así. Cuando nos va mal en el amor somos repetitivos, tenés que hacer terapia. La gente no cambia salvo que le pase algo, o por una enfermedad o porque se le muere un ser querido. O por meses de terapia.
—De todos modos, hay una necesidad que estos cambios no solo provengan de los docentes, sino que este nuevo paradigma sea acompañado por otra concepción, por parte de padres y directivos.
—Fundamentalmente lo que más cuesta, si vos hablás con los docentes secundarios, más que con los primarios, te dicen –durante las capacitaciones–, que estamos muy solos. ¿Por qué? Porque no nos protegen los directivos y no nos protegen los padres. Cuando ponemos un límite a un adolescente, viene el padre y nos reta, o viene el director y nos reta. Porque el padre no está presente, trabaja 10 horas fuera de la casa, y la madre lo mismo. El núcleo familiar no está y cuando está, es culposo. Le trata de dar plata, le compra la Play Station, el último celular, por lo tanto cuando el alumno viene y le dicen me pusieron un 4, dicen ‘cómo a vos que sos tan inteligente’. Hay culpa, el padre no puede poner límites porque no está, pero tampoco permite que otro ponga límite y eso es lo que hay que tratar de cambiar. Porque yo voy a confiar en la institución educativa; si la institución le puso una baja nota, una baja nota, un límite, no puedo ir a romper eso, porque no hay límites en ningún lado.
Por otro lado hay que ser claros, las escuelas privadas dependen de los alumnos y las cuotas, es una realidad. Entonces los directivos no se pueden dar el lujo de perder alumnos.
—En las públicas, en los últimos años, se hizo eje también en la necesidad de contener en el aula, más allá si aprendía o no.
—Eso te iba a comentar. Una profesora de Literatura amiga, que da clases en la escuela pública, me contaba que la directora dice que prefiere que el chico esté en el aula y no en la calle. Entonces en lo privado, es cuidar la cuota y en la pública, muchas veces cuidar al alumno para que no esté en la calle. Pero en todos lados no se pueden poner límites. Entonces hay que enseñar a los padres cuando se puede, que permitan que el docente ponga un límite, y los apoyen. Esto por un lado.
Por otro lado hay que enseñarles cómo es el ambiente donde aprenden los alumnos, que lo dejen caminar, que le dejen poner música que no está mal, lo retan porque se mueven o caminan. O que en las vacaciones lleven material de lectura, porque si no hay retraso cognitivo, porque tres meses sin entrenar el cerebro es retraso cognitivo. Entonces el padre dice ‘che, tu profesor no tiene nada que hacer que en las vacaciones te da tarea’. Hay padres que se quejan porque los profesores dan tareas en las vacaciones. Y no saben que si no hay entrenamiento cognitivo, hay retraso. Te doy un ejemplo. O la importancia de trabajar en grupo, por lo tanto que dejen que compañeros vayan a estudiar a sus casas, que pongan y permitan que haya reuniones en la casa, que no los echen a la calle. O que no permitan que la Play esté en los cuartos, porque sino el chico se duerme a las 4 de la mañana. Los padres tienen que poner un límite.
—Esas aristas van por el eje de nuestra realidad cultura y social. En el caso de la Neurociencia impone cambios en la modalidad de enseñanza, en el aula, pero de qué manera se haría la evaluación de los alumnos, teniendo en cuenta que se trata de observar particularidades de cada uno, de habilitar procesos progresivos distintos?
—Buena pregunta. Si vos ves lo que está pasando en el mundo a partir de la Neurociencia, hay experiencias como las que se llaman Escuelas al revés. En Finlandia, en España, los jesuitas ya lo hicieron en varias aulas de España desde 5º grado con un éxito bastante enorme. ¿En qué se basan? En que el alumno mira la teórica en la casa, en youtube, en un cd que da el docente y hace tareas con el docente en la escuela. ¿Qué beneficio tiene? Cuando el alumno está en la casa, mira y pone pausa, entonces la teórica acompaña al cerebro del alumno: pongo rápido, freno. Esto es también el éxito de las academias Khan, es una cosa loca que hay en Internet. Son millones de teóricas en Internet, con todos los temas habidos y por haber, subidos por profesores. Entonces vos le decís al alumno que le grabás una teórica o le decís tal teórica de la Academia de Khan. Y está tan bueno el sistema, porque incluso está el recurso para que el docente pueda saber cuántos alumnos la vieron, hasta dónde llegaron. Es maravilloso.
Y después vos trabajás en el aula con las actividades prácticas, no das téoricas. Vas trabajando con cada chico en los deberes, en la discusión.
—En esa línea, habría un cambio drástico de todo el sistema educativo. Mientras tanto cómo se va haciendo el pasaje.
—Con mucha deserción.
—¿Y cómo podemos pensar que será la escuela en 20 o 30 años?
—Sin lugar a dudas, vamos a pasar una época de errores, como siempre, muchas Tics exageradas, mucha tecnología exagerada. Los power points son uno de los peores fracasos en las aulas: el 90% de los profesores aburren con los power points. Es de las tecnologías más usadas y más aburridas. Con esto vamos a pasar por errores y va a volver a ser el centro el docente, sin lugar a dudas, como un eje fundamental. Lograr que el docente enseña con la boca cerrada, eso va a ser el final: con pocas palabras, mucha guía, orientación al pensamiento, que lleve al alumno a descubrirlo, a ayudarlo ante cosas que le han salido mal o bien, siendo un guía profesional y humano. Con mucho aliento, transmitiendo mucha pasión, dejando que se equivoquen mucho, que es una de las cosas que más nos cuestan. El alumno se tiene que equivocar mucho porque sino, no es creativo, nosotros castigamos al error asquerosamente. Los chicos no se animan a preguntar en clases por temor a que se enojen. Es terrible.
—Será un cambio de época, que modificará la postal del alumno mirando al pizarrón durante horas.
—Es que nunca funcionó. Es una mentira. Porque vos te quedabas más quietito porque te retaban, o te echaban del colegio, pero estabas quietito mirando al docente y con la mente en cualquier lado. Lo que pasa es que ahora como no hay límites, el tipo se aburre y saca el celular o se pone a hablar con la compañera. Ésa es la diferencia. ¿Pero vos te pensás que nosotros estábamos muy atentos? No te equivoques.
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El Papa está preocupado por pobreza léxica
Durante una audiencia privada, el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha; el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva; el académico Francisco Rico y Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, embajador de España ante la Santa Sede, obsequiaron al papa Francisco una copia de El Quijote de la Mancha.
El director del Instituto Cervantes contó al Papa el motivo de la visita. “Nos parecía que en los 400 años del fallecimiento de Cervantes, recordando al ‘viejo’ profesor de Literatura que él había sido cuando era maestro de los jesuitas, lo más adecuado era ofrecerle una edición que es la edición de referencia, de estudio, que en realidad constituye una enciclopedia de El Quijote y al mismo tiempo rescata la voz de Cervantes, todo a lo largo de la novela, de adiciones y supresiones que hicieron los impresores”, explicó.
Por su parte, Francisco recordó que siendo estudiante de la escuela media de ciencias, leían El Quijote íntegro y que lamentablemente en la escuela secundaria hoy, los estudiantes de Humanidades no tienen un léxico disponible superior a las 500 palabras. El idioma, vale aclarar, cuenta con unos 100.000 vocablos.
“Encontramos a Francisco preocupado por la pobreza léxica de los estudiantes de su país”, aseguró Darío Villanueva, en una rueda de prensa realizada en Roma tras visitar al pontífice para entregarle un ejemplar del Quijote.
“Se nota que le llegó alguna estadística de que los estudiantes secundarios argentinos salían de sus estudios sólo con 500 palabras del español, que son muy pocas”, explicó Villanueva durante el encuentro desarrollado en la sede de la Embajada española ante la Santa Sede,
Para animar al pontífice, contó Villanueva, al entregarle el ‘Diccionario de Autoridades’ le indicaron al Papa que “la versión en línea de nuestro diccionario obtuvo el pasado mes de marzo 71.200.000 consultas, de manera que no todo está perdido”, es decir, “mucha gente a través de internet, de los teléfonos móviles, computadores y ordenadores están muy interesados por ampliar su léxico”. Notamos –añadió Villanueva– que el Santo Padre recuerda esa etapa suya como profesor con verdadera nostalgia.
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Números
– 500 palabras promedio usan los alumnos secundarios.
– 100.000 la cantidad de vocablos que tiene el idioma.
Daniel Caraffini / De la Redacción de UNO
(fuente: http://www.unoentrerios.com.ar/laprovincia/Cambiar-el-futuro-en-el-ambito-escolar-el-desafio-de-la-atencion-20160508-0021.html)
Colaboración de Luciana Roude, muchas gracias Luciana