El perfil del defraudador oportunista

defraudadorEn un capítulo de una serie animada británica llamada Bob y Margaret, este matrimonio sin hijos que en cada episodio se enfrenta a alguna crisis cotidiana, llega a su casa y descubre que unos ladrones la vaciaron. En medio de la angustia se sientan a hacer la lista de bienes faltantes para presentarla a la compañía de seguros, y en ese momento ven al lápiz y al papel que tienen sobre la mesa como una oportunidad para mejorar en algo su calidad de vida. Deciden entonces hacer un listado más emparentado con sus deseos que con el verdadero patrimonio que habían perdido a manos de los ladrones. Y así se convierten en lo que las aseguradoras llaman defraudadores ocasionales: no son profesionales en este tema ni pertenecen a una organización delictiva, pero la tentación del momento -y quizás otros temas como su percepción del gasto que tuvieron con el pago de la póliza mientras no les había ocurrido nada- los llevó a reclamar algo, aun siendo plenamente conscientes de que no les correspondía.

Como la serie demuestra, el fraude ocasional es un tema presente en muchas latitudes, tanto como la tolerancia que parece existir con el tema.

En España, una encuesta de la compañía Línea Directa -respondida por más de 1200 personas y difundida recientemente- reveló que un 35% de los conductores de autos justifica ese accionar, en tanto que varios de los encuestados (la mitad de esa proporción) admitieron que estarían dispuestos a mentir sobre los daños de un siniestro si no corrieran riesgos de ser descubiertos.

El estudio muestra que entre los hombres es mayor la propensión a esta práctica que entre las mujeres, y que ellas se arrepienten con mayor frecuencia que ellos (más de 6 de cada 10 en el primer caso, y la mitad de los defraudadores, en el segundo). A la hora de exponer razones para justificarse, la excusa masculina que prevalece es la necesidad de mantener el auto en perfecto estado, en tanto que el argumento femenino pasa por el cuidado de la economía familiar.

En la Argentina, desde el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), identifican algunos rasgos del defraudador ocasional: «Entre las condiciones más observadas está el haber estado mucho tiempo asegurado en una misma compañía; tener deudas por un tiempo, pagar todas las cuotas juntas y luego denunciar un siniestro, y tener un siniestro muy cercano a la fecha de fin de vigencia de la póliza». Entre las cosas que ocurren con frecuencia, dentro de lo que está catalogado como fraude, están el cambio de las circunstancias en que se generó un siniestro (declarar que fue otro el conductor del auto en un choque, por ejemplo); la magnificación de los daños causados por un hecho; el reclamo por daños que son reales pero que no fueron producto del siniestro en cuestión, y el autorrobo.

Según una muestra de 7500 investigaciones por posibles estafas al sistema asegurador, el tipo de siniestro que encabeza el ranking es el robo de ruedas (28,2% el total), en tanto que el fraude en la declaración de lesiones participa con 11,8 por ciento.

«Este tipo de defraudador [el ocasional] es por lo general una persona de clase media o alta, con acceso al pago de la cobertura de un seguro, y es alguien que no estaría dispuesto a cometer otro delito», detallan en Cesvi, diferenciando ese perfil del de quienes tienen como actividad habitual cometer fraudes o el de quienes participan de hechos delictivos desde una organización.

En este último tipo de casos, las compañías dicen que siempre los perjudicados directos resultan personas de clases socioeconómicas bajas, más expuestas a prestarse, por necesidad, a hechos en los que sufren lesiones físicas (por simulación de siniestros) además de a la estafa de quienes los «contratan». Más allá de la gravedad de esos casos, mayor a la del fraude del oportunista, en las compañías señalan que ambas situaciones tienen efectos comunes, como la desnaturalización del sistema, el hecho de haber cometido un delito penal y el impacto en costos, que se traducirá en precios de las pólizas más elevados.

Silvia Stang

(fuente: http://www.lanacion.com.ar/1882779-el-perfil-del-defraudador-oportunista)

Colaboración de nuestro compañero de Casa Central Sebastián Bernardi, muchas gracias Seba

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