Año a año aumenta el calentamiento global

calentamiento global 2Cada vez hace más calor, producto de la ambición de muchos en detrimento de todos, de la inacción de los Estados, del silenciamiento de los medios por intereses económicos. Qué se puede hacer, en una charla con el profesor Luis Lafferriere y con el ambientalista Horacio Enríquez.

No es una sensación. La Organización Mundial de Meteorología informa que el lustro 2011-2015 fue el más caluroso del que se haya tenido constancia. Y el 2015 fue considerablemente más cálido que el 2014. Este proceso acelerado hace que el panorama no se presente para nada alentador para la vida en el planeta. Un planeta finito, cuyos límites estamos desafiando.
El análisis de la OMM combina los datos de la NASA y de NOAA (la Administración de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos); el Met Office (la Oficina británica de Meteorología), y el Centro Europeo para las Previsiones Meteorológicas, por lo que sus resultados se convierten en la fuente internacional con más autoridad en el tema.
Las altas temperaturas estuvieron, además, acompañadas de eventos meteorológicos extremos como sequías, inundaciones y ola de calor.
“Hemos rebasado por primera vez el límite de un grado centígrado respecto a la era preindustrial. Es un momento esencial en la historia de nuestro planeta”, dijo el citado comunicado.
INVERNADERO. EL DIARIO dialogó con el profesor e investigador de la Universidad Nacional de Entre Ríos, Luis Laferriere, acerca de esta situación y sus proyecciones. El catedrático es un calificado informante, que vuelca en aulas y conferencias los datos que colecta.
“Durante la última década es preocupante cómo está cambiando el clima, cómo está aumentando la temperatura en el planeta. Todo este proceso se está dando en un plazo de tiempo muy breve, teniendo en cuenta que los cambios de clima, en general, son procesos muy largos”, dice Lafferriere.
Aclara que el aumento de la temperatura del planeta está asociado a la densidad de gases de efecto invernadero: “Se empezó a alterar la cantidad de estos gases que existen en la Tierra de manera natural, y que permiten la vida en el planeta”.
MIRADAS. Para abordar este tema crucial se han formado organismos, el más prestigioso, según Lafferriere es el Comité Intergubernamental de Naciones Unidas para el Cambio Climático, integrado por científicos de casi todos los países que siguen los datos día a día. Ese comité emite informes que son cada vez más alarmantes.
Explica el investigador que se hablaba de la posibilidad de que a fines del siglo XXI la temperatura podía aumentar entre 2 y 6 grados en relación a lo que era la temperatura antes de la era industrial. Lo alarmante viene de que esos plazos para llegar a ese límite extremo se están acortando a pasos agigantados. Los tiempos se acortan y ya se habla que puede llegarse a esa temperatura en 15 años.
“La cantidad de gases se mide en parte por millón, lo que es habitual es hasta 280 parte por millón –grafica Lafferriere-, se decía que no deberíamos superar la 350 parte por millón y el año pasado ya habíamos llegado a las 400 partes por millón”.
Se dice que ante un aumento de 2 grados no se sabe cómo puede reaccionar el planeta.
“Hablando claramente, eso haría que la vida para el ser humano sería muy difícil de sostener”, admite.
El último informe de la Cumbre de Cambio Climático ya se cuestionaba no haber llamado más la atención en el informe de principios de siglo sobre la necesidad de disminuir la tasa de crecimiento de gases. “Al contrario, se aceleró y esto tiene que ver con el modo de producción y de consumo de los seres humanos, condicionados por el sistema en el que vivimos. Este sistema tiene una forma de funcionamiento que hace que la actividad económica procure permanentemente mayor crecimiento”.
En el proceso de producción se usan muchos recursos naturales y se arrojan a la naturaleza los desechos, produciendo gran cantidad de gases de efecto invernadero.
“El uso que hacemos de la energía es demencial, pero hay intereses muy fuertes que están detrás de todo esto”, afirma Lafferriere.

ESTRATEGIAS
“Cambiemos nosotros para que el clima no cambie”

Ésta es la frase que identifica el accionar de la Red de Escuelas Verdes de Paraná, en total sintonía con el pregón de que el cambio debe ser cultural y de modos de vivir.
La cumbre de diciembre en París es de alguna manera un acuerdo histórico en el marco de la crisis del clima, de este evidente deterioro del sistema climático global que se está produciendo. Los cambios violentos, con eventos cada vez más recurrentes y con costos económicos y también de vidas.
EL DIARIO consultó a un referente en temas ambientales que desde hace 22 años trabaja en la Fundación Eco Urbano, Horacio Enríquez.
Para Enríquez es un reto para la humanidad, un desafío muy complejo a la vez que es una oportunidad para transitar hacia una sociedad global, que sea más consciente, más responsable y que pueda viabilizar una economía baja de carbono. Y a su vez que este modelo de energías más limpias asegure la sustentabilidad ambiental y social.
Según él, en el tema del cambio climático hay que entender que existen también las llamadas responsabilidades compartidas pero diferenciadas.
“Está bien claro que hay países que han sido los históricos responsables de estas crisis climáticas, que son los países desarrollados, que si bien nos impacta a todos, también hay que decir que los desafíos para los países como Argentina y la periferia pasan básicamente por resolver la pobreza y la exclusión y también los desafíos tecnológicos que presenta el cambio climático”, afirma.
Con respecto a lo que son las cumbres de cambio climático advierte que sería bueno que en estos acuerdos los compromisos no sólo se limitaran a cambiar los modos de producción, sino que se extendieran a financiar esa transición para los países en desarrollo.
“Tienen que mejorar los planes de adaptación –advierte Enríquez-. Existen ya experiencias en muchos municipios de la Argentina que están trabajando programas de adaptación al cambio climático y de investigación”.
Cita como ejemplo a la Red Argentina de Municipios, que trabaja con más de 80 municipios, entre ésos, algunos en la provincia de Entre Ríos.
EL TIEMPO. El cambio climático no da tregua y se viene dando incluso más rápidamente de lo previsto. Si bien en el nivel macro el panorama no es alentador hay acciones concretas e inmediatas que se pueden ir implementando en el tránsito hacia un buen vivir.
“El tiempo es un recurso no renovable, por eso estamos viendo que desde el espacio local, de los municipios, medianos o chicos se pongan en marcha políticas públicas vinculadas a la adaptación al cambio climático”, dice Enríquez.
Pone como ejemplo un caso que por sencillo tal vez pase inadvertido. El árbol. “Urge poner en valor el cuidado del árbol, que tiene que ser una cuestión cultural en la educación formal y no formal. El árbol es un servidor público por el cual no tenemos que pagar impuestos y nos genera un montón de beneficios hoy más que nunca –grafica-. Así también la cultura de la bicicleta, el uso del transporte público, el aprender a que cada uno no puede estar autotransportándose porque genera una fuente de contaminación muy grande”.
El desafío para Latinoamérica es investigar y adaptarse al cambio climático sin perder de vista la inclusión y la reducción de la pobreza.
“Así como hay que lograr que los países grandes se vayan comprometiendo hay que ir logrando una cultura de adaptación; en los países de Latinoamérica, también hay que hace una tarea de investigación y conciencia de un consumo responsable”, afirma.
Desde Eco Urbano y con tantos años de trabajo institucional siempre se ha tratado de promocionar la cultura del buen vivir. Una cultura que pregona el alejamiento del consumo demencial de bienes innecesarios que generan una cadena de contaminación que provoca fenómenos que nos son muy cercanos, como las recientes inundaciones de nuestro Litoral. “Una de las consecuencias que genera el cambio climático es que hay muchos lugares que están sufriendo estrés hídrico y otros, como acá, donde las masas de agua están teniendo un comportamiento que provoca inundaciones”.
Para generar ese cambio de hábitos tienen que estar en sintonía los ámbitos estatales y privados. “Adaptarse al cambio climático es también una forma de ser más competitivo y entender que cuidar el ambiente es responsabilidad del Estado, de la sociedad toda y de los sectores productivos. Es fundamental que haya políticas de articulación para ir transitando hacia sociedades que tengan en primer lugar de la agenda el tema ambiental”, concluye.

(fuente: http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/150789-ano-a-ano-aumenta-el-calentamiento-global.htm)

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