FMI estima que economía de Brasil caerá 3,5% y arrastrará a América Latina

FMI logo en paredLos informes sobre las perspectivas de la economía internacional siguen corrigiéndose hacia la baja. Ahora le tocó el turno al Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo dio a conocer la actualización de sus principales proyecciones con un recorte de 0,2% para la previsión del crecimiento de la economía del planeta, tanto para el año en curso como para el 2017. De esta manera este año la economía mundial crecería 3,4% y el 2017 3,6%. El contexto que presenta el Fondo para la Argentina es sombrío: Brasil, principal socio del país y primer destino de las exportaciones industriales caería 3,5% este año y China, nación determinante en los mercados de materia primas, desaceleraría su crecimiento en 0,6% para avanzar «sólo» 6,3% en 2016 (lejos de las tasas de casi 10% de las últimas décadas).

De todas formas, para el FMI el mundo seguirá creciendo. La expansión del producto mundial, que las estimaciones actuales ubican en 3,1% para 2015, alcanzaría 3,4% en 2016 y 3,6% en 2017. El Fondo reconoce que «el repunte de la actividad mundial será más gradual que lo previsto en la edición de octubre de 2015 de Perspectivas de la economía mundial, especialmente en el caso de las economías de mercados emergentes y en desarrollo».

En 2015 la actividad económica internacional se mantuvo «atenuada», detalla el informe. A pesar de queaún generan más del 70% del crecimiento mundial, las economías de mercados emergentes y en desarrollo se desaceleraron por quinto año consecutivo, en tanto que las economías avanzadas siguieron registrando una ligera recuperación.

A juicio del organismo multilateral, las perspectivas mundiales siguen estando determinadas por tres transiciones críticas:

– la desaceleración y el reequilibramiento gradual de la actividad económica de China, que se está alejando de la inversión y la manufactura para orientarse hacia el consumo y los servicios.

– el descenso de los precios de la energía y de otras materias primas.

– el endurecimiento paulatino de la política monetaria de Estados Unidos en el contexto de una resiliente recuperación económica, en un momento en que los bancos centrales de otras importantes economías avanzadas continúan distendiendo la política monetaria.

También seguirán creciendo los países menos desarrollados, pero con un dinamismo menor que años atrás. El FMI calcula que el crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo aumentará, según los pronósticos, de 4% en 2015 -el nivel más bajo desde la crisis financiera de 2008-09- a 4,3% y 4,7% en 2016 y 2017, respectivamente.

Particularmente, el informe destaca que se prevé que el crecimiento en China disminuya a 6,3% en 2016 y 6,0% en 2017, más que nada debido a un crecimiento más bajo de la inversión a medida que la economía continúa reequilibrándose. Cabe agregar que los analistas internacionales plantean dudas en cuanto a la exactitud de las estadísticas chinas. Más aún, algunos informes de bancos de inversión reducen el crecimiento real a tasas tan bajas como el 3%.

El contexto latinoamericano seguiría siendo desfavorable. La proyección actual del Fondo apunta a que el PIB agregado de América Latina y el Caribe se contraerá también en 2016, -0,3% aunque a una tasa más baja que en 2015 y en el 2017 se recupera a 1,6% a pesar del crecimiento positivo en la mayoría de los países de la región. Esto refleja la recesión de Brasil y otros países en dificultades económicas.

• Riesgos

El informe del FMI advierte sobre la existencia de distintos peligros que podrían conducir a una caída mayor que la prevista en el ritmo de la actividad. Entre los riesgos a la baja, que son particularmente destacados en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, menciona:

– Una desaceleración más marcada de lo esperado mientras China lleva a cabo la transición necesaria hacia un crecimiento más equilibrado, con mayores efectos de contagio internacionales por la vía del comercio, los precios de las materias primas y la confianza, y los efectos consecuentes en los mercados financieros internacionales y las valoraciones de las monedas.

– Efectos adversos en los balances de las empresas y dificultades de financiamiento relacionadas con una nueva apreciación potencial del dólar y condiciones mundiales de financiamiento más restrictivas a medida que Estados Unidos retira su política monetaria extraordinariamente acomodaticia.

– Un estallido de la aversión mundial al riesgo, cualquiera sea su causa, que profundice las depreciaciones y genere tensiones financieras en las economías de mercados emergentes vulnerables.

– Una escalada de las tensiones geopolíticas en una serie de regiones que afecten a la confianza y trastornen los flujos internacionales comerciales, financieros y turísticos.
Entre los aspectos positivos, se destaca el crecimiento de India que, con una proyección de suba del PIB de 7,5% tanto para el año en curso como para el próximo, tomará el liderazgo en el crecimiento superando a China.

Otro elemento a tener en cuenta es que la inflación mundial se mantiene en niveles bajos. Para los países desarrollados se estima una variación anual en los precios al consumidor de 1,1% para el año en curso y 1,7% para 2017. En el caso de los emergentes, las proyecciones son 5,6% y 5,9% (cerca de la quinta parte de la inflación actual de la Argentina). 

«Este será un año de grandes retos, y las autoridades deberían pensar acerca de la forma en que pueden reforzar la resiliencia de sus economías a corto plazo, pero también acerca de las perspectivas a más largo plazo», expresóMaurice Obstfeld, Consejero Económico y Director de Estudios del FMI.

Fuente: Ámbito Financiero (http://www.ambito.com/noticia.asp?id=824159)

 

 

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