Hoy -para mí- no es un día más…
Este 19 de enero se cumplen 40 años de mi ingreso “oficial” a RIO URUGUAY SEGUROS…
A partir de hoy me sumo al grupo de compañeros en actividad que superamos esa marca…
Uno mas en el reducido círculo que conformamos en Casa Central: Beatriz Ahumada, Cristina Ahumada, Jorge Andisco, Mario Camargo, José Fabre (en unos pocos días mas), Isabel Rastelli, Juan José Pessi, Luis Pinilla, Guillermo Vazquez y yo… además creo que en las Agencias solo queda con esa antigüedad Daniel Almada. (espero no cometer la tremenda injusticia de olvidarme de alguien y si así fuera pido perdón).
Bien dicen que la antigüedad no es un mérito, sino solo el paso del tiempo; pero pesa ¡Y como!
Son años… muchos años… toda una vida y es ineludible la nostalgia y el recuerdo imborrable de los compañeros que ya no están… que solo viven en nosotros… en nuestra mente y en nuestro corazón.
Ellos y otros compañeros con los que crecimos juntos (ingresamos siendo unos gurises), maduramos de la mano, vimos nacer, crecer y hacerse mayores a nuestros hijos y después nos convertimos en abuelos casi al mismo tiempo.
A todo esto se suma una mezcla que la memoria conjuga de todo lo vivido donde aparecen: esfuerzos, entrega, identificación, ilusiones, sueños, solidaridad, esperanzas, valores, ideales, proyectos, realizaciones, frustraciones, familia, compañerismo, encuentros (y desencuentros), buena fe, honestidad, dolores, sinsabores, alegrías…
Cuántas, cuántas, cuántas cosas que cimentaron este camino… unas quedaron en él y se consolidaron como mojones o hitos que supongo se mantendrán durante el paso inexorable de los años, mientras que otras se perdieron para siempre entre los pliegues del tiempo y del olvido… y se irán cuando nos vayamos nosotros.
Tuvimos la fortuna de poder ver que nuestro esforzado, tenaz y empecinado trabajo fructificaba en crecimiento gracias a rumbos audaces, visionarios y hechos a pulmón -también- de RUS (nombre actual para quienes nos acostumbrábamos a llamarla «la Cooperativa» o simplemente «la Rio»)… pero cuánto costó… como luchamos (codo a codo) para sobrevivir en las épocas difíciles… como convertimos nuestros cuerpos en uno solo para dar la pelea con mas fuerza… y no solo sobrevivimos… crecimos y aquí estamos, en un lugar casi de privilegio. Sin relegar nada. Manteniendo convicciones y principios. No, no fue en vano.
Todo parece tan lejano, que muchas veces dudo si son realidades o un hermoso sueño que imaginamos colectivamente y que se pierde en la nebulosa del pasado.
Recuerdos… recuerdos… y mas recuerdos que se van sumando, mientras la vida se nos escurre como el agua entre los dedos.
No, hoy -para mí- no es un día más…
Rodolfo Oscar Negri