El presidente Mauricio Macri ha dado instrucciones a su equipo económico para que en los próximos días se dé a conocer un detalle de la situación fiscal que ha recibido su gobierno, según anticiparon ámbito.com fuentes de la Casa Rosada. El desequilibrio de las cuentas públicas habría llegado en 2015 a una cifra superior al 8% del producto bruto interno, en lo constituiría el déficit más elevado desde el retorno a la democracia, conforme fuentes oficiales.
La preocupación es manifiesta en la Presidencia por lo que se considera la «permanente aparición de cuentas pendientes que no estaban registradas». Ya se conoce la situación compleja que se encontró el Gobierno en materia de contrataciones que totalizan 24.000 empleados cuyos contratos vencieron el 31 de diciembre y se renovaron hasta marzo. El ministerio de Modernización está reviendo la situación de este personal pero luego deberá continuar analizando la situación de unos 40.000 trabajadores cuyos contratos fueron prorrogados hasta fin del 2016.
A esta situación conflictiva se le suma un estado «caótico» de gastos en compras estatales que «en algunos casos ni si quiera estaban registradas», comentan en despachos oficiales.
En tal sentido, señalan que en prácticamente todas las reparticiones oficiales se presentan proveedores con reclamos abultados, muchos de los cuales no están contabilizados. Peor aún, sostienen que sorprende la magnitud de las cifras reclamadas por adjudicaciones directas que en más de un caso no cumplirían con las normas de compras del sector público.
Cálculos preliminares dan cuenta de «un déficit total que superaría el 8% del producto bruto interno», según la información que circula en despachos oficiales. A esta cifra se arribaría a partir de un desequilibrio primario (antes del pago de intereses de la deuda) del orden de los 5 puntos del PBI a los que habría que agregarle casi 3 puntos por la carga de los pasivos financieros.
La situación fiscal se ha ido deteriorando cada vez más en los últimos siete años, según sostienen. Desde 2003 y hasta el año 2008 las cuentas del Tesoro arrojaban superávit. En 2009 -en medio de la crisis internacional- fue la primera vez durante el período de gobierno kirchnerista que se registra un déficit total del orden del 2% del PBI.
Tras una parcial reducción en el rojo durante el año 2010, los ejercicios siguientes muestran una permanente profundización del desequilibrio fiscal, hasta llegar a los casi ocho puntos que mostraría el actual resultado.
En el Gobierno se señala que esta situación lleva -de manera inevitable- a una mejor administración del gasto, ya que por la vía de los ingresos no es posible avanzar, toda vez que la presión tributaria es elevada. Al respecto recuerdan que en 2003 la recaudación en términos del producto bruto interno representaba sólo el 17%, presión que se fue intensificando a lo largo de los años hasta llegar a un récord del orden del 32% en la actualidad.
De todas formas, las autoridades confían en que la reapertura del crédito externo permitiría «morigerar la intensidad de las correcciones fiscales». Los préstamos del exterior podrían alargar los tiempos necesarios para ir equilibrando las cuentas públicas y, de esta forma, anticipan, no afectar el nivel de actividad económica.
Fuente: Ámbito Financiero (http://www.ambito.com/noticia.asp?id=823361)