Entregar una buena presentación no es sencillo. Si bien algunas personas tienen más facilidades que otras al momento de pararse frente a una audiencia, aquí te entregamos unos sencillos trucos que Jeff Haden escribió en Inc para generar un impacto en tus oyentes:
No a todos les gusta aprender de sus errores, algunos prefieren aprender descubriendo qué hacer en vez que no hacer.
Un caso ilustrativo: recientemente compartí el artículo “10 frases que los grandes oradores nunca dicen”. Varias personas me mandaron e-mails diciendo: “Genial, pero entonces ¿Qué debería hacer?”. Así que me contacté con Boris Veldhuijzen van Zanten, empresario y fundador de TwitterCounter y The Next Web, para preguntarle qué cosas siempre deberías hacer durante tus presentaciones:
Serás presentado en la mayoría de las conferencias, y aquello debiese provocar que la audiencia tenga ganas de escuchar tu historia. Sin embargo, aunque la audiencia ya sepa un poco sobre ti, es importante contarles un poco más sobre ti mismo. No los sobrecargues de información, utiliza una o dos oraciones para explicar por qué tu historial es importante y te hace la persona idónea para hablar sobre el tema que presentarás.
Dar un contexto le hace más fácil a la gente entender que el tema que escogiste es usualmente pasado por alto.
Muchas presentaciones terminan con una diapositiva que muestra el nombre del presentador, su dirección web, su usuario de Twitter y su correo electrónico. Esta diapositiva usualmente se muestra por unos pocos segundos antes que el proyector se apague, por lo tanto, la audiencia no tiene tiempo suficiente para buscar un lápiz o el computador.
Da tu información de contacto al principio de tu presentación y muéstrala por un rato (algunas personas ponen su nombre y correo electrónico en la parte inferior de cada diapositiva, pero puede que eso sea demasiado). Yo, generalmente comienzo y cierro con mi usuario de Twitter (@Boris) e invito a las personas a contactarme a través de ése medio.
Bonus: Si te encuentras en la audiencia, y ves que la presentación está por terminar, toma tu teléfono y tómale una foto rápida a la última diapositiva, así puedes escribir la información después.
Las personas aman las historias. Las mejores presentaciones que he visto ni parecían presentaciones, eran cuentos relatados por personas con experiencias increíbles. Cuando quieres explicar algo a tus oyentes, analiza si lo puedes convertir en una historia, una anécdota o incluso un chiste (si necesitas transmitir información, conéctalo a una anécdota). Si la historia es algo que te pasó a ti, es genial, y si es divertida, aún mejor.
Algo que usualmente se olvida es que tu misión es, al menos en parte, entretener a tu audiencia. Están dejando de hacer algo para estar aquí, han cerrado sus computadores y te están prestando toda su atención ¿Por qué no premiarlos con algo interesante o divertido? Tus presentaciones no necesitan estar completamente focalizadas, y está bien comenzar con algo que no está relacionado siempre y cuando sea divertido.
Nunca olvides que las personas te escucharán con más atención si la están pasando bien.
Cuando hablas, de una u otra forma, estás tomando tiempo prestado de tus oyentes. Ellos están invirtiendo en ti, por lo que debes respetarlo y no abusar de esa confianza. Si te dan 30 minutos, siéntete libre de usar solo 25. Tu meta principal es entretener, informar y hacer que la inversión de tiempo de tu audiencia valga la pena y no usar cada uno de los minutos que tienes a tu disposición.
Solía preocuparme mucho por el tiempo que tenia disponible para mis presentaciones. Mi mayor miedo era que no tendría nada más para decir. Hoy en día mi única preocupación es hacer una buena presentación. Si eso significa terminar en 15 minutos en vez de 30, está bien, siempre puedes preocuparte de las preguntas que pueda tener la gente. Mientras mejor sea tu presentación, más preguntas tendrán para ti y ellos sentirán que respetaste su inversión en ti.
Siempre trato de pensar en algo específico que pueda entregar -en palabras, no algo físico- que las personas pueda aplicar apenas lleguen a casa. Esto lo aprendí de un presentador que tenía una historia muy inspiradora para compartir, pero en la mitad de la historia se interrumpió a sí mismo y dijo algo así como: “Sin embargo, esto lo pueden aplicar muy fácilmente mañana haciendo lo siguiente”.
Un suspiro de alivio salió de los oyentes mientras buscaban sus cuadernos. La inspiración es realmente genial y productiva, pero ayuda mucho tener algo tangible para ofrecerle a tu audiencia, algo que puedan aplicar inmediatamente.
Es algo natural el asumir que todos en la audiencia están prestando atención a todo lo que estás diciendo. En realidad, la gente escucha un 30% de lo que dices y una parte de ese porcentaje lo traducen para que sea compatible con sus propias perspectivas y planificaciones. Además, ciertas cosas que crees que son lógicas e incluso evidentes puede que no les haga sentido a todos.
Por eso, repetirte a ti mismo no es algo malo. Si quieres dar a entender algo en particular, explícalo primero, luego da dos ejemplos aplicables y finalmente repite lo que dijiste al principio punto por punto.
De esa forma, al final de la presentación explicaste tu idea cuatro veces, justo lo necesario.
Es fácil sobrecargar a los oyentes con información, ya que generalmente piensas que debes llenar todo el tiempo que te piden, pero en realidad la mayoría de las personas no puede asimilar mucha información (esto sin contar la posibilidad de que seas uno de varios presentadores el día que te toque hablar)
Piénsalo de la siguiente forma: si el 10% de las personas que me escucharán realmente ponen atención a mi historia y recuerdan uno o dos eventos claves que puedan incorporar en sus vidas, entonces mi meta está cumplida. Céntrate en darle a la audiencia algo que puedan recordar y que tenga un impacto en sus vidas. Para hacerlo, por supuesto, tu historia debe ser simple y clara.
No importa que tan grande sea la masa, tu meta es hacer que cada uno de ellos sienta que le estás hablando a él o a ella personalmente.
Aparte del contenido de tu historia, también hay algunos trucos que puedes usar. Cuando me presentan, me paro y miro a la audiencia por el mayor tiempo posible. Intento hacer contacto visual con algunas personas, mirando a la mayor cantidad de gente a los ojos e incluso sonriendo y saludando a alguno de ellos.
Esto funciona por las siguientes razones: en un gran salón, la audiencia no podrá ver realmente qué o a quién estás mirando. Si apuntas con tus ojos a la persona de al medio de un grupo de 50, les dará la impresión que los estás mirando a cada uno individualmente. Al escanear al público lentamente y sonreírles, a muchos les parecerá que los miras directamente.
Además, es una buena manera de recordar que si bien le estás hablando a una audiencia, en realidad son individuos. Continúa haciendo este gesto durante tu presentación porque no sólo te ayudará a leer el lenguaje de la audiencia, sino que también mantendrá la conexión.
En resumen:
Sé cercano, habla desde la experiencia, siéntete libre de divertirlos tanto como informarlos, se práctico, conecta con la audiencia y nunca olvides que más corto siempre es mejor que demasiado largo.
Tu meta principal es contar una historia que inspirará a tu audiencia y que podrán compartirla con otras personas.
Por Daniela Bustos •
(fuente: http://www.accionpreferente.com/estrategia/9-cosas-sencillas-que-los-grandes-oradores-siempre-hacen-2/)