Los mejores jefes son los que pueden convertir una buena organización en una gran empresa. Son las personas que empujan constantemente a sus empleados para ser mejores, más comprometidos y que puedan adaptarse a los cambios inminentes en el panorama empresarial.
En lugar de reprimir a los empleados, los jefes de primer nivel alientan las ideas inteligentes, las conversaciones abiertas y la creatividad. Recompensan a los empleados que merecen reconocimiento en lugar de promover a aquellos que simplemente están de acuerdo con ellos.
Independientemente de la industria o el tamaño de la empresa, los estudios han demostrado que los mejores jefes comparten rasgos comunes que llevan al éxito consistente. A continuación, encontrarás 5 de ellos.
Los mejores jefes no permiten que sus subordinados culpen a las circunstancias o al entorno de sus fracasos. Mantienen una energía que es optimista y se centran en las posibilidades más que en los problemas. Esta perspectiva de “poder-hacer” se vuelve contagiosa. Como resultado, la motivación y la confianza de los empleados se incrementan continuamente y lo mismo ocurre con la tasa de éxito de todos.
Los mejores jefes establecen metas altas, pero alcanzables de desempeño para los empleados de la empresa, así como para sí mismos. Sin descanso, persiguen estos logros independientemente de si tienen que trabajar día y noche para cumplir con esos objetivos.
Los mejores jefes no dejan que los entornos intimidación dicten sus acciones. Son incansables en su búsqueda por mantener la rentabilidad y evitar los malos hábitos que se forman dentro del grupo.
Los jefes más eficaces son los que no se desvían persiguiendo la “próxima gran cosa”. En su lugar, toman decisiones firmes en cuanto al curso de la organización y, por lo tanto son capaces de definir roles y tareas claras para los empleados.
Nunca dejan objetivos generales ambiguos y se adhieren a un modelo de operación que funciona. Bajo un jefe de primer nivel, todo el mundo sabrá dónde están parados.
Los mejores jefes proyectan fuerza y tienen la capacidad de hacer las cosas. Los empleados acuden a ellos para pedir consejo, ya que poseen la experiencia y el carácter que se necesita para tener éxito. No les interesa ser el más popular y están más preocupados por su compromiso con el progreso.
Los mejores jefes son los que se preocupan menos por su propia grandeza y ponen las necesidades de la empresa primero. Su ambición viene de querer hacer que la organización gane dinero, en lugar de centrarse estrictamente en la riqueza personal. En vez de exigir reconocimiento externo por sus logros, producen resultados extraordinarios silenciosamente y dan un ejemplo positivo en la empresa.
Al final, Cuando eres el empleado de un gerente de primer nivel, te recompensan por tu desempeño en lugar de por favoritismo. Mientras trabajas bajo su mando creces tanto personal como profesionalmente. Le dan a tu posición un sentido y tu trabajo se convierte más en una pasión.
Por Daniela Bustos •
(fuente: http://www.accionpreferente.com/negocios/5-factores-que-hacen-a-un-gran-jefe/)