El medio ambiente urbano es de vital importancia para todos. Las ciudades representan sólo el 2% de la superficie de la tierra, sin embargo, son el hogar de más de la mitad de la población mundial. Si nos fijamos en Europa, la proporción de la población urbana es mayor. Casi el 75% de los europeos viven en ciudades y en áreas urbanas. Por lo que la presión a la que se enfrenta el medio ambiente urbano es enorme y acarrea una gran variedad de retos a los que enfrentarse.
Uno de los retos más importantes del urbanismo en la actualidad es un desarrollo territorial y urbano sostenible con el objetivo de conseguir una mejor calidad de vida para todos, ahora y para las generaciones venideras. Esto significa seguir contribuyendo al progreso sin olvidar los requerimientos de la sostenibilidad en su triple dimensión, económica, social y ambiental. También entender el suelo, además de cómo un recurso económico, como uno de los más valiosos elementos naturales de los que disponemos, y en cuya regulación es necesario conjugar toda una serie de factores diversos: el medio ambiente, la calidad de vida, la eficiencia energética, la prestación de servicios, la cohesión social, entre otros.
Algunos gobiernos locales en toda Europa han hecho una gran apuesta en este sentido y la ciudad de Copenhague es un ejemplo de ello. En los últimos años aparece en los primeros puestos de los rankings de ciudades más habitables del planeta y de capitales más sostenibles en Europa.
(fuente: http://diarioresponsable.com/empresas/noticias/22058-ciudades-sostenibles.html)