Cómo diseñar productos para que duren toda la vida y por qué hacerlo

obsolecencia programada jul 2015Algunas compañías combaten la cultura descartable y sobreviven a los cambios de moda.

Mire a su alrededor. ¿Cuál es su posesión más valiosa? ¿Una guitarra? ¿Una computadora? ¿Un par de zapatos de marca? Pero ¿qué tienen todas esas cosas en común? Que todas puedan ser reemplazadas fácilmente si las pierde o rompe, mientras tenga el dinero para hacerlo.

¿También tiene una taza de café favorita, quizás ajada en el borde? O quizás el asiento de cuero de su bicicleta se amolda perfectamente a su cuerpo, pese a que tuvo que arreglar los costados. Algo irreemplazable, algo que es mejor debido a sus cicatrices y fallas. ¿Qué es más valioso?

Reparar tiene beneficios ambientales obvios y significa que puede gastar más en el ítem original. Esto encaja en la tendencia moderna a simplificar la vida, evitando que se acumulen cosas en la casa y tratando de comprar menos bienes físicos. Pero no es tan fácil de hacer, porque la mayoría de los productos no están diseñados para ser reparados. Jake Bronstein, de Flint and Tinder (fabricante de la famosa campera con capucha que dura diez años), dice que la mayoría de las compañías diseñan sus productos para que sean «tan baratos que puedan ser reemplazados completamente y, de todos modos, obtener beneficio». Flint and Tinder, en cambio, dice, «están tan bien hechas que las arreglamos gratis».

Un smartphone, por ejemplo, está diseñado para durar sólo hasta que se acabe el contrato (dos años). Está pegado y tiene cada vez más partes reducidas para incorporarlas al circuito principal, de modo de poder meter una batería cada vez más grande en la carcasa. En cambio, si se ofrece una garantía de diez años, no sólo está diseñando algo que dure. Tiene que hacer que sea fácil de reparar. Especialmente si, como Flint and Tinder, o las carteras y valijas Pad & Quill, prometen arreglarlo ellos mismos.

Bronstein detalló algunas de las características que hacen posible reparar la campera. Además de la tela resistente, que entreteje hilo más fino con el más grueso para mayor durabilidad, agrega algunos toques inteligentes que evitan la necesidad de repararla y hace más fácil arreglarla cuando eventualmente se rompe. «Usamos los cierres de mayor calidad y los aseguramos con cinta cruzada de modo que, si es necesario, los sacamos y reemplazamos fácilmente. Aflojamos ligeramente los puños y luego los volvemos a ajustar para que no cambien a lo largo de los años de lavado y secado», dice.

Otra consideración respecto de los bienes de larga duración es la moda. Lo que se ve bien hoy puede parecer bastante feo en el futuro. Los Levi’s 501 eran cool en los 80, pero hoy son los viejos jeans de papá. Una solución es el diseño clásico. El fundador de Pad & Quill, Brian Holmes, siguió ese camino en sus mochilas y portafolios, que tienen una garantía de 25 años. «Cuando analizamos la fabricación de nuestra primera mochila, nos basamos en la construcción de una versión clásica y luego agregamos las líneas que consideramos que mejor representan nuestra marca», explica.

La mochila de cuero de P & Q se ve como algo que pudo haber encontrado en el sótano de su abuelo. Y ésa era la idea. «Espero que en 25 años la mochila que hagamos se vea como ésta, porque el diseño se demostró intemporal», dice Holmes. «El tiempo dirá.»

Ambas compañías pusieron un número de años en sus garantías, en vez de la afirmación habitual de que se da soporte de por vida. «Para toda la vida es algo tan genérico y no parece transmitir el compromiso que uno hace con su cliente. Es una frase que no dice nada», dice Holmes.

Un efecto positivo de diseñar productos que duren es que se minimiza el recurso a esa garantía. «De 45.000 camperas que vendimos, arreglamos unas 300. Es menos de una de cada 100», dice Bronstein

Por Charlie Sorrel
(fuente: http://riouruguayseguros.com/site/wp-admin/edit.php?s&post_status=all&post_type=post&action=-1&m=0&cat=0&filter_action=Filtrar&paged=1&mode=list&action2=-1)

Comments are closed.