«A los partidos políticos no le interesa el cooperativismo», dijo el dirigente del sector Pedro Aguer

Pedro Aguer CooperativistaEn el marco de una charla organizada por bajo el título «Cooperativismo y Tierra» en la cual el exdirector del área provincial y municipal Pedro Aguer expondrá sobre la temática, el docente dialogó con ANALISIS DIGITAL para evaluar el estado de situación actual de la actividad solidaria: «Lamentablemente los partidos políticos se ocupan muy poco de las cooperativas», criticó Aguer. No obstante, el exdirector de la Dirección de Cooperativas y Mutuales de la provincia resaltó: «Se ha avanzado en considerar realmente al cooperativismo como una herramienta estructural para la creación de fuentes de trabajo». Asimismo señaló que las falencias son en el ámbito educativo y que el Estado debe «fomentar pero no intervenir» en las cooperativas, salvo que lo hagan «como un asociado más, de manera democrática». La actividad será el sábado 10,30 de la mañana, en la sede de ATE y es organizada por la Junta Abya Yala por los Pueblos Libres.

El cooperativismo surge como forma de organización empresarial solidaria, donde todos sus asociados deciden los lineamientos de la misma de manera democrática, independiente, autónoma y con participación. Es una práctica que actúa donde el Estado ni las actividades privadas de corte clásico logran cubrir las necesidades de la gente, que a través de la organización logran subsanar esas falencias en una empresa cooperativa.

El ejemplo de esto se puede ver reflejado de manera más emblemática en las fábricas recuperadas, donde la empresa está en situación de quiebra o de desfinanciamiento, el Estado no logra intervenir -como sería el estado de situación de la aceitera de Bajada Grande- y los trabajadores se deciden organizar y recuperar la actividad bajo un modo organizacional horizontal y democrático.

En el interior profundo de las provincias de la región también se pueden observar las cooperativas encargadas de brindar servicios públicos, como así también el modo de puede pensar como herramienta de democratización de la tierra concentrada en pocas manos y como factor de combate al monocultivo sojero.

Pedro Aguer, exdirector del área provincial -en dos oportunidades- y municipal, dialogó con ANALISIS DIGITAL en el marco de una charla que se desarrollará el sábado: «Lo peor que hay en el cooperativismo es llorar sobre la leche derramada. Que lo que se ha hecho, si está mal hecho hay que corregirlo. En el cooperativismo siempre se trata de dar un paso más, nunca un paso atrás», señaló el docente en relación a los avances durante el kirchnerismo.

El gobierno actual tomó a las cooperativas -fundamentalmente las de trabajo- como un anclaje material al relato kirchnerista, que sirvió para dar argumentos al costado progresista del Partido Justicialista que gobierna de manera continuada luego de la crisis social del 2001. No obstante, en relación a las cooperativas de trabajo, Aguer destacó esa política de Estado porque «tiene una prioridad fundamental» a la hora de resolver el estado de crísis.

«Lo que pasa es que el Estado tiene que impulsar el cooperativismo, pero no determinadas cooperativas. Todas las cooperativas deben estar apoyadas de la misma manera», señaló en relación a la discrecionalidad de los recursos y la intervención del Estado, en desigualdad con los otros socios, en una cooperativa.

En ese sentido, el exfuncionario destacó la importancia de «la autonomía e independencia» que requieren las cooperativas de cualquier influencia externa a la organización que pueda lesionar el carácter democrático de la misma. «La cooperativa es una actividad privada, colectiva, pero privada», resaltó Aguer.

En relación a la importancia brindada por la clase político partidaria al sector, el docente fue contundente: «A los partidos políticos no le interesa el cooperativismo», lamentó y agregó: «No hay cursos para militantes donde se eduque en la materia». Consideró «lamentable» esta situación.

«La neutralidad política del cooperativismo habla de la cooperativa al partido político y no del partido político a la cooperativa. Lo mismo con la religión. Pero nada de lo que pueda dividir a los hombres hace a la cooperativa. La neutralidad significa no falta de compromiso, sino no un rechazo al partidismo», señaló como postura ante el desinterés de las organizaciones tradicionales.

Los principios cooperativistas

El docente hizo hincapié en los denominados principios del cooperativismo: «Adhesión voluntaria y abierta, gestión democrática, participación económica, autonomía e independencia, educación, formación e información. Cooperación entre cooperativas, interés por la comunidad». En ese sentido, destacó: «Las cooperativas deben cumplir los principios por los cuales están formadas. Las cooperativas no son ni estatistas, ni capitalistas».

«Para esto es imprescindible que haya un proceso comunicacional permanente, para que todos los integrantes de una sociedad e incluso de una cooperativa sepa donde y para que está. Ese es el gran déficit del cooperativismo actualmente. Es grande el desconocimiento por parte de integrantes de las cooperativas, sobre que es el cooperativismo», agregó.

Lo que falta en la materia

Para Aguer es clave la falta de educación y difusión del sector: «Hay socios de cooperativas que no saben que es lo que integran. Hay que saber donde se está y para qué se está», dijo y agregó: «Eso pasa porque hay asociados que están obligados a participar, como es el ejemplo de la cooperativa de servicios públicos».

«Lo que pasa es que el movimiento cooperativista no ha tenido una continuidad de promoción. La cooperativa no es la panacea, no soluciona todos los problemas. Soluciona los problemas que son parte de una necesidad sentida. Si no hay necesidad, la cooperativa no hace falta», describió.

(fuente: http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=221223)

 

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