Elaborado con materiales de alta tecnología e impulsado únicamente por energía solar, el aeroplano futurista Solar Impulse ha iniciado recientemente un reto sin precedentes alrededor del mundo. Bertrand Piccard y André Borschberg, creadores del proyecto y pilotos, van a realizar un viaje de 5 cinco meses, de 25 días de vuelo real, con el fin de promover las tecnologías limpias y contribuir a la lucha contra el calentamiento global. ¿Qué mejor manera de demostrar la importancia del espíritu innovador que logrando cosas «imposibles» con energías renovables y aportando nuevas soluciones para los problemas ambientales?, se preguntan los pilotos.
El avión Solar Impulse 2 puede volar las 24 horas del día sin consumir ni una gota de combustible, y con un peso de tan solo 2,3 toneladas ―menos de lo que pesa un todoterreno grande― aunque con la envergadura de un avión de pasajeros de gran tamaño. Durante el viaje, se recorrerán 32.000 kilómetros gracias a unos motores propulsados exclusivamente por la energía que proporcionarán unas 17.200 células fotovoltaicas y el piloto tendrá que mantenerse en el aire hasta cinco días consecutivos, incluyendo noches.
Solar Impulse 2 fue construido para asumir el reto de lograr el primer vuelo solar alrededor del mundo. Este avión revolucionario tendrá que hacer lo que nadie ha hecho nunca: volar 5 días y noches consecutivos sin utilizar ningún combustible, con el fin de cruzar los océanos de un continente a otro. Esto requiere la optimización de nuevos tipos de tecnología y una drástica reducción en el consumo de energía. 80 ingenieros y técnicos de Solar Impulse, bajo la dirección de André Borschberg, han tenido que aplicar soluciones altamente innovadoras. No es el primer proyecto de avión solar, pero es sin duda el más ambicioso. Es un verdadero laboratorio de tecnología en el aire con una resistencia prácticamente infinita, capaz de cruzar los océanos y los continentes al permanecer en el aire durante varios días y noches.
«Es el primer y único avión en el mundo que tiene resistencia ilimitada, es totalmente sostenible en términos de energía y nuestro reto ahora es hacer que el piloto sea sostenible», comenta André Borschberg. ¿A qué se referirá cuando habla de un piloto sostenible? Nada más y nada menos, que a conseguir un piloto capaz de resistir a unas duras condiciones de vuelo.
En el Impulse 2, poner el automático y dejarse llevar no es tan sencillo. Los pilotos tienen que estar preparados para vivir en el cielo, en concreto en una cabina de poco más de tres metros, durante 5 o 6 días y para soportar temperaturas extremas de + 40 ° C a -40 ° C. Para ello, han contado con la ayuda de Bayer MaterialScience que ha diseñado la carcasa de la cabina con las últimas tecnologías en aislamiento térmico de alta densidad. Pero además de los retos externos, para alcanzar el éxito los pilotos han tenido que prepararse de una manera muy específica, tanto en el terreno mental (capacidad de concentración y vigilancia) como en el físico (donde la medicina de alta altitud desempeña un papel esencial).
El Solar Impulse, demuestra de forma gráfica cómo las innovaciones pueden contribuir a preservar los recursos naturales del planeta, así como a mejorar la calidad de vida de las personas y crear valor añadido.
(fuente: http://www.diarioresponsable.com/medio-ambiente/eficiencia-energetica/19344-impulse-2.html)