¿Está usted dentro del «escueto» 36% de argentinos que siente pasión por su trabajo?

(f) ¿Está usted dentro del «escueto» 36% de argentinos que siente pasión por su trabajo?

Tener un empleo es muy distinto a trabajar de lo que a uno lo movilice. Esta diferencia no solo repercute en la vida cotidiana y salud emocional de las personas, sino también en las empresas. Cómo reconocen las compañías a un colaborador que siente pasión por lo que hace. El límite con la adicción

Tener un empleo es muy distinto a trabajar de lo que a uno le apasiona.

Claramente, no es lo mismo destinar un tercio del día a cumplir con las tareas asignadas, mirando de tanto en tanto el reloj y ansiando que las agujas marquen el horario de salida, que desempeñar una función que genere un fuerte un compromiso, un estímulo y una motivación adicional.

Esta diferencia, para nada menor, no solo repercute en la vida cotidiana y salud emocional de las personas, sino también en la productividad de las empresas.

Sin embargo, según un estudio realizado por el portal ZonaJobs, hoy son pocos los «afortunados» que están en condiciones de afirmar que tienen un trabajo que realmente los apasiona.

Los resultados dejan un sabor un poco amargo: seis de cada diez consultados (el 59%) reconoció no estar contento con su actual empleo, mientras que apenas el 41% se mostró conforme.

El relevamiento arroja a su vez un dato aún más llamativo: sólo el 36% de los argentinos sondeados dijo estar trabajando de lo que realmente le apasiona.

Consultada acerca de por qué se produce este «desencanto», Viviana Vega, profesora de la carrera Relaciones del Trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, hace hincapié en que «el sesgo individualista de la época actual merma la posibilidad de que la gran mayoría pueda sentir que su tarea productiva vale mucho.»

«Si bien desde sus inicios el trabajo tuvo un sentido comunitario, hoy es mayor el componente individual, por lo que ese registro de lo colectivo se termina perdiendo y, con ello, también el entusiasmo por hacerlo», explica la académica desde un punto de vista sociológico.

A su vez, la experta de la UBA subraya que en la actualidad, «al trabajo no se lo toma como un proceso sino que la creencia social instalada es que lo único bueno que tiene es que permite comprar, consumir. No importa el transcurrir sino que lo único que sirve es el producto del trabajo.» Se trata, en su opinión, de una concepción que no resulta para nada saludable.

La pasión, esa milla adicional

«La pasión es la raíz del compromiso y de la calidad que brindamos, sea cual sea nuestro trabajo. Uno no puede elegir emplearla o no, ésta se siente y es la que le da sentido a lo que hacemos, a lo que somos. Por eso es importante encontrar nuestra vocación y dedicarnos a eso», enfatiza Sofía Carrasco, especialista en RRHH de ZonaJobs.

«Sólo con sentido -completa- uno puede hacer que las cosas cambien, que los resultados sean mejores, porque así lo creemos y eso nos da satisfacción.»

Alejandro Melamed, VP de RRHH para Latinoamérica Sur de Coca-Cola, cree que «cuando uno siente pasión por algo, no pone límites a las cosas que hace, sino que se compromete en cuerpo y alma.»

«La pasión es aquello que te estimula el talento natural. Es la milla adicional que una persona puede dar en su trabajo, u otra actividad que desempeñe, y que no está necesariamente vinculada ni con una obligación ni con una retribución económica», dice, convencido, el ejecutivo.

A la hora de identificar a un empleado que realmente siente pasión por su trabajo, en la multinacional Accenture se basan en tres indicadores.

«Uno es a través de cómo y qué cosas cuentan, a través de qué sensaciones transmiten de su trabajo y de su empleador sobre todo a su grupo de amigos, familia y aquellos no ligados directamente a su trabajo», señala Javier Carrara, director de Recursos Humanos para Sudamérica Hispana de Accenture

Según describe, el segundo elemento es el horizonte de tiempo en el que cada integrante de la empresa se proyecta con lo que hace y en la compañía que trabaja.

Y por último, otro indicador claro, es cuánto más allá de lo estrictamente esperado para su rol o posición, está dispuesto a realizar para cumplir sus objetivos y lograr su alto rendimiento.

Pasión y rotación, inversamente proporcionales

Según los resultados del estudio de ZonaJobs, el 32% de los argentinos considera que casi nunca desarrolla al máximo su potencial en el trabajo; el 23% manifiesta que sí lo hace y el 45% opina que hay ocasiones que sí y otras que no.

Otro dato interesante que se desprende de la encuesta es que un 73% de los profesionales no cree que cumplirá con sus objetivos laborales en su empleo actual.

Sumado a esto, hay un 82% que no piensa permanecer más de cinco años en su trabajo.

A Vega no le sorprende este último resultado. Es que, según su visión, «la proyección no es un signo de esta época, atravesada por el presente continuo, por el hoy y aquí.»

Carrasco, en tanto, asegura que encontrar la verdadera vocación también ayuda a detener la rotación. «Empleados con pasión, obtienen buenos resultados y están contentos por ello», resalta.

Como consecuencia de esto, la especialista en RRHH enfatiza que «buscar, atraer y retener a empleados que trabajen con pasión es una de las conquistas más importantes que hoy en día buscan las empresas, mayoritariamente en mercados competitivos, en donde la sustentabilidad comienza a ser tema de agenda para la mayoría de los número uno».

Y desde Accenture, Carrara asegura que, cuando la pasión está bien canalizada y está en línea con los objetivos de la organización, «los niveles de rotación bajan.»

No obstante, el ejecutivo advierte que para que esto se logre es muy importante que la compañía brinde los canales necesarios y las oportunidades para que esa pasión encuentre recepción y pueda plasmarse en resultados concretos.

El papel de las empresas

Melamed se muestra convencido que «la pasión es algo totalmente subjetivo, que se va desarrollando, que se contagia y, sobre todo, se siente.»

Por este motivo, asegura, «en Coca-Cola generamos diferentes actividades para que todos aquellos que se van sumando al equipo puedan sentir la misma pasión que sentimos nosotros y al mismo tiempo tratamos de estimular permanentemente a esa capacidad de comprometerse de cuerpo, mente y espíritu con la marca, la empresa y la historia que traemos pero, sobre todo, con el futuro.»

Para Carrara, la comunicación interna juega un papel clave a la hora de incrementar la pasión de los empleados por el trabajo, sobre todo para dar a conocer claramente los objetivos organizacionales y como ellos pueden contribuir a los mismos.

Al mismo tiempo -agrega- es esencial que las compañías conozcan y sepan por donde pasan los objetivos personales de su gente y como canalizarlos.

En esta línea, los expertos coinciden en que uno de los desafíos que hoy tienen las empresas es buscar cuales son las diferentes pasiones de sus empleados y estimularlas a través de otro tipo de actividades por fuera de lo laboral que, a su vez, refuerzan el sentido de pertenencia y el compromiso con la organización.

Así, por ejemplo, Coca-Cola cuenta con un programa denominado «Recrearte», con el que estimula a su personal a que concurra a distintos espectáculos culturales y desarrolle otros intereses y espacios más allá del trabajo.

La delgada línea entre la pasión y la adicción

Todos los especialistas sondeados por iProfesional.com concuerdan que existe una línea muy delgada entre la pasión y la adicción al trabajo.

En líneas generales, la diferencia central es que mientras el apasionado lo hace por voluntad y disfruta de otros espacios y aspectos, para el adicto -también conocido como «workaholic»- el trabajo constituye el centro de su vida, le resta importancia a todo lo demás, incluida la familia, el ocio y la vida social.

No obstante, muchas veces las compañías no la visualizan como un problema y no toman en cuenta que se trata de una enfermedad que es tan nociva como el resto de las adicciones.

En este sentido, concluyen los expertos, la responsabilidad del sector privado es tratar de identificar aquellas situaciones en las cuales la adicción sea un emergente, una cuestión presente, para tratarla como lo que es, una enfermedad, evitar sus consecuencias negativas y, en tercera instancia, trabajar en la cura de esa situación.

(fuente: IProfesional.com – Por Cecilia Novoa)

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