“Estamos pasando a ser un sistema de riesgo judicial más que laboral”

OndaSeguro dialogó con Horacio González Gaviola, superintendente de Riesgos del Trabajo. 

¿Cómo impactará la incorporación de las nuevas enfermedades profesionales en el mercado de riesgos del trabajo?

Luego de la sanción de la última modificación de la Ley de Riesgos del Trabajo, donde las indemnizaciones pasaron a ser sustantivamente mejores, se sumó la discusión acerca de incorporar una serie de enfermedades que venían siendo reclamadas por los trabajadores desde hace mucho tiempo: lumbalgias, várices y hernias. Sin embargo, no se trata de cualquier lumbalgia, várice o hernia, sino aquellas que se produzcan por la realización de algún trabajo en particular y en un período de exposición que el decreto plantea no debe ser menor a tres años o al equivalente cuando las jornadas son reducidas. También debe existir claramente una causa-efecto entre el puesto de trabajo y la enfermedad en cuestión. Estas nuevas enfermedades serán financiadas, en un primer momento, por el fondo fiduciario especial en un 100%, el año que viene en un 50% y, a partir del tercer año, deben ser incorporadas a la alícuota.

¿Esto encarecerá al sistema de riesgos del trabajo?

El sistema como tal debería haberse abaratado porque este es un mercado que tiene cada vez menos accidentes pero, a la vez, más juicios. Está empezando a ser un sistema de riesgo judicial más que de riesgo laboral. Si nosotros sacáramos los juicios, entonces la baja de la siniestralidad debería compensar el pago de indemnizaciones de enfermedades nuevas. Ahora, desgraciadamente, estamos en este escenario donde nos encontramos trabajando fuertemente con el Poder Judicial a los efectos de unificar criterios, generar más controles sobre el sistema pericial, garantizar que los jueces tengan un asesoramiento técnico de calidad y que esto pueda hacer que la mayoría de los problemas se resuelva en el ámbito administrativo.

¿O sea que no se está notando una reducción de la litigiosidad?

Por el contrario, se produjo una suba del 20% luego de la modificación de la Ley de Riesgos del Trabajo. El sistema venía con una gran litigiosidad como consecuencia de una serie de elementos: la insuficiencia de las indemnizaciones, el no contemplar el daño moral, el no contemplar esta clase de enfermedades por estar por afuera del listado de enfermedades profesionales, y luego los dos temas más importantes que quedaron como generadores de mayor litigiosidad y que son la discrepancia sobre cómo se determina el daño en el sistema administrativo y pericial, y el fraude. La Ley atiende cuatro de estos elementos, deja establecido que debe haber un sistema unificado de determinación del daño en base al baremo y al listado de enfermedades profesionales, pero desgraciadamente esta Ley, que venía para bajar la litigiosidad, luego de su modificación la incrementó. Esto ocurrió porque al ser los montos más importantes y los sistemas periciales en la Justicia muy laxos, se va a la vía judicial en la búsqueda de que se determine un daño mayor que el que determina el baremo ya que estos cuerpos periciales no están debidamente regulados.

(fuente: OndaSeguro – Newsletter 232 – 13/2/14)

 

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