(f) Ban Ki-moon: “Se termina el tiempo para salvar al mundo”
El jefe de la ONU pidió tomar medidas urgentes para frenar el “desastre ambiental”.
Nuestro recurso más escaso es el tiempo”, declaró ayer el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon al abrir la segunda Cumbre de la Tierra, la Río+20. “Los cambios climáticos ya impactan en nuestras vidas. En verdad, estamos en un camino peligroso, ya que la naturaleza no negocia con los seres humanos. Se acaba el tiempo para salvar al planeta”. Para el jefe de la ONU, urge tomar medidas para detener la degradación ambiental y frenar las consecuencias de una elevación de la temperatura producida por los gases de invernadero.
Moon esperaba, según él mismo confesó, una cumbre más ambiciosa. “Pero cada país tiene sus intereses”, lo que terminó por restringir la fuerza de la declaración final. Estas apreciaciones, imbuidas en alguna medida de una concepción filosófica oriental, fueron hechas ayer en una conferencia de prensa que ofreció en la sala asignada a los periodistas en la cumbre. Antes había procedido a inaugurar la conferencia de la ONU para el desarrollo sustentable, junto a la presidenta brasileña Dilma Rousseff y al centenar de jefes de Estado y primeros ministros que llegaron a la capital carioca. Entre ellos estaba la presidenta Cristina Kirchner, quién llegó a sacarse la foto de rigor con sus colegas de todo el mundo, pero debió regresar a Buenos Aires de urgencia.
Antes de los largos discursos de más de 20 presidentes y jefes de gobierno, una muchacha rubia, la neozelandesa Brittany Trifford de 17 anos, fue invitada por Ban Ki-moon a realizar un pronunciamiento. Activista por la preservación ambiental, la joven enrostró a los gobernantes: “Ustedes no quebraron sus promesas. Las vaciaron”. Y con enojo concluyó: “¿Están aquí para salvarnos a todos o salvar solo sus pieles?”.
Si la declaración de los 193 países apuesta a un modelo de desarrollo económico que elimine la contaminación atmosférica y atenúe el calentamiento global, ayer Río no fue precisamente un buen ejemplo. El gobierno de Sergio Cabral y la intendencia de Eduardo Paes decidieron hospedar la reunión en un gigantesco complejo en Barra da Tijuca. Sin tránsito, la demora desde el centro carioca hasta ese barrio, sin duda el mejor de Río, es de media hora. Desde que se inició la semana, el tiempo para cubrir la misma distancia llegó a oscilar entre 1 y 2 horas. Con vehículos atascados, se libera mucho dióxido de carbono. Este es justamente uno de los grandes problemas que enfrentan las mega ciudades. No dejó de ser contradictorio con una sentencia pronunciada ayer por Ban Ki-moon: “Tenemos que dejar de quemar combustibles fósiles”.
En los pronunciamientos presidenciales sobraron promesas de defensa de los desastres ambientales. Desfilaron por el estrado, el iraní Mhuammad Ahmadinejad; el francés Francois Hollande, el peruano Ollanta Humala, por mencionar algunos de los más conocidos. Allí estaban también el ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales. En cambio faltó Hugo Chávez. Y no vinieron tres de los grandes líderes mundiales: Barack Obama, la alemana Angela Merkel y el británico David Cameron. Tampoco estuvo la francesa Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Todos ellos habían compartido con otros jefes de Estado la reunión del G20 en Los Cabos que concluyó el martes, un día antes del inicio de la Río+20.
POR ELEONORA GOSMAN- Río De Janeiro. Corresponsal –
(Colaboración de Silvina Vazón, muchas gracias Silvina)