Tránsito: Advierten que los vehículos que controlan no cumplen la ley

Quienes deben hacer cumplir la ley no la respetan, tal el caso de los vehículos oficiales designados para controlar la seguridad vial, ordenar la circulación y mejorar la infraestructura de señalizaciones, semáforos y calles, que acumulan numerosas infracciones por incumplir normas de tránsito.

El absurdo que supone el incumplimiento de la ley por quienes deben hacerlas respetar incluye a los autos azules de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), que dependen del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación, a las camionetas amarillas de Tránsito de la ciudad y hasta a las grúas que acarrean coches mal estacionados.

Las irregularidades se comprueban al ingresar las patentes de estos vehículos en la página web del gobierno de la ciudad.

En dos recorridas que realizó el Diario La Nación por numerosas arterias de la ciudad se observó cómo una veintena de autos oficiales hacían caso omiso de las reglas viales. En algunos casos se estacionaron en esquinas sobre sendas peatonales; en otros, cruzaron semáforos en rojo y giraron de manera indebida. Por su parte, los inspectores de Tránsito que van a bordo de las grúas casi nunca utilizaron los cinturones de seguridad.

Además, algunos de los populares rodados azules de la ANSV fueron multados por exceso de velocidad en la ciudad. Así se constató en un rodado estacionado el miércoles pasado frente a la terminal Río de la Plata, en el puerto porteño, el cual registra multas del año pasado por superar la velocidad permitida de hasta 20km/h en la autopista Illia, en la avenida costanera Rafael Obligado y en la autopista Perito Moreno. Otro de los vehículos azules apostados allí, en cambio, no había sido multado por infracciones de tránsito.

También otras dos camionetas de la ANSV que circulaban por la ruta 7 registraban una infracción cada una por exceso de velocidad en la Capital, y una de ellas por mal estacionamiento.

Consultadas las autoridades de la ANSV, indicaron que «todos los móviles cuentan con GPS y detectores de velocidad. Si un agente comete una infracción, se hace un sumario administrativo. Según la gravedad de la falta, se sanciona al agente. Incluso, ocurrió que se debió expulsar a uno por una falta grave en la conducción».

Respecto de las tres multas por exceso de velocidad que registraba uno de sus vehículos, indicaron que «si las faltas están bien confeccionadas, el Estado las pagará, como cualquier ciudadano común».

En esta nómina de imprudencias se inscriben, además, vehículos de la Ciudad destinados a reordenar el tránsito. Por ejemplo, una clásica camioneta amarilla con el logo «Tránsito», que esperaba el verde de un semáforo pisando la senda peatonal, en Palermo, acumula tres faltas viales: una por violar la luz roja en avenida Paseo Colón e Independencia, otra por estacionar en un lugar prohibido en Nazca al 400 y la tercera por exceder la velocidad en Morón 4148, donde hay una escuela.

Desde la Subsecretaría de Tránsito y Transporte de la ciudad indicaron que «el área responsable asumirá el pago de las faltas correspondientes» de todo vehículo multado.

El caso más insólito de los vehículos oficiales imprudentes tal vez lo represente una camioneta ploteada con el logo de Espacio Público, «Ciudad Verde», que desde 2008 hasta hoy acumula 22 infracciones de tránsito. Este rodado, que también pisaba la senda peatonal, en Retiro, acusa un amplio surtido de faltas viales, como cruzar semáforos en rojo (en San Juan y avenida 9 de Julio, y en Pellegrini y Arroyo), no exhibir documentación del rodado, no utilizar el cinturón de seguridad, estacionar en lugares indebidos y hasta forzar la barrera o evadir pago del peaje en la autopista Dellepiane.

Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público indicaron que dicho vehículo está afectado a la Dirección de Inspecciones de Espacio Público y que permanece «día y noche en la calle. Algunas infracciones pueden ser justificadas por la operatividad de la camioneta, pero otras, no. En ese caso investigaremos qué sucedió y se pagarán las multas».

No es una novedad que los patrulleros de la Policía Federal y de la Metropolitana incumplen las normas viales. En su caso podría ser más entendible, ya que en determinadas circunstancias deben ir a toda velocidad para perseguir a un delincuente o llegar rápido a destino. Vehículos de ambas instituciones acumulan faltas, la mayoría por exceso de velocidad. Pero también por mal estacionamiento.

También las grúas

Por otro lado, las grúas de la ciudad, que acarrean un auto cada cuatro minutos, cometen varias imprudencias viales. La concesión del estacionamiento medido y del servicio de acarreo en la ciudad está dividida en dos zonas, explotadas por dos empresas. En la zona norte, controla los parquímetros la firma Dakota, y en la sur, BRD. La primera brinda también el servicio de acarreo con la denominación de STO. La segunda opera como SEC. Y hace 12 años que funcionan con contratos prorrogados directamente por el gobierno porteño, sin licitar.

Si bien la gran mayoría de las grúas no poseen multas de tránsito, suelen violar los límites de velocidad permitida y hacen maniobras indebidas. En la recorrida por la ciudad, La Nación pudo comprobar que sólo una tenía una multa, registrada el 26 de marzo de 2008, por girar a la izquierda en un lugar prohibido, en el cruce de las avenidas Córdoba y Callao. Lo cierto es que las grúas no tienen la chapa patente en la parte trasera, y la mayoría de las fotomultas se toman una vez que los vehículos pasan por los puntos fijos. O como se suele decir: «Hecha la ley…».

Un Fiat uno fue arrastrado más de 200 metros

Las grúas de la Ciudad que acarrean vehículos mal estacionados suelen cometer numerosas imprudencias. El martes pasado, a las 12.20, en Sarmiento casi esquina Cerrito, una grúa acarreó un Fiat Uno blanco que tenía una de las ruedas traseras trabada. Condujo a toda marcha con el vehículo a cuestas más de 200 metros, mientras los peatones intentaban advertirle de esta situación al conductor de la grúa. Éste no se detuvo hasta perderse en el playón subterráneo donde está el depósito de autos, bajo el Obelisco.

El conductor de la grúa fue sancionado tras una intervención del Ente de Servicios Públicos de la ciudad, mientras que la empresa se comprometió, según informó el organismo, a pagar los gastos sobrevinientes para el usuario afectado. A bordo de la grúa, como en cada una de las que circula en la ciudad, había un agente de Tránsito, que no advirtió a su compañero de la imprudencia que estaba cometiendo. La empresa no respondió a la requisitoria para dar su palabra sobre el incidente.

(fuente: http://www.100seguro.com.ar/Prevencion.aspx?Prog=321#1319)

 

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