(f) Varios modelos nuevos como el Samsung Galaxy S4, el LG G2 o el Motorola Moto X aprovechan el acelerómetro para permitir una interacción más intuitiva
En los últimos días dos smartphones nuevos revalorizaron un componente de los celulares que suele pasar desapercibido, el acelerómetro. Por más que lo usemos mucho (es el encargado de hacer rotar la pantalla cuando ponemos el equipo de costado) no suele recibir mayor atención. Ya, cambia de posición la pantalla. Gran cosa; hoy parte de la competencia y la diferenciación parece estar en las cámaras de los celulares (en la medida en que buena parte de los smartphones modernos comparte procesadores similares, pantallas de igual tamaño y resolución, etcétera).
Pero volvamos al humilde acelerómetro. A lo largo de los años su uso (y todavía más recientemente, el de su primo el giróscopo) ha ido creciendo, sobre todo en los juegos. Cada vez que usamos el smartphone o la tableta como volante están en juego estos dos componentes, lo mismo que al usar una aplicación de realidad aumentada, usar el control inercial de la Nintendo Wii, la PS3 y más.
Pero la llegada del LG G2 esta semana y del Moto X la pasada suma muy buenas ideas a lo que habían implementado antes Samsung con sus Galaxy y Nokia con varios equipos Symbian (y que repitió con Windows Phone).
El Nokia N95 y el iPhone original (ambos llegaron al mercado en 2007) incluían un acelerómetro, una tecnología que ya se venía usando hacía muchos años. El móvil de Apple lo usaba para la rotación de la pantalla, clave en la navegación Web que empujó parte de su éxito; en el N95 se usó, entre otras cosas, para algo que me parece genial: si ponés el teléfono boca abajo silencia una llamada entrante. Hasta donde recuerdo, era una aplicación de terceros (FlipSilent) que luego se integró al sistema operativo. Múltiples modelos y fabricantes lo han aplicado luego a lo largo de los años, y lo siguen haciendo.
Es una idea brillante, porque una vez conocida es intuitiva (naturalizable, diríamos), y no requiere interactuar con el sistema operativo, sino hacer algo tan sencillo como dar vuelta un objeto pequeño.
Samsung ha desarrollado, a lo largo de los años, múltiples funciones para aprovechar el acelerómetro. La mayoría (que muchas veces requieren tocar la pantalla) son olvidables. ¿Novedosas? Sí. ¿Útiles? Quizás. ¿Intuitivas? No mucho. Salvo -para mí, al menos- dos, incluidas en el Galaxy S4 ( aquí, nuestra reseña ).
La primera: cuando estás viendo los datos de un contacto, o manteniendo una conversación por SMS, llevarte el teléfono a la oreja dispara una llamada a esa persona. De nuevo, sin tocar pantalla ni interactuar activamente con la parte digital del teléfono. También está presente en el SIII.
La segunda: si el teléfono estuvo mucho tiempo quieto, y en el medio llegan mensajes (o notificaciones en general), cuando lo levantás con la mano vibra, para confirmar que hay cuestiones pendientes que requieren tu atención.
Samsung incluye varias más (doble toque en la parte superior del SIII/S4 para subir en una lista, sacudirlo para actualizar la lista de Wi-Fi disponible) pero no me parecen tan intuitivas.
El LG G2 le da una vuelta de tuerca a esto, ya que permite algo tan sencillo que es un misterio que no haya estado disponible masivamente antes: así como los teléfonos con tapita permitían atender una llamada con solo abrir el teléfono, en el G2 se puede atender una llamada con sólo llevarse el teléfono a la oreja (donde entran en juego el acelerómetro y el sensor de proximidad). La manera tradicional funciona también.
El Motorola Moto X, por su parte, permite activar la cámara (de nuevo: sin interactuar con la parte digital del equipo) con un doble giro de la muñeca, como si estuviéramos jugando con el picaporte de una puerta.
Y también activa un modo «automóvil» cuando detecta movimiento y aceleración similar al de un auto (aunque habrá que ver cómo detecta que no es un tren o un colectivo).
Lo que me parece bien implementado de estas ideas es que lo que agregan los gestos es una interacción básica (pero útil) con el teléfono, sin requerir la precisión de tocar un botón en pantalla o navegar por un menú. Y aprovechan algo que nos es muy natural (levantar un brazo, girar la muñeca) para esquivar lo digital y mantener una interacción analógica, física, con dispositivos que cada vez tienen menos botones .
Uno del estribo, que no usa el acelerómetro pero está igualmente bien pensado: el LG G2 retoma la idea del Nokia N9 (y que estará disponible en los Lumia con Windows Phone 8 luego de una actualización) del doble toque en pantalla para desbloquear el celular sin tener que buscar el botón de desbloqueo; el gesto de desbloqueo del BlackBerry Z10 (deslizando el dedo en forma vertical, de abajo hacia arriba, por la pantalla apagada) también me parece una buena implementación..
(fuente: lanacion.com.ar – 9/8/13)