Los primeros pasos de un mercado local
El incipiente mercado de reaseguros transita el segundo año de vida, luego de su comienzo formal el 1 de septiembre de 2011. A través de la Resolución Nº 35.625, la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), estableció que las compañías aseguradoras locales deben reasegurarse, celebrando acuerdos de reaseguro con compañías localizadas en el país. Estas son reaseguradoras argentinas o subsidiarias, o bien sucursales de compañías extranjeras establecidas en la Argentina, que cuenten con un capital mínimo inicial de $30 millones.
La normativa también contempló el acceso al mercado internacional para cubrir el déficit de cobertura de las compañías locales. De esta manera, el anterior mercado de reaseguros se convirtió, básicamente, en un mercado de retrocesión.
La oferta de reaseguro y retrocesión del mercado internacional también se sometió a un control más estricto, dado que ahora las compañías reaseguradoras (llamadas “admitidas” en el nuevo esquema) deben registrarse no solamente con las autoridades de control sino también en la Inspección General de Justicia.
A la implementación de este marco general le siguió la aprobación de una serie de normativas destinadas a establecer las formas y controles de las operaciones en toda la cadena de valor, informa el Diario El Cronista Comercial.
Uno de los cambios más relevantes, fue la posibilidad de las aseguradoras de comprar coberturas de reaseguros en forma directa con el mercado internacional, para los riesgos con sumas aseguradas superiores a los U$S50 millones y solamente por el excedente de este monto.
A raíz de estas transformaciones, el mercado de reaseguros ha quedado hoy conformado por un abanico muy heterogéneo de compañías que tienen diferentes formas de operar y de determinar su core business. Además, los cambios mencionados se dan en un marco político e institucional que tiende a generar mayor valor agregado en cada uno de los sectores, tanto productivos como de servicios.
Si bien es posible construir una capacidad local, nunca debemos descuidar los aspectos técnicos y actuariales que le dan sustentabilidad a nuestro negocio.
De acuerdo a la definición de la Fundación Mapfre, el reaseguro es un “Instrumento técnico del que se vale una entidad aseguradora para conseguir la compensación estadística que necesita, igualando u homogeneizando los riesgos que componen su cartera de bienes asegurados mediante la cesión de parte de ellos a otras entidades”.
También a través del reaseguro se pueden obtener participaciones en el conjunto de riesgos homogéneos de otra empresa y, por lo tanto, multiplicar el número de riesgos iguales de una entidad.
Este negocio, en la Argentina, entra en un problema de escalas para poder cumplir con las condiciones técnicas mínimas.
Uno de los objetivos que se ha planteado en el plan estratégico del mercado de seguros (Planes 2012-2020) es incrementar los límites de retención local, pero esto no debería hacerse sin la visión técnica antes mencionada.
Un aumento de retención en las carteras de las reaseguradoras también debe contemplar esquemas de capital y de solvencia que den garantía de cobertura a sus clientes.
Aquí se presenta otro aspecto relevante del reaseguro, que sirve en forma indirecta como apalancamiento de capital de las aseguradoras y reaseguradoras.
La relación capital a riesgo y prima determinará el margen de rentabilidad por cuota de capital invertido y ese será el límite real de retención, aspectos que deben ser considerados también en cada política de retención del mercado.
Las aseguradoras y reaseguradoras locales se han adaptado rápidamente a los cambios para establecer mecanismos de coberturas que den seguridad a la actividad económica y social, pero esto es solo el comienzo de un largo camino para consolidar compañías que puedan operar desde Argentina en el contexto nacional e internacional.
(fuente: http://www.100seguro.com.ar/100Breves.aspx?Prog=318#3254)