Pasar a 20 kilómetros por hora un lomo de burro rompe el auto

(f) Lo afirman los mecánicos, a raíz de la polémica por la colocación de reductores de velocidad. Las opiniones en redes sociales marcaron una tendencia: se los acusa por estropear vehículos

UNA BUENA SUSPENSIÓN HACE QUE EL GOLPE NO SE SIENTA, PERO SE ROMPE AL PASAR LOMOS A GRAN VELOCIDAD.

La instalación de reductores de velocidad y la construcción de lomos de burro generan opiniones controvertidas y muy opuestas entre vecinos de Paraná.

Ayer UNO publicó la noticia de la colocación de estos obstáculos en calle Laprida a partir de un pedido de familiares y vecinos de una niña que falleció tras ser embestida por una moto a gran velocidad en la zona. Se hizo una manifestación con cortes de calle y solicitaron, entre otros aspectos, los lomos de burro que finalmente fueron colocados. En ese marco, se dieron a conocer otros dos lugares en los que también se instalarán: calle Ambrosetti y en el barrio Lomas del Mirador.

Sin embargo el hecho provocó diversas opiniones que fueron manifestadas a través de mensajes de texto y en las principales redes sociales.

Como tendencia hay desacuerdo en la instalación de los reductores de velocidad e incluso la mayoría sostiene que son uno de los principales causantes, junto con los pozos en las carpetas asfálticas, de que se rompan los vehículos.

Ante esto se consultó con especialistas a fin de conocer si realmente llegan a los talleres mecánicos de la ciudad vehículos con el tren delantero roto a partir de pasar un lomo de burro: la respuesta es afirmativa y en gran cantidad de autos. Sin embargo la mayoría es por haberlos atravesado a velocidad elevada.

“Los autos más nuevos tienen una suspensión deportiva antipozo y antilomo de burro. Si se maneja a velocidad y se los agarra, a los dos días se hacen pomada”, dijo a UNO Javier Sukmanowski, un mecánico experimentado de Paraná con historia familiar en el rubro.

Asimismo señaló: “Hay que pasar despacio. Un conductor con una buena suspensión no siente el golpe entonces lo pasa como viene; al poco tiempo no aguantan y se rompen. Ante el lomo de burro no queda otra que bajar la velocidad para cumplir con las reglas de tránsito y para no romperlo”.

Además Sukmanowski explicó que el sistema de suspensión nuevo está pensado para tener más suavidad ante los golpes, pero son más débiles y se rompen con más facilidad. “La velocidad adecuada sería de 10 kilómetros por hora. Al superarla, son tan débiles los sistemas que a 20 o 30 se puede romper”, añadió.

Como sea y a pesar de las diferentes opiniones, lo mejor es circular con precaución y a las velocidades adecuadas. También como lo indican otros vecinos en sus mensajes, en donde dejan entrever que habría menos lomos de burro si existiera una educación vial adecuada y responsable.

Sin carteles, ni luz y altos

Es cierto que los lomos de burro para los que respetan las leyes de tránsito y circulan a las velocidades correspondientes a veces suelen ser molestos.

También es verdad que hay reductores de velocidad que son muy peligrosos porque no están bien señalizados o son más altos de lo que deberían ser y en estos casos provocan accidentes, algunos fatales. Esto mismo lo reconoció José Carlos Gómez, coordinador general de la Unidad Ejecutora Vial, cuando dijo que se hacen relevamientos. “Hay lugares donde hay lomos de burros que son totalmente inadecuados y antirreglamentarios por tamaño y altura, que no cumplen la función de prevenir. Algunos son peligrosos”, manifestó.

Hubo diversas opiniones que se expresaron en las redes sociales

Tanto en las redes sociales como a través de mensajes al número celular de Diario UNO, llegaron las diversas opiniones de los vecinos de la ciudad sobre la instalación de lomos de burro.

Por un lado la queja mezcla la construcción de los reductores de velocidad con los pozos en la ciudad.

Pero por otro, hay coincidencias en remarcar que no son una solución y que por el contrario generan más problemas, entre ellos que rompen los vehículos. Están también quienes opinan que lo más necesario es la educación vial.

Por ejemplo Raúl, un vecino de Paraná, opinó por facebook: “Basta de lomos de burro, es la ciudad con más lomos de burro del mundo, porqué no les enseñan a manejar a la gente”.

Pero para Jonatan es una vergüenza que se instalen los reductores de velocidad.

Por su parte, otro mencionó: “Pobres los frentistas, con los pozos y con los lomos de burro les vibra la casa y se empiezan a partir”.

Pablo, otro vecino posteó: “Hacerle tren delantero a un auto cuesta la mitad de un sueldo, señora intendenta; queremos calles sin pozos, no podemos estar arreglando el tren delantero cada seis meses y encima pone lomos de burro”.

Vecinas como Carla sostienen que con tantos pozos, los lomos de burro están de más.

Otras opiniones fueron similares en el mismo sentido: “¿Por qué en vez de gastar tanto en horribles lomos de burro y detener el tránsito no iniciamos una campaña de concientización vial y fijamos multas altísimas para los que exceden velocidad?”. También Walter sostuvo: “Destrozamos los vehículos circulando y tenés que hacer tren delantero uno o dos veces al año”.

Así se repiten, en forma similar las opiniones y marcaron una tendencia.

(fuente: http://www.unoentrerios.com.ar/laprovincia/Pasar-a-20-kilometros-por-hora-un-lomo-de-burro-rompe-el-auto-20130510-0002.html)

 

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