Adrián Barreto está a cargo de una renovación cultural en GIRE/Rapipago que no tiene vuelta atrás. En 2016 la compañía ganó, en la terna con Dow y Accenture, el premio de la Fundación Flor en la categoría grandes empresas por su programa de empleabilidad para mujeres vulnerables mayores de 45 años. Y este año va por más. En septiembre lanza una capacitación abierta para microemprendedores en tres provincias del país. Pero como todo cambio serio empieza por casa, se tomaron medidas de inclusión dentro de la misma empresa, que antes de fin de año incorporará entre sus colaboradores a gente con discapacidad.
La apuesta empezó hace cinco años y coincidió con la renovación del CEO de la compañía, «el primero que toma las ideas que proponemos y empuja para que pasen», aclara Barreto. Y agrega: «Este cambio viene dando resultados positivos que se ven también en la baja de la rotación del personal. Muchos eligen quedarse en Gire porque es una empresa que vive la diversidad y ofrece beneficios como el home office y el viernes flex, lo que mejora el clima de trabajo y la eficacia.» Barreto está convencido de que éstos son valores de época que vinieron para quedarse y que la transformación que están operando obedece a un criterio de supervivencia.
«El área de Recursos Humanos ahora se llama Dirección de Desarrollo Humano. Nos corremos así a otro lugar para convertirnos en socios de negocios, y esto nos fuerza a entender el negocio en profundidad para poder instalar nuevas capacidades en nuestros 830 colaboradores», explica Barreto. Es un proceso de adaptación a las necesidades nuevas del mercado, que incluye por otro lado reducir la circulación del dinero en efectivo, creando dispositivos digitales para alinearse con una agenda del Gobierno.
Hechos, no palabras
«La inclusión laboral no puede quedarse en el plano de la proclamación»
«Acabamos de incorporar a la tercera chica trans, en Río Cuarto. Una ya estaba trabajando en las oficinas de Capital y otra, en el local Rapipago de Neuquén», cuenta Barreto. «Además, con el asesoramiento de Libertate estamos haciendo un relevamiento de nuestros pisos para poder incorporar a personas con discapacidad, y vamos a hacerlo antes de fin de año,» se extiende.
Sabe la tierra
Explica que podrían trabajar como cajeros personas con discapacidad motriz ya que el puesto no requiere casi movimiento; para ello habría que adaptar el espacio físico y reacomodar los baños. «Tenemos que entender que las personas con discapacidad vienen a complementarnos y a enseñarnos cosas. Lo que menos quieren es que se les tenga lástima o se los trate distinto. Quieren ser vistos y tratados como un par, porque lo son», sostiene.
Buenas ondas
«Nuestros colaboradores son nuestro principal grupo de interés»
En Gire todos los empleados tienen cobertura de salud y pueden recurrir a un servicio de asesoramiento gratuito y confidencial conformado por psicólogos, abogados y contadores, que es extensible a la familia. «En ese mismo espíritu, a las mujeres se les dan treinta días pagos más de licencia por maternidad (al margen de los 90 reglamentarios) y a los padres, 12», afirma.
Por otra parte, las fronteras de la compañía se hacen porosas para que la inclusión llegue también a su alrededor. En la semana de Gire en Familia (cuando los hijos van de visita a ver dónde trabajan sus padres) se contrató en 2017 a Los Perejiles, un grupo de chicos con síndrome de Down que, junto con un coordinador, hoy tienen su propio emprendimiento, cocinan a domicilio y en este caso enseñaron a hacer pizzas.
Formación de microemprendedores
«Queremos ofrecer un servicio a la comunidad local para dejar una capacidad instalada»
Este año el área de desarrollo humano tiene el objetivo de brindar una capacitación para unas 150 personas en Mar del Plata, Córdoba y Mendoza. «La idea es conectar con emprendedores locales de 18 a 50 años para ayudarlos a que sus negocios escalen; darles herramientas de inteligencia emocional y de cómo buscar fondeo y subsidios».
Para el gerente hay mucha gente con ganas de crecer, pero que no sabe cómo manejarse, por ejemplo, con la AFIP. «Entonces ponemos a disposición todo nuestro conocimiento», dice. «Los mismos agentes de Rapipago, que pueden aplicar para participar en el programa, son emprendedores; tienen muchas veces un kiosco o una farmacia y quieren expandirse», añade.
Al igual que hizo en 2016 con el programa para mujeres, Gire se asocia esta vez con la Universidad Siglo 21, que provee la base académica y las aulas porque está en todo el país, y con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que está habilitando las tres plazas del programa. Sin embargo, el abordaje es distinto al de 2016 porque se amplía la base de la convocatoria para generar más empleo.
Todo vuelve
«Estamos en un sistema que tiene en cuenta lo que le pasa al otro»
El gerente cree que el camino hacia la inclusión y la consideración en el trabajo no tiene retorno y que son los mismos empleados quienes traccionan en esa dirección. «Estamos en un sistema que tiene en cuenta lo que le pasa al otro. Cuando no tenés que pedirle al colaborador ese plus, es que algo de lo que estás dando está volviendo.»
Fuente: La Nación.