Varios estudios evalúan los beneficios de estaren actividad; la percepción cambia según la tarea que se haga.
NUEVA YORK.- ¿Quedarse más tiempo en la fuerza laboral trae beneficios para la salud? Los estudios científicos no dan un resultado cierto, pero tienden a inclinarse por el «sí». Esto es particularmente pronunciado entre la gente para la que su trabajo es gratificante. Las personas de la generación del baby boom sigue trabajando más allá de los 60 y, a menudo, bastante más allá. En algunos casos esto significa demorar la jubilación y también puede involucrar algún tipo de empleo puente, empleo de tiempo parcial o autoempleo.
«¿Cuál es el beneficio del trabajo? La activación del cerebro y de las redes sociales puede ser crítico» dice Nicole Maestas, profesora adjunta de política de salud de la facultad de Medicina de Harvard. Los investigadores dan por supuesto que sólo la gente con alto nivel de educación y más sana se beneficia de trabajar después de cierta edad. Pero últimamente, estudiosos y jubilados han explorado una cuestión intrigante con implicancias tanto para los trabajadores potenciales como para los funcionarios: ¿El empleo es un factor que mantiene a la gente mayor mental y físicamente saludable?
Mark Truitt, de 70 años, docente por muchos años en Pembroke Pines, Florida, argumenta en favor del «sí». Intentó jubilarse cuatro o cinco veces pero volvió a trabajar una y otra vez. «He visto una cantidad de docentes que se jubilan, no hacen nada que consideren de valor y declinan rápido», explicó. Ahora dedica unas 10 horas a la semana a la consultoría para el Consejo de Cambio Educativo, una organización sin fines de lucro de Florida.. «Me encanta hacerlo», sostuvo.
Los académicos que han estudiado la correlación entre salud y trabajo en la tercera edad dicen que el trabajo ofrece una rutina y un propósito, un motivo para levantarse por la mañana. El lugar de trabajo es un medio social, una comunidad. Según cuál sea su ocupación, hacer su trabajo involucra tratar con compañeros, jefes, subordinados, compañeros de sindicato, proveedores, vendedores y clientes.
«Al principio, cuando uno se jubila puede parecer que uno está de vacaciones», afirma Gabriel Heller-Sahlgren, director de Investigaciones del Centro para el Estudio de la Reforma Educativa de Mercado y estudiante de doctorado de la London School of Economics. «Pero después vemos más un efecto tipo del tipo «si no se usa, se pierde».»
Si los compromisos y las relaciones de un empleo -así como los ingresos-pueden contribuir a que haya una población mayor más saludable, la implicancia es que los funcionarios deberían facilitar a los mayores tener un trabajo pago. «Esto no significa que los políticos deben forzar a la gente a trabajar hasta morir», dijo Heller-Sahlgren. «Deben eliminar desincentivos para trabajar»
Heller-Sahlgren analizó los efectos de corto y largo plazo de la jubilación para la salud mental. Sus datos -basados en un Estudio de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa- llevaron a concluir que no hay un efecto de corto plazo de la jubilación sobre la salud mental. Los resultados del estudio sugieren que los efectos negativos aparecen luego de los primeros años en que se deja de trabajar.
Sharon Wills, de 65 años, sigue trabajando para la compañía en la que desarrolló su carrera. «No me va bien en casa», dice. Vive en Amarillo, Texas, y se jubiló en 2011 y tras un año de descanso, eso no le gustó. Cuando la firma la llamó para hacer un trabajo, se aferró a esa oportunidad.
Pese a lo que pueden parecer beneficios evidentes, los estudiosos no pueden afirmar nada definitivo acerca de los efectos para la salud de trabajar por más tiempo. «Diría que, en mi experiencia, el resultado de las investigaciones no es concluyente», dijo Maestas. «Los estudios tienden a mostrar que hay beneficios para la salud de trabajar más tiempo.»
Algunos estudios examinaron el impacto del trabajo en la riqueza de las relaciones sociales. Los economistas Eleonora Patacchini de la Universidad de Cornell y Gary Engelhard de la Universidad de Syracuse recurrieron a una base de datos de unas 1300 personas de entre 57 y 85 años con respuestas a preguntas sobre sus relaciones en 2005 y 2010. Considerando su estado civil, edad, salud e ingresos, concluyeron que la gente que seguía trabajando disfrutaba de mayores redes de familiares y amigos. Las redes sociales de la gente jubilada, en cambio, se redujeron en los cinco años del estudio.
Está claro que no todos pueden trabajar en la vejez o desean hacerlo. La idea de trabajar más tiempo en empleos de baja paga o en una línea del montaje, por ejemplo, puede ser dolorosa. Como escribió H. L. Mencken, el periodista y satírico, en 1922: «Aunque no obtuviera premio alguno, el artista seguiría trabajando de todos modos; su premio de hecho a menudo es tan pequeño que casi se muere de hambre. Pero supongamos que un trabajador del vestido no recibiera nada por su labor: ¿seguiría trabajando de todos modos?».
Traducción de Gabriel Zadunaisky.