Una ejecutiva, una emprendedora, una inversora, un CEO y el responsable de un plan de capacitación tecnológica debatieron cómo formar y captar talentos femeninos.
Los panelistas coincidieron en la necesidad de una mayor presencia femenina en la industria tecnológicaLos panelistas coincidieron en la necesidad de una mayor presencia femenina en la industria tecnológica.
Como cada 8 de marzo, el Día de la Mujer conmemora la trágica muerte de 140 trabajadoras ocurrida en 1910 durante una protesta por las condiciones laborales en un taller textil de Nueva York. Este año, por primera vez la jornada coincide con el llamamiento a un paro internacional de mujeres para denunciar inequidades persistentes como el menor acceso a puestos de liderazgo, la brecha salarial de casi el 30% por igual trabajo entre varones y mujeres, y la violencia de género que se traduce en un femicidio cada 30 horas en nuestro país.
Hoy no es un día de celebración, pero sí de reflexión y con este motivo, El Cronista convocó a un panel de referentes del mundo empresario, emprendedor, inversor y gubernamental, para debatir sobre «la diversidad y la inclusión en el trabajo», y sobre cómo impulsar una mayor participación femenina en emprendimientos y empresas de base tecnológica, que son las que actualmente tienen mayor demanda de talento.
Participaron de este debate Sally Buberman, socia de Whormhole IT, compañía que desarrolla soluciones de videoconferencia y colaboración web para capacitación y trabajo con equipos remotos; Marta Cruz, co-fundadora de NxtpLabs, aceleradora de startups tecnológicas con 184 compañías invertidas en Latinoamérica; Florencia Castleton, directora de Recursos Humanos en Dow Chemical y Vicepresidenta de IDEA Joven, Diego Bekerman, gerente general de Microsoft Argentina y Carlos Pallotti, responsable del programa gubernamental 111 mil para capacitar a jóvenes en Programación.
Las industrias tecnológicas son las que menor proporción de mujeres tienen en sus filas, y esto termina siendo un obstáculo para el crecimiento y la innovación, coincidieron los panelistas. «Existe la creencia de que hay que tener una formación tecnológica para trabajar en tecnología y esto no necesariamente es así», abrió el juego Marta Cruz. «Las industrias tecnológicas necesitan todo tipo de perfiles y a veces no hace falta saber programar líneas de código sino saber rodearse de quienes saben hacerlo».
«Las oportunidades de de emprender en en industrias tecnológicas se ampliaron muchísimo porque es algo que podés empezar con una computadora en tu casa y esto acercó la oportunidad de emprender a muchas personas, sobre todo mujeres», comentó Sally Buberman.
No obstante, Carlos Pallotti, ex presidente de la Cámara de Software y Servicios Informáticos y actual Subsecretario de Servicios Tecnológicos del ministerio de Producción apuntó que «hay un problema de base, y es la baja proporción de chicas que estudia ciencias duras. Cuando empezamos con el programa 111 Mil Programadores, sólo el 20% de las inscriptas eran mujeres y hoy es casi el 40%, pero cambió su perfil etario. En general son mujeres de 30 años, muchas son madres o están por serlo y eligen aprender a programar para poder manejar sus propios tiempos y crecer laboralmente a su propio ritmo».
Desde el punto de vista de las empresas «no tener suficiente cantidad de mujeres en los equipos que programan, hace que falten miradas y puntos de vista, y hay menos innovación», advirtió Diego Bekerman, CEO de Microsoft Argentina. «Las compañías debemos impulsar una mayor inclusión de mujeres en aquellas actividades en las que naturalmente no se da su presencia», señaló Florencia Castleton, de Dow. «Creo que es saludable, ante las mismas capacidades y competencias, elegir a una mujer para ese puesto», apuntó.
Hoy, la flexibilidad para balancear la vida personal y laboral es una práctica que se está extendiendo en las empresas y brinda mayores oportunidades de inclusión. «En Microsoft, el 40% del equipo directivo está compuesto por mujeres, y ya no es un tema hacer una reunión virtual porque alguno de los colaboradores, sea varón o mujer, está en la semana de adaptación de su hijo al jardín de infantes o tiene alguna obligación personal o familiar. La tecnología facilita mucho las cosas», destacó Bekerman. Sin embargo, «para que haya oportunidades iguales más allá del género, hay que erradicar los estereotipos que están arraigados en la sociedad, y que muchas veces las mujeres reforzamos cuando educamos a nuestros hijos y elegimos juguetes y carreras más adecuadas según su género», subrayó Buberman. «Muchas veces las mujeres se ven obligadas a imprimir un ritmo más lento a sus carreras, algo que a los varones no les pasa», coincidió Castleton.
«Hay que impulsar la paternidad responsable, que los varones también tengan espacio para ocuparse de las cuestiones domésticas y de sus hijos -aportó Cruz-, y que no seamos las propias mujeres quienes criticamos a una colega cuando viaja a un congreso afuera y deja a su hijo de meses al cuidado de su padre o abuelos».
El impulso a la actividad emprendedora femenina en sectores tecnológicos también es una cuestión pendiente. «Cuando lanzamos la aceleradora de empresas tecnológicas, hace casi diez años, sólo un 2% de los proyectos venían de un equipo que tenía mujeres entre sus fundadores. Hoy esa proporción llega casi a la mitad y esto habla de una mayor inclusión y diversidad», destacó Cruz.
A la hora de emprender, las mujeres suelen mencionar como obstáculo la falta de financiamiento. «No nos sentimos cómodas presentando nuestro proyecto a inversores, que en su mayoría son varones», comentó la fundadora de NxtpLabs. «De hecho en los equipos mixtos, esta tarea recae en los varones, tal vez porque son más arriesgados y tienen más autoconfianza», deslizó. «Por eso desde la organización We Exchange organizamos una ronda anual ante inversores en la que sólo pueden presentarse mujeres. Es una discriminación positiva, pero hay que hacerla», apuntó.
Por su parte, Pallotti cerró con una visión esperanzadora: «Se están creando grupos y clubes de chicas emprendedoras en tecnología y ellas son las futuras fundadoras y líderes de las empresas del mañana».
por MARÍA GABRIELA ENSINCK.