El médico neurólogo dedicado a las finanzas asegura que es bueno pasar por una crisis financiera porque se aprende de ella, y destaca la importancia de transmitirle la cultura del ahorro a los más chicos.
Su libro más famoso es “Los cuatro pilares de la inversión” en el que ofrece consejos para que inversores independientes armen su propio portafolio.
William Bernstein nació en 1948 en los Estados Unidos, se graduó como médico neurólogo pero pronto descubrió que su pasión estaba en las finanzas, la psicología y la literatura. Hoy en día se dedica a la administración de altos patrimonios y a estudiar los mercados para narrarlo en sus próximos libros. Algunos de sus títulos más conocidos en el mundo de las finanzas son Los cuatro pilares de la inversión, El inversor inteligente y El nacimiento de la prosperidad.
Comenzó en el mundo de las inversiones comprando acciones, fondos comunes de inversión y bonos. Ganó y perdió dinero, lo cual fue la motivación justa que lo llevó a educarse hasta convertirse en el día de hoy en uno de los escritores e inversores más reconocidos en el mundo de las finanzas.
Bernstein es un defensor de la escuela de la equidad o el índice de asignación de pensamiento; en la creencia de que todas las estrategias de selección de la equidad deben centrarse en la asignación entre clases de activos, en lugar de seleccionar acciones y bonos individuales.
LA NACION se reunió con el gurú de las finanzas en la ciudad de Portland, Estados Unidos, para tener su visión de los mercados y recomendaciones y aprendizaje para los inversores argentinos. Bernstein asegura que hay una asociación entre el sistema capitalista y las burbujas financieras, y adjudica la relación pero a la conducta humana y social. «Los mercados y el mundo están en un cambio clave. También el capitalismo tal como lo hemos aprendido», explica el best seller financiero.
-¿Cómo es la realidad de los mercados en la actualidad?
-Los mercados y el mundo están en un cambio clave, también el capitalismo tal como lo hemos aprendido. Décadas e incluso hace siglos no teníamos el problema de la capitalización de los retornos. Los retornos existían en parte producto de la poca oferta de dinero, pocas personas y había mucho por desarrollar en tanto comercios e innovación. Producto de la incertidumbre, el retorno era alto. Pero hoy vivimos en sociedades con mucha riqueza, donde hay poco por desarrollar, las necesidades básicas están más que satisfechas, hay más dinero en circulación y la población está decreciendo a comparación de décadas o siglos atrás. Entonces hay proyectos con menos retornos, que seguro los nuevos programas monetarios ortodoxos de los gobiernos ayudaron a disminuir aún más.
-¿Cree que el sistema capitalista necesita de «burbujas financieras»?
Hay una asociación, pero yo lo adjudico más a la conducta humana y social. Minsky describió esto en su teoría de la inestabilidad, en donde demostró que las crisis financieras son naturales en el sistema capitalista porque los períodos de prosperidad llevan a tomar mas apalancamiento, y a los bancos a ser menos rigurosos en el cuidado de su negocio. Ese exceso de optimismo y oferta de dinero crea la burbuja y luego explota. La historia está llena de ejemplos que queremos no ver, para decir que esta vez será diferente. Tuvimos desde la manía por los tulipanes hasta una manía por los inmuebles japoneses en los años 80, pasando por una burbuja en la valuación de las empresas tecnológicas en la década del 90.
-¿Estamos hoy ante una burbuja financiera?
-Potencialmente. Una característica de las burbujas es que no sabemos que estamos ante ella hasta que explota, esto puede durar años, o quizás nos levantarnos mañana con la noticia en los diarios.
-¿Qué características debe reunir hoy un asesor financiero?
-Cada día tienen un trabajo más complejo y escaso. Hoy un inversor puede conseguir diversificación, menor riesgo y cumplir sus objetivos con un solo clic al comprar un fondo pasivo. El asesor modelo debe tener disciplina, conocimientos en matemática y estadística, estabilidad emocional y honestidad, lo cual es difícil de medir, pero es un punto clave. En los mercados de hoy resulta clave que el asesor lleve de la mano a su cliente, dado que en cualquier momento una cartera puede sufrir un gran cambio. Tiene que saber proteger al inversor. Igualmente, reitero mi consejo de que el inversor tiene que hacer foco al elegir unos pocos ETFs (fondos cotizados, según sus siglas en inglés) y fondos pasivos de inversión y evitar los fondos activos. Si algo aprendimos de la historia es que nadie puede ganarle a la aritmética de los mercados.
-¿Qué le recomendaría a un adolescente que quiere dar los primeros pasos en el mundo de las finanzas?
-Hoy a los chicos hay que transmitirles la cultura del ahorro y de que cada centavo cuenta, cada centavo invertido vale más. Los chicos aprenden, imitan, a los adultos así que ese ejemplo tiene que estar primero en casa. Luego recomendaría que vivan una caída grande de los mercados, si es con plata propia, mejor, porque no la olvidarán y entenderán la importancia de diversificarse y, no estar apalancados. Así aprenderán a valorar lo que crearon con esfuerzo.
-¿Cómo aprendió a ver si un mercado o un activo está caro o barato?
-La política de dividendos es una buena medida. En la actualidad, el pago de dividendos en los Estados Unidos es muy bajo (cerca del 2%), por lo tanto sé que mis retornos futuros serán bajos o muy bajos. Luego utilizo la fórmula de Gordon, que es buena para predecir retornos de largo plazo. Cuanto más nos alejamos en el tiempo más podemos predecir el retorno de una economía o sector de la economía. Esta regla para mi es de mucha utilidad. Y sin lugar a dudas, ver las métricas básicas como valor de libros o ganancias contra su media histórica.
El autor es analista de inversiones y profesor de la Maestría de Finanzas de la UTDT.