La creatividad y las habilidades personales estarán en el centro de los emprendimientos.
Ni gurús ni futurólogos: los invitados al evento de Negocios del Futuro de LA NACION dieron su mejor versión de lo que consideran el porvenir de la economía, del empleo, de las compañías y de los emprendimientos, sin perderse en la fantasía.
En el auditorio del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) se dieron cita economistas, tecnólogos, biólogas y creativos que intentaron despejar algunas inquietudes, aunque sin la seguridad de las certezas.
En una breve apertura, Sergio Kaufman, CEO de la firma de servicios y tecnología Accenture, pidió pensar en la sociedad del futuro y en las posibilidades de inclusión luego de que el capital intelectual pase definitivamente a primer plano para la economía del país.
La charla inicial tuvo como protagonista a Pablo Lezama, líder de la consultora de innovación estratégica Fogdog, quien habló más de incertidumbres que de predicciones: dijo que si bien es imposible adivinar lo que vendrá, las personas y las compañías deberían buscar «no quedar desfasadas del cambio». Por otro lado deben investigar la posibilidad de «no esperar al futuro, sino de crearlo». Apuntó que «hay una clave en el pensamiento continuo, en el aprendizaje permanente».
El primer panel de la jornada, moderado por José Del Rio, adscripto a la Secretaría General de Redacción de LA NACION, estuvo integrado por Rebecca Hwang, cofundadora de Rivet Ventures y YouNoodle.com; Camila Petignat, CEO de NeoGram; Bruno Drobeta, director comercial de Samsung, y Felipe Kusserow, creador de la firma Sea Studios, que conversaron sobre los avances tecnológicos, culturales y sociales que posibilitarán la innovación.
Sobre la realidad virtual, Drobeta dijo que «es el inicio de algo grande». Pidió imaginar las consecuencias para la educación y las posibilidades de que se aprenda, por ejemplo, historia con «vivencias». Por su parte, Hwang, que trabaja en Silicon Valley, describió la meca de la tecnología y dijo que lo más emocionante es ver «posibles nuevos unicornios».
Petignat advirtió, a su turno, sobre el advenimiento de la era genómica, en la que el ADN y su «accionabilidad» permitirán «escribir el código de la vida» y crear organismos «como se hace en la industria del software». Y finalmente, Kusserow opinó que en la Argentina «falta educación sobre cómo es el ecosistema emprendedor» y pidió más espacio para que se generen ideas a través de la diversidad.
El economista Eduardo Levy Yeyati habló sobre el empleo en el futuro -o la desaparición de varios puestos de trabajo- y dijo que no sabe qué rol estará ocupando cuando las máquinas hayan terminado con varias profesiones. Pero concluyó que seguramente tenga más tiempo para el ocio: «Si la productividad aumenta y distribuís los frutos, cada uno debería trabajar menos horas». Mencionó la posibilidad de implementar el ingreso universal, un sistema de seguridad social en el que todos los habitantes de un país -sin importar si trabajan o no- reciben dinero mensualmente, para evitar problemas con aquellas personas que quedarán fuera del mercado por las máquinas.
El segundo panel contó con la presencia de Magalí Brosio (Cippec y Economía Feminista), Sebastián Uchitel (Cooperativa Mental) y Santiago Greco (embajador de Hyper Island).
Brosio pidió por más igualdad de género en las empresas y afirmó que «hay muchos estudios que demuestran que si las mujeres tuvieran la misma participación en el mercado laboral que los hombres, el producto interno bruto crecería automáticamente». Uchitel defendió la reinvención a nivel personal y dijo que es bueno aplicarse un «lienzo de modelo de negocios», para que cada uno pueda definir movimientos durante la carrera sin olvidar su esencia y lo que quiere ser. Por su parte, Greco se ocupó de la innovación en las compañías: «Para que una empresa empiece a desarrollar las herramientas tecnológicas tiene que tener un poco de miedo al futuro, porque eso lleva a la acción», dijo.
También se ocupó del futuro Matías Arturo, líder del área de Soluciones Digitales de Accenture para Sudamérica hispana, quien aportó un dato concreto: «Los estudios más conservadores hablan de que, a nivel global, la economía digital va a representar más o menos el 30% de la total en 2020». No obstante, dijo que la Argentina está varios pasos atrás porque las compañías todavía están en un estadio «inmaduro» en lo que respecta a tecnología. Asimismo analizó el sector empresarial global: «Hoy, solamente el 6% de las compañías son digitalmente maduras y financieramente exitosas. Casi un 60% falla en los dos aspectos, y poco más del 30% está bien en lo digital, pero mal en lo financiero», indicó.
Máximo Cavazzani, CEO de Etermax, se animó a pensar algunos aspectos de la sociedad de las siguientes décadas. «No podemos seguir pretendiendo que la educación sea la misma que en el siglo XX y que una persona tarde 10 años en recibirse de médico cuando la humanidad cambiará en los próximos 15 años tanto como en los últimos 100», disparó. Expresó que «es importante mantener pensamiento de emprendedor» porque habrá herramientas de conocimiento constantemente cambiantes. «El emprendedor es el que le dará forma a esos desarrollos para que resuelvan un problema», señaló.
Para el cierre, Negocios del Futuro tuvo como invitado a Lucas Llach, vicepresidente del Banco Central, quien evaluó las posibilidades del desarrollo de fintech (la combinación de las finanzas y la tecnología) en el país. «Tenemos muy buenos empresarios, pero necesitamos un entorno que permita una mayor competencia con un sistema de pago más abierto», sostuvo, y concluyó: «Es una oportunidad enorme; creo que la Argentina puede tener un boom de innovación financiera».