Terminante: «El gran problema educativo de la Argentina no es solo haberse sumido en el atraso, sino la indiferencia de la sociedad». La clave: «No sirve solo con cuantificar minerales, recursos ictícolas, shale gas, para proyectarnos a 2050. Hay que interesarse en cuánto saben hoy los adolescentes».
La mesa ratona del living en su departamento de la Recoleta exhibe, desplegadas en abanico, varias ediciones de boletines del Centro de Estudios de la Educación Argentina, de la Universidad de Belgrano, que el rector Avelino Porto le encomendó dirigir. Los títulos encadenados de por sí esbozan un cuadro de situación: «Más cargos docentes y menos alumnos»; «Sin igualdad de oportunidades: la graduación secundaria no solo es escasa, sino también muy desigual»; «Por una universidad estatal más inclusiva»; «Nuestra graduación universitaria es escasa».
Precisamente, la nota periodística a publicar en Mercado le había sido pedida para hablar sobre si la Argentina atraviesa una emergencia educativa. De ese clima estaba imbuida la sala hasta que sonó el teléfono. Era del despacho del ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, para recordarle que lo esperaban en una hora y media. En tan breve lapso metamorfosearía la toga de educador en el casco amarillo de la energía, como ex secretario del área que había sido, para abordar otra emergencia, la tarifaria.
Son las múltiples facetas que desarrolló Guadagni a través del prisma de la economía desde el posgrado que hizo en la Universidad de Chile (Escolatina) y el doctorado en la Universidad de California (Berkeley) luego de recibirse muy joven de contador público en la UBA. Tomó contacto con la Energía desde 1948 cuando entró en Agua y Energía Eléctrica de la Nación (AyEE), para desempeñarse luego como síndico en Segba, en el Consejo Federal de Inversiones y, en su estreno en gabinetes, como secretario de Recursos Hídricos de Aldo Ferrer, cuando este ocupó la cartera de Obras Públicas.
Pero desde que dejó de ser ministro de Industria a fines de los años 90 y debutó como escritor de un libro sobre la educación argentina en el siglo 21, en sociedad con Francisco Boero, imbricó el capital humano de la educación y el físico de la energía dentro de una lógica económica pero sobre todo humanística que traía de formación.
Cumplidos 84 años, hoy es consejero del Instituto Di Tella, profesor de los cursos de posgrado de la Universidad Católica Argentina, el cargo en la Universidad de Belgrano, el desempeño como miembro titular de la Academia Nacional de Educación y de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente y desde ese lugar diagnostica que «la Argentina había ganado la primaria en el siglo 19 por goleada. La fundacional ley 1420, que Sarmiento empujó a Roca para sancionar, inició un sistema educativo poderoso, líder en América latina. Hasta el año 1930, nuestra alfabetización fue mayor a la española, la italiana y la griega. Ya en el siglo 20, la Argentina empezó a atrasarse sobre todo en el ciclo secundario, y en el siglo de la universidad, el 21, perdemos por goleada».
Capital humano
La conclusión desafina con las profecías del rol estratégico que la dirigencia le asigna al país para el futuro: «El siglo 21 se define por el capital humano. Los recursos naturales no determinan. A Nigeria le sobran y sin embargo a Corea le va mucho mejor. El valor del capital humano equivale a cuatro veces el valor del capital físico según el Banco Mundial», advierte a contrapelo del facilismo.
?¿Tiene como asignatura pendiente haber sido ministro de Educación hace 30/40 años?
?No estaba en condiciones en aquel momento. Los conocimientos los fui adquiriendo en todos estos años como docente universitario.
?¿Qué perfil de ministro se necesitaría hoy para conducir un proceso real de cambio: político o educador?
?La clave no está en el ministro, sino el Presidente. La revolución educativa de Ecuador la hizo Rafael Correa. La actual de México, Peña Nieto. La de Cuba, el comité central del partido Comunista, con Fidel a la cabeza. En China y en Vietnam, también el PC, o sea, la cúpula del poder.
?¿Y en la Argentina?
?Tendría que surgir un Domingo Faustino y póngale el apellido que sea.
?Asumiendo que no haya nadie con ese perfil, ¿se le ocurre un plan B?
?Un gobernador. Porque en definitiva son los responsables de la escuela. En realidad lo son del nivel inicial, del primario y del secundario, menos de la universidad.
?¿Qué nos pasó a los argentinos que en la primera década del 2000 se destinaban 2,1% del PIB a la educación y, pese a que el porcentaje se triplicó sobre un PIB mucho más grande, estamos donde estamos?
?Es una realidad que subieron los recursos y que haber destinado menos hubiera significado atraso. Pero haberlos aumentado no garantizó más inclusión y más calidad. Tomemos la escuela primaria como ejemplo: hay muchos menos alumnos en las estatales que hace 15 años, pero con más maestros. Entre 2003 y 2014 se fueron de la matrícula primaria estatal el 11%, pero la cantidad de cargos docentes aumentó 17%. En 2003 había 16 alumnos por cargo docente, ahora hay 12 y sin embargo no mejoró la educación. ¿Cómo hace Chile con un docente cada 20 alumnos para tener mejores niveles de conocimiento que en la Argentina en todas las pruebas de las escuelas primarias?
?¿Por qué más docentes no alcanzaron para mejorar la enseñanza?
?En la carrera docente tenemos dos cuestiones: los que ejercen son muchos y muy mal pagos. Pero comienzan a haber indicadores de que hay problemas para que se gradúen más: las clases medias y las altas se fueron de las carreras docentes y no hemos asegurado que los mejores talentos de las secundarias las sigan, ya que en el largo plazo no son tareas atractivas.
Si se miran los países que progresaron: Corea, Finlandia, Ecuador, tienen en común que únicamente pueden ser docentes los mejores estudiantes secundarios. Finlandia 10% arriba; Corea 15%, y en Ecuador, país en el que con un examen de ingreso a la universidad para abogacía se accede con 550 puntos, pero para la docente no se entra con menos de 800. Rafael Correa preguntó con sabiduría: ¿quiénes cuidan al hombre si no el médico y el maestro? Con solo tener los mejores docentes, bien pagos, para fortalecer la escuela no se asegura con más plata.
Desigualdad en la secundaria
?¿Cómo clasificaría en orden de importancia los problemas de la educación, según los tres niveles: primario, secundario y universitario?
?No es necesario compararnos con Canadá, Suecia o Finlandia para ver cuán atrasados estamos en todos los niveles; bastaría hacerlo con Brasil, Chile, Colombia o México. Los chilenos están graduando en la secundaria el doble que la Argentina. Pero más preocupante aún sería la lectura desagregada del dato de los 43 de cada 100 adolescentes que finalizan la carrera: que los que terminan sean apenas 30 de cada 100 chicos que entran desde un primer grado en nuestra escuela estatal. Y que de cada 100 que ingresan por la privada se reciban 70. Jaque mate: naciste en un lugar pobre y no vas a terminar la escuela secundaria, y por más que la universidad pública sea gratuita, ya está fuera del alcance del que no termina. Si hablamos de 30% de pobreza bajo cualquier medición, nos encontramos con que entre los que terminaron la escuela secundaria completa, 10% es pobre, mientras entre los que no terminaron, 45%.
?Si la obligatoriedad de la sala de cuatro se sancionó básicamente para permitir que las madres puedan trabajar, ¿debe exigirse su cumplimiento o generar más empleos, o ambas cosas a la vez?
?Imaginaba que haría esa pregunta y puse los datos a la mano. La ley que obliga a escolarizar a los cuatro años está bien. Tenemos una matrícula privada inicial menor que la estatal. Tuvo una expansión de 25% durante el kirchnerismo, en 2003/14, pero la desigualdad no varió en el siguiente nivel primario, donde la matrícula privada aumentó 60%. Desde que se legisló en 2010, 30% de los pibes de las escuelas primarias estatales debían tener jornada extendida. Estamos en el 11%, pero en el Conurbano Bonaerense es 2%. ¿Se escuchó en la campaña electoral discutir este punto?
Este es el núcleo duro de la pobreza, de la marginalidad, la situación más explosiva del país. No hay peor cosa que la pobreza concentrada. Con este sistema educativo ¿qué pobreza se integra, el 2%? Nada más hay que cruzar la Avenida General Paz y en la Ciudad de Buenos Aires encontramos la escolaridad extendida en 45%. Hay provincias que lograron avanzar: Córdoba está en 35%.
Flojos con los números
?¿Son demostrativas del eventual deterioro general de la educación en la Argentina las dificultades que en general se sufren con las matemáticas?
?Si las matemáticas son un cuello de botella es porque nuestra escuela ha dejado de valorar el esfuerzo, no lo estimula. Es muy permisiva. Tiene un calendario escolar muy pobre. Y la característica de las matemáticas es precisamente el esfuerzo. Para entender un teorema hay que estar dispuesto a dedicarle un par de horas. Es falso que se requiera talento. Lo hay, pero explicaría el 0,001%. En China, 3 ó 4% de los chicos no saben matemáticas; en Corea, 5 ó 6%, en Japón, 9 ó 10, ¡Y en Argentina 66%!
?¿Incidirá esta falencia en matemáticas en la creación de empleo futuro, en las grandes inversiones, teniendo en cuenta que son la puerta de entrada para estudiar las ciencias duras, que caracterizan a este siglo 21?
?Seguramente. En el siglo 21, que es el del cambio científico y tecnológico, los países en los que los estudiantes no saben matemáticas para aplicar a las ciencias duras no tienen futuro. Los uruguayos tienen un buen programa de becas que habría que ver. 20% de los estudiantes en la Universidad de la República está becado, con una asignación de US$ 250 por mes, financiada con el aporte que hacen todos los que iban a la universidad y se graduaron, que eran muchos. Esta ley la hicieron pasar los blancos de Lacalle en los años 90. Después vinieron los colorados y la dejaron y llegó Mujica y extendió el aporte que tienen que hacer los profesionales por 25 años a 30/35 años. Es una política de Estado.
?¿Por qué en nuestro país, con todas las universidades que se abrieron en los últimos años y el mayor presupuesto no se desarrollaron ese tipo de políticas?
?La expansión de las privadas, que se concentró en las carreras sociales, ha sido mucho mayor que la de las estatales, que están estancadas, no suben la matrícula, y deberían ser las que movilizan las carreras de ciencias duras. Pero hay además otro fenómeno nuevo: que la escuela privada copó la universidad estatal.
En la UBA hay más estudiantes que vienen de las secundarias privadas que de estatales, en proporción 60-40. Se deben contar 6 ó 7% que vienen del extranjero. Muchos de estos hacen doblete, como los colombianos y chilenos, que tienen una universidad paga y examen de ingreso, mientras acá es gratuita y entran sin rendir.
?¿Es la universidad estatal nuestra más fácil comparativamente, o atrae por la imagen de más completa y prestigiosa que viene de otras épocas?
?Veamos las cifras. El rezago universitario nuestro es tan grande que ahora tenemos menos graduados por habitante que Colombia, México, Brasil y Chile. Colombia anda en unos 160.000, contra 120.000 de ka Argentina. O sea, 33 cada 10.000 habitantes contra 28 de nosotros. Ya somos el país con menos graduación por habitante. Sin embargo, somos uno de los pocos países del mundo que tienen una ley como la que se aprobó el año pasado, por la que se pasa automáticamente de la secundaria a la universidad sin dar ningún tipo de examen. Esto no existe en los viejos países capitalistas ni en los comunistas. El PC gobierna actualmente en Cuba, Vietnam y China. En los tres hay examen de ingreso. Lo mismo que en Ecuador y Nicaragua, donde hay Gobiernos revolucionarios.
?¿Cuestiona con estos argumentos el acceso libre y gratuito a la universidad, que corrientes ideológicas nacionales enarbolan como una bandera política que exalta precisamente la inclusión y la igualdad de oportunidades?
?Empecemos por aclarar que los que tienen el discurso igualitario, de apertura, están bien intencionados, pero cometen un error: no hay igualdad de oportunidades sin esfuerzo. La peor trampa que se le puede hacer a un adolescente de 16-17 años que está en el último año de la secundaria es decirle «no te calentés, el año que viene vas a ir a la universidad, andate de viaje; si tenés plata, a Cancún o Miami. Si no te alcanza, al viaje de egresados a Bariloche u otro lugar».
En el resto del mundo esos pibes están estudiando. En Brasil, y no estamos hablando de las derechas, sino que lo hizo la izquierda, el partido Laborista, dan el examen 8 millones de pibes: 5 horas un sábado y 6 horas un domingo. Acá los dejamos entrar, pero después de un año más de la mitad no dio una sola materia. Se violó la ley, pero lo peor es que por eso no se reciben. Es como pretender ir a competir a una maratón, o boxear, o lo que sea, sin entrenar. ¿Será que entrenar vale para todo menos en para la universidad?
?¿Qué expectativa tienen los empresarios de la universidad y cuán lejos o cerca está de ser satisfecha?
?Hay grupos empresarios que se han preocupado o influyeron en la instalación y el desarrollo de algunas universidades privadas. Pero, en general, las empresas llegan tarde con la demanda educativa. Hay diversos informes que muestran la insuficiencia de la oferta, sobre todo en las carreras científicas y tecnológicas. Cada 100 abogados, graduamos 60 o 70 ingenieros. Los chilenos, cada 100 abogados gradúan 200 ingenieros. La pregunta clave es ¿dónde van a dirigirse las inversiones? ¿Adónde hay muchos ingenieros o muchos abogados?
El caso de Chile es que tiene mucha ingeniería en minas. Los mejores sueldos. Además cuentan con muy buena información, al revés de lo que sucede en nuestro país, donde no es posible responder a una pregunta elemental: ¿dónde convendría estudiar para después tener buenos ingresos? ¿Cuáles son las profesiones más rentables en los próximos años? El Gobierno chileno publica todos los años un estudio que muestra cuánto ganan los graduados de cada carrera; cuando se reciben, a los cinco años de recibidos, a los 10, por zonas del país.
?¿Por qué se imponen las largas carreras de grado y posgrados de lo que sea para realizarse en la educación, ¿acaso las carreras terciarias de corta duración con salida laboral se subestiman como formación educativa?
?Daría la impresión de que este Gobierno quiere tocar este tema. Hay un segmento del proceso educativo, en el que deberíamos seguir ejemplos como el de Alemania, Suiza, Inglaterra, que es la educación terciaria técnica. En Brasil hay un sistema espectacular. Cuando era embajador allí visitaba mucho las fábricas. Las manejan las uniones industriales de los Estados, tienen escuelas técnicas de molinería, de zapatería, textiles. Los pibes van el primer año 5 días a la escuela, el segundo, cuatro a la escuela y uno a la fábrica, y el último, cuatro días a la fábrica y uno a la escuela. ¿Y qué forman?: oficiales.
La autoentrevista
Guadagni se repregunta y responde:
?¿Sabe de alguien que haya ido a averiguar la calificación que tiene una escuela primaria o secundaria antes de anotar al hijo?
?Tendría que presentarse ante el director y pedírsela ya que puede acceder con su clave a los resultados agrupados por escuela de las evaluaciones que se hacen en tercer grado, en sexto; tercero y último secundario. El artículo 97 de la ley federal de educación prohíbe expresamente que salgan publicadas, como hacen Brasil y Chile con los puntajes de cada colegio primario y secundario.
?¿Sabría decirle a un chico fehacientemente adónde tendría que ir a estudiar ingeniería, derecho, medicina y cuánto se puede ganar al recibirse en cada carrera?
La Argentina carece de mecanismos de evaluación de calidad de los graduados universitarios, como sí tienen los Gobiernos en Brasil, Colombia y México con cada facultad pública o privada, carrera por carrera. Si, matemáticamente, los graduados quedan mal calificados, es la universidad la que pierde la capacidad de dar títulos habilitantes. Lula introdujo una innovación espectacular. Hacían una misma pregunta jurídica al graduado de derecho y al que acaba de ingresar hacía 15 días a la facultad; así verificaban el valor agregado de la enseñanza.