Las frutas y vegetales de la dieta griega, el pescado de Japón o las especias del continente africano.
Es difícil pensar que en alguna parte del mundo el plan de alimentación se conforme únicamente de comidas locales. La globalización logró que las costumbres de cada país se intercambiaran y se logró así, en muchos casos, un gran híbrido nutricional.
A no asustarse, es una práctica saludable. Muchas veces se evita el consumo de algún alimento por desconocer sus beneficios o por no saber cómo incorporarlo a la dieta. Por eso, Infobae reunió siete hábitos saludables arraigados en diferentes regiones del planeta que vale la pena incorporar:
Dieta basada en frutas y verduras
Después de tantos años de investigación sobre la nutrición y de semejantes debates sobre cuál es la correcta y más saludable forma de alimentarse, no hay discusión: las frutas y las verduras son una parte esencial de una dieta balanceada. Si bien en general son consumidas en todo el mundo, algunos países rinden un verdadero culto al fruto de la tierra.
Uno de estos países es Grecia, donde todos los platos se realzan tanto con frutas como con verduras, crudas y cocidas. «Uno de los hábitos más saludables que tenemos es comer frutas y verduras como plato principal. Cocinamos verduras de temporada en aceite de oliva con tomate y hierbas, y lo acompañamos con pan y queso», dijo Elena Paravantes, una nutricionista griego-americana especializada en dieta mediterránea. De hecho, un estudio reciente de la Universidad de Tufts en Massachusetts demostró que los griegos cuentan con la ingesta de vegetales más alta del mundo. La especialista lo confirmó, ya que asegura que una comida puede incluir de tres a cuatro porciones de verduras.
En Latinoamérica está muy arraigada la cultura del consumo de frutas, sobre todo, en puestos callejeros. «En México siempre encontrarás vendedores ambulantes de frutas y verduras frescas, como el mango, la jícama y el pepino, todo cortado y listo para comer junto con rodajas de limón y chile. Es algo que habitualmente sirvo a mis hijos como snacks», dice Katie Sullivan Morford, experta en alimentación saludable y autora del Mom’s Kitchen Handbook, un blog especializado en alimentación infantil.
Proteínas de origen vegetal
Con las corrientes de alimentación veganas y vegetarianas en auge, uno de los mayores interrogantes de la problemática nutricional actual es el consumo de proteínas no procedente de origen animal. Así, se instalaron alimentos como el tofu o las legumbres, ya consumidos desde hace tiempo en varios países.
«Las lentejas son un alimento básico en la India, y resultan ser uno de los alimentos más saludables que existen. Son ricas en fibra, proteínas y manganeso, un mineral necesario para absorber el calcio y mantener los niveles de azúcar en sangre estables. Además, tienen grandes cantidades de superóxido dismutasa (SOD), un compuesto que protege a las células sanas de los daños de los radicales libres y que pueden reducir el riesgo de enfermedades del corazón y el cáncer», señala Christy Brissette, nutricionista y directora de 80 Twenty Nutrition, un reconocido blog de alimentación saludable.
Deanna Segrave-Daly, autora del blog Teaspoon of Spice, también resaltó su bajo costo: «Varios países de África utilizan el maní y otras legumbres por las proteínas y el sabor. Además, son una buena opción proteica económica».
Darle protagonismo a las hierbas
Las hierbas aromáticas son un excelente elemento para tener en cuenta en la cocina ya que realzan el sabor característico de cada alimento sin taparlo por completo y evitando al máximo el uso de sal.
Roxana Begum, autora del blog The Delicious Crescent, dice que no conoce ninguna otra cocina que utilice tantas cantidades de hierbas frescas como la cocina que tuvo sus orígenes en el Imperio persa. «Esta cocina abunda en recetas que utilizan grandes cantidades de hierbas frescas que resultan en un plato delicioso y muy saludable, debido a la cantidad de fitoquímicos de las hierbas». Estos efectos varían entre la protección de las células contra el cáncer, un gran impacto anti-age en el cuerpo, gracias a la eliminación de radicales libres y la prevención de afecciones cardiovasculares.
El pescado está considerado como un alimento básico para una alimentación nutritiva y, sobre todo, para el desarrollo de los niños, embarazadas y lactantes. Generalmente se aconseja consumir entre dos y cuatro porciones de pescado por semana y alternar entre los magros y los grasos.
En la región Mediterránea y en Asia el pescado es una parte fundamental de la dieta. Por otro lado, los habitantes de Suecia, como los de Japón, consumen una gran cantidad de pescado y en lugar de cocinarlo en aceite, lo comen hervido, ahumado y secado.
«Una gran cantidad de países asiáticos, como Japón, consumen más pescado y menos carne vacuna, por lo que cosechan los beneficios de los ácidos grasos omega-3, saludables para el corazón, que a muchos de nosotros nos hacen falta», dijo la nutricionista Abbey Sharp.
Cada día, se recomienda ingerir un puñado de frutas secas, ya sea como snack o como ingrediente de una comida. Sus beneficios están comprobados: el consumo regular de frutas secas puede ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar obesidad abdominal, hipertensión arterial, ciertos tipos de cáncer y diabetes, entre otras afecciones. En la zona Mediterránea son un componente fundamental de muchos platos de consumo diario.
«Uno de mis hábitos saludables favoritos es la incorporación de grasas saludables (como las nueces, semillas y el aceite de oliva) en las comidas y snacks, tal como lo hacen en Turquía, Grecia e Italia», explica Vicki Shanta, una nutricionista blogger conocida como una de las grandes «Lifestyle Nutritionists». «Particularmente destaco los frutos secos, como pistachos, almendras y nueces, ya que son fáciles de llevar a cualquier lado y de incorporar en las comidas» .
Los frutos secos, claves para cualquier buen plan de alimentación (Shutterstock) Los frutos secos, claves para cualquier buen plan de alimentación (Shutterstock)
Muchas especias
Las especias son otro gran condimento, tanto para ensaladas como carnes, pescados y dulces. El principal beneficio es que suman sabor sin aportar calorías, por lo tanto, son ideales para complementar en la dieta. Esto es gracias a su capacidad para aumentar el efecto térmico de los alimentos en las horas siguientes a su ingestión.
África y Asia son los dos continentes donde más se consumen las especias. «Un condimento común en la cocina etíope es el senafich (también conocido como Brassica nigra o mostaza negra), una salsa de mostaza deliciosa y picante. Es rica en fitonutrientes que se convierten en isotiocianatos, dos compuestos que pueden ayudar a prevenir el cáncer» detalló Christy Brissette.
«Yo uso la inspiración global para aumentar el sabor en mis recetas con una amplia variedad de hierbas y especias. Hay pruebas de que algunas hierbas y especias proporcionan enormes beneficios para la salud, y esa es la manera perfecta de condimentar un plato sin añadir sal en exceso. La pimienta de cayena, el pimentón, la mostaza y el ajo en cualquier plato son mis favoritos», dice Cara Harbstreet, del blog nutricional Street Smart Nutrition.
Disfrutar del aire libre y hacer actividad
Lo mejor para acompañar una buena alimentación es el ejercicio. En muchos países el ejercicio es una parte clave de la vida diaria. «En Europa, la comida es una experiencia relacionada a la comunidad. Sociedades como la alemana valoran el ejercicio y realizan con frecuencia las conocidas ‘volksmarch’, donde los representantes se reúnen y realizan una caminata o paseo colectivo. Los paseos culinarios y las visitas a la producción del vino son una oportunidad divertida para caminar por los viñedos y parar en los puestos de comida y de vino. También lo hacen family-friendly e incorporan actividades para niños», contó Betsy Ramírez, experta en nutrición del blog «Hungry & Healthy».
«En España es común que las parejas mayores salgan a pasear todas las noches por la ciudad. Es una excelente manera de agregar un poco más de movimiento en el día, para bajar los niveles de azúcar en sangre después de la cena y lograr que el tiempo libre sea de calidad con la familia», dijo Rebecca Clyde, del blog Be Truly Nourished.