Aunque muchos dicen que las profesiones que tendrán éxito en cinco años aún no existen, algunos perfiles tradicionales son y seguirán siendo demandados.
Es muy difícil que alguien pueda aconsejar hoy con cierto criterio y eficacia acerca de cuál será el perfil profesional que se puede elegir para tener éxito en el mercado laboral. Como suele decirse, las profesiones más demandadas en el próximo lustro hoy no se conocen. Y en esa incertidumbre se debe mover la decisión final cuando se busca un cambio profesional o un primer trabajo.
Sin embargo, no todo son incógnitas. Un grupo de profesiones permanecen. Están ahí y seguirán siendo demandadas por mucho que cambie el mercado de trabajo.
Iria Vázquez, directora de servicio y calidad en Grupo Adecco, coincide en que «dentro de cinco años trabajaremos en profesiones bien diferentes, pero el 80% de las que existe hoy probablemente seguirá existiendo en el futuro (ingenieros, administración de empresas, Económicas; Derecho, Medicina…) Serán las mismas, pero probablemente tendrán que irse especializando.
Vázquez cree que «seguiremos viendo una gran demanda de psicólogos, pero en nuevos entornos de trabajo o para el cuidado de la Tercera Edad. Y en el caso de las ingenierías, Derecho o Economía, la especialización tendrá que estar muy vinculada a la tecnología y a nuevos modelos de colaboración virtual».
Para Vázquez, lo que cambia es la fórmula de vinculación a la empresa. Se refiere a un modelo de empleo por proyectos y en varias organizaciones, teniendo en cuenta que el trabajo para siempre se acabó.
La secuencia de educación, trabajo y jubilación se ha ido y no va a volver, y la mayor parte de los profesionales pasaremos periodos más o menos largos en alguna forma de autoempleo en el que intercalaremos formación. Además, la carrera promedio de cualquiera abarcará probablemente dos o tres ocupaciones y más de media docena de empleos.
Hay que tener en cuenta que en este nuevo entorno laboral los profesionales se vuelven más móviles y abrazan otras fórmulas de trabajo independiente, freelance, multitarea o por proyectos. Así, las compañías tradicionales deben responder a todo esto con una nueva organización adaptada a los modelos laborales que se imponen. Pero también la selección y el reclutamiento se deben amoldar a esta relación entre empleadores y empleados.
Zulima Cuadros, responsable de Manpower Selección, también cree que hay profesiones que siempre serán más demandadas: «Vamos a seguir necesitando comerciales y expertos en ventas. Independientemente del canal o del sector, éste será un perfil necesario a pesar de los cambios que se den en el mercado laboral, con roles multidisciplinarios y especializados que luego tendrán que adaptarse a la tecnología o a otros sectores, pero que siempre van a estar ahí. Pasa lo mismo en los perfiles financieros o en los de marketing».
Nuevas habilidades
Para Cuadros, el cambio tiene que ver con el hecho de que los empleadores dan cada vez menos valor a la formación y mucho más a las habilidades y competencias. El gap entre el mundo académico y la empresa está realmente en las habilidades y capacidades profesionales. Pero lo que se busca son habilidades transversales, que resultan las más difíciles de enseñar.
Es necesario sensibilizar a los candidatos acerca del hecho de que hoy se exigen capacidades (soft skills) que no son meros conocimientos ni habilidades técnicas. Se trata de capacidades comerciales, comunicación, liderazgo, o capacidad de seducción.
Hoy se puede enseñar cualquier cosa que se refiera al conocimiento técnico, pero no es tan fácil en el caso de las capacidades transversales, que son las que se refieren a la actitud. A esto hay que añadir el hecho de que, cada vez más, las compañías trabajan por proyectos. Hoy en uno, mañana en otro… Se buscan por tanto profesionales móviles y adaptables.
Zulima Cuadros se refiere asimismo a la importancia de las competencias digitales de cara al futuro, y a la necesidad de contar con una gran flexibilidad para adaptar nuestra profesión: «Que un profesional se especialice en algo y sepa adaptarse es lo que resulta más demandado, antes incluso que el currículo o la formación pura y dura».
Carmen Bejarano, consultora de Randstad Professionals, también cree que ciertas profesiones van a seguir en el futuro: «El mercado laboral cambia, pero hay sectores que, invariablemente, seguirán siendo muy demandados. Tendrá que producirse un cierto refinamiento en ellos, pero la base será idéntica».
Bejarano se refiere a los ingenieros en todas las ramas, licenciados en matemáticas o física… «Es evidente que todos ellos necesitarán una especialización para adecuarse al mercado, pero van a seguir estando muy demandados a pesar de los cambios. También pasará esto con los médicos generalistas. Hay aspectos generales de la medicina que son invariables, pero es evidente que será necesaria una adaptación hacia otros campos como la nanomedicina o médicos ingenieros».
Las posiciones en el campo de la medicina, sanidad y calidad de vida suelen estar en las listas de puestos más demandados. Se trata de perfiles que se mantienen entre las exigencias de los reclutadores de forma invariable.
Un estudio de SmartRecruiters publicado recientemente en Forbes confirma que las profesiones del sector médico y sanitario ocupan los primeros lugares en las preferencias y necesidades de los empleadores. Así, en esa clasificación de las profesiones que los reclutadores siempre tendrán que llenar aparecen en primer lugar los terapeutas del comportamiento, seguidos de los cuidadores de la Tercera Edad. Los asistentes médicos ocupan la cuarta posición más demandada.
En el sector tecnológico, los empleadores rastrean constantemente en busca de talento. Según SmartRecruiters, en este campo seguirán siendo muy demandados los desarrolladores de software, o los especialistas en soporte técnico.
Bejarano coincide con otros expertos en que los comerciales también serán siempre necesarios, al igual que los informáticos en todas sus ramas, con adaptaciones y especializaciones hacia la seguridad o la informática de redes. Los profesionales de márketing, también invariablemente necesarios, tendrán que adaptarse a la transformación digital.
¿Qué harás dentro de cinco años?
Si alguien fuera capaz de pronosticar cómo será su vida laboral dentro de cinco años tendrías una ventaja competitiva que lo pondría por delante de otros candidatos a un puesto de trabajo. Acertar con la profesión, la carrera o el sector de éxito resulta muy complicado, y casi nadie te podrá aconsejar.
Dos de las decisiones más importantes que pueda tomar una persona en su vida son qué va a estudiar y a qué se quiere dedicar en su vida profesional. Ambas están relacionadas y ambas se toman a una edad en la que aún no somos suficientemente maduros para decidir.
A pesar de todo, es posible hacer ciertos preparativos que lo vuelvan más eficaz antes de tomar una decisión que resulta determinante para tu futuro:
Trabajar la visión y la misión: Se debe saber qué te gustaría estar haciendo dentro de 10 ó 15 años. Trata de visualizar tu futuro profesional, y que éste resulte retador e ilusionante.
Analizar las profesiones emergentes y las tendencias de mercado: Ahí se pueden encontrar datos objetivos que hablan de nuevas oportunidades profesionales. Investigar sobre los diferentes ámbitos profesionales, y tratar de conocer las experiencias de otras personas cercanas que pueden ayudar a dirigir el futuro. Buscar experiencias concretas en puestos de trabajo que puedan resultar interesantes.
Conocer los puntos débiles o las fortalezas, y qué buscar exactamente el mercado. Un plan de carrera ayudará en el desarrollo profesional futuro, igual que la búsqueda de información -preguntar más-, porque en el camino es posible encontrar otras profesiones o puestos.
Hay que plantearse si la profesión elegida tiene futuro o va a desaparecer; si el mercado va a necesitar los mismos profesionales; o si es bueno en lo suyo… En función de estas respuestas, posiblemente haya que cambiar de vocación y buscar el desarrollo personal en otra actividad.
La clave para un cambio en la vida profesional está en pensar a largo plazo, tratando de adelantarse a los cambios del mercado. Si alguien ya tiene empleo, no hay que centrarse únicamente en la búsqueda de posiciones similares a las que ya desarrolló. Hay que trabajar la reputación teniendo en cuenta que la relación entre empleado y empleador ya no es de por vida, porque esto cambia la manera en la que se entiende la carrera o profesión.