Entusiasta de la informática, Juan Savio le enseña gratis a otros adultos mayores a amigarse con Whatsapp y Skype.
«No, no molestás. Yo digo siempre: si la gente no me molesta me muero de hambre». Juan Savio está a punto de cumplir los 80 años y tiene una energía que sorprende. Le gusta que lo «molesten» porque considera que eso significa estar en actividad. Pasa alrededor de 6 horas diarias frente a su computadora, en la que maneja con un nivel avanzado Illustrator, Photoshop y, sobre todo, Autocad. Hace trabajos de vectorización y modelado.
«Son programas muy extensos, muy complicados, no debe haber mucha gente que lo maneje 100 por ciento, pero tengo un nivel bastante avanzado», confiesa. Todos los días, además, digitaliza parte de sus fotografías en papel. En diciembre pasado emprendió otra idea: brindar cursos a adultos mayores sobre tecnología. Le acercó la propuesta a Fundación Telefónica; junto a ANSES y a la ONG Faro Digital dieron uno de manera gratuita a más de 35 adultos mayores, en cinco clases introductorias donde se abordaron temas de seguridad y cómo actuar en el nuevo entorno digital, cómo conectarse y dialogar con las personas que hoy están inmersos en la tecnología y qué aspectos hay que tener en cuenta para navegar en internet de manera segura, entre otros temas.
«Lo más importante es que se lo dio una persona de la edad de ellos. Creo que les impactó el detalle, porque la persona que les enseña tiene los mismos problemas que ellos. No es que vino alguien del MIT a enseñarles computación», comenta. Sobre los contenidos, Savio les explicó lo que hay adentro de una computadora, de los teléfonos y de las tablets. Luego, experimentaron con distintos programas. «Había algunos que nunca habían agarrado un mouse», ejemplifica. «La idea era que a partir del curso se puedan arreglar con Whatsapp, con Skype, para tener mejor conexión con la familia». Ahora, siempre con energía, planea una segunda etapa del curso.
Una vida bien tecnológica
Savio ríe cuando explica su frustración por no poder charlar con los amigos de su edad de estos temas. «A veces estoy un poco perdido, tengo mi barrita de amigos con la que no puedo hablar de computación porque nadie entiende nada. Hablamos de cualquier cosa menos de esto. Cuando tengo algún problema, siempre consulto a algún chico de 20 años para intercambiar», señala.
Sus dos hijos y sus tres nietos tampoco siguieron la misma línea: «No les interesa demasiado y algunas cosas les enseño yo». Cuando tiene dudas sobre los programas que maneja, busca «tutoriales en YouTube o le pregunto al señor Google. Logro más cosas por maña que por sabiduría», asegura.
Juan Savio tuvo su primera computadora a fines de los 80s, y desde entonces sigue armando equipos y manteniéndose al día con los avancesJuan Savio tuvo su primera computadora a fines de los 80s, y desde entonces sigue armando equipos y manteniéndose al día con los avances
«Tengo un smartphone, tablet, Chromecast para ver Netflix, en casa no me falta nada. Tengo de todo. Voy tratando, soy jubilado y manejo la economía de forma muy estricta. Hace poco compré una nueva PC con un crédito Argenta. En total ya tengo 5 discos rígidos y 10TB de archivos. En una época me dediqué a armar máquinas y todavía me acuerdo cómo se hace». Su primera computadora, a fines de los 80s, fue una HP 41C, que todavía conserva. «La usaba para hacer cálculos», cuenta Savio, mientras trabajaba en el rubro de la construcción. Sobre las redes sociales, sin embargo, Savio tiene sus reparos: «Tengo Facebook e Instagram, pero la verdad que lleva mucho tiempo meterse en todo eso».
-¿Cuál es el mejor consejo que le podés dar a alguien que no tiene vínculos con la tecnología?
-Yo les digo siempre que se animen y que usen las máquinas como las usan los chicos. La persona mayor se acerca con las manos atrás. Los chicos, con las manos adelante. Eso tiene que cambiar. La mejor forma de aprender es probando.
Fuente: La Nación