Radiografía del joven conductor argentino: bebe y no conoce normas de tránsito

control alcoholemia jovenUn estudio realizado en la Argentina arroja que la mayoría de los jóvenes de 16 a 25 años sabe muy poco sobre las normas de tránsito y la educación formal recibida fue de manera esporádica. También admiten haber conducido bajo los efectos del alcohol al menos una vez aunque reconocen percibir el riesgo de esta situación.

Los integrantes de esa franja etárea afirman tener una conducta determinada sobre las normas de vialidad que fue adquirida por «costumbre», algo que actúa de manera casi inconsciente. Asimismo, entre las razones que llevan a la violación de estas normas, aparecen el ventajismo y el apuro. «Si nadie respeta, ¿por qué lo tengo que hacer yo?», es una las excusas que sostienen los entrevistados.

Además, si bien admiten tener una determinada percepción sobre los riegos, no tienen total conciencia de estos, ya que se rigen mediante principios que buscan el onanismo por sobre la realidad y la mayoría de los entrevistados coincidió en que, pese a haber participado en siniestros viales, principalmente durante salidas nocturnas, alguna vez condujeron en estado de ebriedad. 

En esa línea, uno de los participantes de la investigación afirma que «una persona debe estar borracho hasta la inconsciencia para no subir al auto, en caso contrario, debe hacerlo igual».

Según el estudio realizado por La Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), la Asociación Civil Alerta Vial y la empresa de seguros La Caja, el conjunto de la sociedad sin distinción de edad coincide en que, si bien conocen las normas básicas de tránsito, muchas veces las transgreden cometiendo determinadas imprudencias.

• Previa y salidas

La «previa» influye en el comportamiento de los jóvenes en la calle, ya sea tanto a pie como al mando de un vehículo. Este ritual se basa en reuniones que en general se llevan adelante los días viernes y sábados en casas de amigos. Allí coincide un grupo de personas para escuchar música e ingerir la mayor cantidad de alcohol posible para no consumir en los boliches, antes de partir rumbo a algún local bailable o punto de encuentro donde pasar la noche.

Los integrantes del grupo etáreo de 18 a 25, suele trasladarse en colectivo tras la previa y, en menor medida, lo hacen en automóvil y transporte privado, mientras que los menores de 16 a 18 años comparten la predilección por el colectivo y se movilizan en taxis y remises siempre y cuando reúnan un «grupo grande» de personas para poder pagar el servicio.

Otra característica de este ritual es que se realiza de noche, un momento percibido por los adolescentes como de desprotección, donde nadie respeta las normas de tránsito y ni se reciben sanciones por ello.

Por otra parte, pese al escaso conocimiento de las normas de tránsito, los entrevistados admiten recordar campañas viales aunque lo hacen de manera difusa y sin conceptos claros sobre el trasfondo del mensaje. Los participantes del estudio afirman que estas campañas «dan gracia», «no llaman la atención» y que están «mal realizadas». En contraposición, recuerdan aquellas que les causaron un «impacto» con «imágenes fuertes y corrosivas» y que presentan «situaciones cotidianas».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la mayoría de las muertes de jóvenes de entre 15 y 25 años, son causadas por lesiones en accidentes de tránsito y alertó sobre el aumento del consumo del alcohol entre estos.

(fuente: http://www.ambito.com/movil/noticia.asp?id=821446)

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