
(f) 17 de Mayo día mundial de la Hipertensión arterial.
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad controlable, de etiología múltiple, que disminuye la calidad y expectativa de vida. De una incidencia de alrededor del 40 a 50% en la población mayor de 50 años. La PA parece relacionarse en forma lineal y continua con el riesgo cardiovascular, aunque esta relación puede variar en distintas poblaciones. Una PA sistólica > 140 mm Hg, una PA diastólica >90 mm Hg, o ambas, esos valores se consideran el umbral para el diagnóstico.
Como dijimos el porcentaje de personas que padece esta afección es elevado, parte de la población NO sabe que es hipertensa, y, de aquellas personas que si lo saben y están tratadas, en el 50% de los casos no tienen sus cifras de TA en valores normales, a pesar de su tratamiento.
El riesgo global es mayor cuando la hipertensión se asocia con otros factores de riesgo o enfermedades, como ocurre frecuentemente (ej. Diabetes). Según los valores de PA, los pacientes se dividen en varias categorías según la siguiente tabla:
La concientización es una de las principales herramientas de la prevención, y en la HTA, la prevención puede permitir disminuir las devastadoras consecuencias de la misma (accidente cerebrovascular con secuelas invalidantes, infarto de miocardio, insuficiencia renal, entre las principales).
La consulta con su médico de cabecera es fundamental, los controles periódicos de la TA, son fundamentales para descubrir cifras anormales, y de esa manera actuar en cuestión. La HTA es muchas veces o siempre silenciosa, puede pasar desapercibida, razón por la que hay que ir a buscarla, recordando su alta incidencia en la población.
A modo de guía, se brindan algunas recomendaciones en general, denominadas no farmacológicas, que pueden ser de utilidad para prevenir el desarrollo de HTA, o en el caso de quienes ya son hipertensos pueden contribuir a un mejor control de la misma.
1.- Tratamiento no farmacológico de la hipertensión arterial
Consisten en disminuir el peso corporal si está aumentado, consumir menos sodio y más potasio, practicar regularmente ejercicios aeróbicos, beber menos alcohol y dejar de fumar. El cumplimiento ideal de estas medidas permitiría disminuir la PA sistólica en 5-10 mm Hg, que equivalen a un descenso promedio que se obtiene con la monoterapia medicamentosa.
a) Reducción del peso corporal: Existe una clara asociación entre el peso corporal y el PA. Una reducción de 4,5 kg disminuye en promedio 3,7 mm Hg la PA sistólica y 2,7 mm Hg la diastólica. El objetivo es mantener un IMC (1) de 18 a 25, para lo cual se recomienda una disminución moderada del aporte calórico, que permite perder no más de 0,5 kg/semana.- Conviene consumir menos carnes rojas y más carnes blancas (pechuga de aves y pescado de mar)
b) Reducción del consumo de sodio: Se indica un consumo diario de 2,4 g de sal que se consigue no agregando sal en la mesa, no consumiendo alimentos preelaborados, fiambres o embutidos de ningún tipo, quedos comunes (excepto los de bajo contenido de sodio), cremas, leches entera.
c) Incremento en el consumo de potasio: La dieta debe aportar aproximadamente 90 mEq diarios de potasio que se consigue fácilmente con verdura, hortaliza y frutas frescas. En general no es necesario añadir suplementos o ahorradores de potasio, salvo en caso de pérdida exagerada por tratamientos diuréticos, diarreas, vómitos.
d) Ejercicios físicos regulares: Los ejercicios aeróbicos regulares disminuyen la PA, el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad global. Se considera suficiente una actividad que genere un consumo de oxígeno del 40-60 % del máximo para cada individuo, lo que se consigue con 30-45 minutos de caminatas sostenidas por lo menos 3 veces por semana. Además ofrece beneficios adicionales sobre el matabolismo lípido (aumento del colesterol HDL y descenso de triglicéridos), incrementa la sensibilidad a la insulina y puede hacer más fácil dejar de fumar.
e) Disminución del consumo de alcohol: Si bien se acepta que cantidades reducidas de alcohol (720 ml de cerveza, 300 ml de vino o 60 ml de whisky) no aumentan la PA y parecen disminuir el riesgo cardiovascular, en cantidades mayores se correlaciona de manera lineal con el incremento de PA y puede provocar resistencia al tratamiento antihipertensivo. El alcoholismo aumenta el riesgo de accidente cerebro-vascular y es una de las causas más frecuentes de hipertensión secundaria “hábito-dependiente”, que se puede suprimir con la desensibilización del paciente.
f) Supresión del tabaquismo: El tabaquismo es un potente factor de riesgo cardiovascular. El riesgo de muerte se duplica en hombres fumadores menores de 65 años. Si se deja de fumar antes de los 35 años, el riesgo se iguala con el de los no fumadores. Cada cigarrillo que se fuma induce un incremento inmediato de la PA y de la frecuencia cardíaca, que dura aproximadamente 15 minutos, aunque no está aprobado que el tabaquismo crónico aumente la PA en forma sostenida. El tabaquismo aumenta el riesgo cardiovascular, por lo que se recomienda, en lo posible, no permanecer en ambientes donde hay fumadores o, al menos, asegurar una buena ventilación de esos ambientes.
2) Medidas de eficacia no definitivamente probadas
a) Suplemento de calcio: El aporte de calcio puede reducir la PA, aunque los efectos son exiguos. Se aconseja un aporte de calcio normal, que se consigue con los lácteos, aunque deberían consumirse descremados.
b) Disminuir el consumo de cafeína: La cafeína puede aumentar la PA como efecto inmediato, pero varios estudios epidemiológicos no han mostrado que el consumo habitual de infusiones cafeinadas o descafeinadas influya en la PA.
c) Micronutrientes: Se han ensayado numerosas sustancias antioxidantes (betacarotenas, vitaminas C y E, etc.) con resultados todavía inciertos. Sin embargo, como no está suficientemente probado que ello sea beneficioso, no se recomienda su utilización rutinaria.
d) Manejo de estrés, técnicas de relajación muscular, retroalimentación biológica: Todos estos métodos tienden a la sedación a través de la relajación muscular o el autocontrol de ciertos reflejos, con resultados inciertos. La psicoterapia puede estar indicada como estrategia complementaria para hipertensos con trastornos afectivos o de la personalidad (ansiedad, neurosis, etc.)
e) Grasas de la dieta: El aporte dietético habitual de grasas totales y la proporción de grasas saturadas/insaturadas influyen poco y nada sobre la PA. No obstante las personas con dislipidemias deben consumir menos grasas y colesterol, pues son factores de riesgo independientes de enfermedad coronaria.
(1) El índice de masa corporal (IMC) es una medida de asociación entre el peso y la talla de un individuo ideada por el estadístico belga Adolphe Quetelet, por lo que también se conoce como índice de Quetelet. Se calcula según la expresión matemática:
Fuente: Consenso Latinoamericano sobre Hipertensión Arterial
Trabajo preparado por el Dr. Martín Oliva dentro de nuestro Plan de Cuidados de la Salud.







