(f) La historia de la francesa está llena de sorpresas y cambios de rumbo. Así, de ser una familia de agricultores pasó a una empresa industrial, dio vida a uno de los utensillos más usados en la cocina y se convirtió en una de las marcas de autos más reconocidas. Su crecimiento, paso a paso
«Un restaurant con un pimentero que no sea Peugeot, no es un buen restaurant».
Así definen desde la automotriz francesa a uno de los productos que marcó el inicio de la compañía cuando pocos soñaban con un proyecto industrial, adelantándose con un invento que terminaría dando vida a la fábrica de autos.
Los primeros rastros que se registran de la familia Peugeot son de 1532, en Montbéliard, Vandoncourt. En su mayoría eran agricultores, pero también había artesanos y militares.
En 1734 nace Jean Pierre Peugeot, quien sienta las bases de un proyecto industrial hecho realidad en 1810, cuando sus hijos Jean Pierre II y Jean Frédéric producen la principal renovación económica de la familia convirtiendo el molino familiar de cereales de trigo heredado de los antepasados en una fundición de acero.
Los autos, todavía no eran parte de la historia de la marca. Pero a partir de entonces el acero laminado está presente en todos los productos Peugeot. Hojas de serruchos y diversas herramientas completan la gama de producción, llegando hasta los vehículos del León algunos años después.
Entre el café y la pimienta
Antes de las cuatro ruedas, en 1840, los molinillos de café conquistaron las cocinas y allanaron el camino a los mundialmente conocidos molinos de pimienta, que desde 1874 han fascinado por igual tanto las amas de casa como los cocineros más renombrados.
El éxito de su marca se pudo ver en todo el mundo. Y sirvió para enaltecer a la familia.
Así, en 1830, Jean-Pierre Peugeot viajó a Estados Unidos por un viaje de estudios. Durante su estadía se hospedó en la casa de uno de los grandes fabricantes norteamericanos. El anfitrión, orgulloso de su conocimiento y superioridad, quería demostrar la omnipotencia de la industria nacional. «Todo lo que existe en esta habitación, hasta lo más pequeño, es americano», afirmó en una oportunidad.
Pero Jean-Pierre, con calma, y tomando un pimentero que estaba sobre la mesa, replicó: «Todo excepto esto, que es francés y, además, tiene la marca de Peugeot».
Al igual que en el resto de los productos de la firma, el verdadero secreto del pimentero está en el interior, que ofrece una cuidadosa arquitectura mecánica.
La excelente calidad de los materiales le aseguró una en particular a los serruchos, que eran tan flexibles como resistentes. El tamaño de la molienda se ajusta por medio de un sistema de destornillador: puede ser gruesa para condimentar la comida hecha a la parrilla, o fino polvo para las salsas más delicadas.
El sistema, además, permite que la pimienta sea picada inmediatamente antes de su uso, en pequeñas cantidades, de manera que retenga todo su sabor y libere en el momento justo sus aromas y frescura.
En el extremo inferior del mecanismo llevaba la estampa del famoso León, la marca registrada desde 1850 que también se usa en los autos.
¿Por qué un León como imagen? Porque simbolizaba los atributos de todo lo que salía de la fábrica de la familia remitiendo a la resistencia de los dientes moledores, la flexibilidad de los filos y la velocidad del corte.
En sus inicios se eligierontres logotipos diferentes para representar cada gama de productos:
• Para la gama alta de productos usaba un león caminando sobre una flecha
• Para la gama media se utilizó una luna creciente
• Para la gama baja era una mano la representaba los modelos
A partir de los años 30 el león se convirtió en el único protagonista adaptándose a las necesidades publicitarias y comerciales de cada época, y con sutiles diferencias entre diferentes productos.
El gran paso
Cincuenta años después de dar vida a los pimenteros, Peugeot inicia su recorrido en el mundo de la «movilidad».
Así, lo primero que crea es una bicicleta con transmisión de cadena bajo el impulso de Armand Peugeot, hasta que en 1889 presenta el primer vehículo: el Serpollet, triciclo de vapor.
Tras la primera guerra mundial la automotriz muestra su interés de democratizar el automóvil con el Quadrilette. Luego llega el tiempo de los vehículos que llevan como nombre un número de dos cifras, hasta que en 1929 nace el 201, primer vehículo con la numeración de tres cifras.
El modelo sirve como punto de partida para el lanzamiento de la primera gama de vehículos nuevos Peugeot:
• 301 en 1932
• 401 y 601 en 1934
La denominación de los modelos con números obedece a la siguientes fórmula: el primer número de la cifra completa hace referencia a la familia de vehículos, sus medidas en la gama.
El segundo número, que es sistemáticamente un cero, corresponde al hueco bajo el radiador, abajo de la parilla, donde se ubicaba la manija para arrancar el motor. También simboliza el vínculo que une las cifras que pertenecen a la misma familia.
El último número indica la generación del modelo según el momento en que surgió.
Los productos se fueron sucediendo con la numeración como muestra del crecimiento. Al 2 como inicio de la serie le sucedieron los vehículos con el 3, 4, 5 y 6. Y luego se agregó un cero más como símbolo del crecimiento hacia otros segmentos: los monovolumen 3008 y 5008; el 4008, nuevo integrante para el segmento SUV y el futuro 2008, un cross over para competir con los más chicos con Ford EcoSport y Renault Duster.
A partir de entonces la marca comienza una carrera que finalmente la terminan encausando en el camino que hoy la encuentra como una de las automotrices más reconocidas del mundo, que también ofrece bicicletas y scooter.
Su presente en la Argentina
Mientras en Europa atraviesa algunos problemas que la llevarían a la restructuración de la empresa, en la Argentina la marca vive uno de sus mejores momentos.
Peugeot prevé patentar este año 100.000 unidades, lo que permitiría a la filial local de la automotriz posicionarse como el cuarto mercado del mundo para el negocio global de la compañía, detrás de Francia, China y Gran Bretaña.
Detras del objetivo de fortalecer el «camino hacia la alta gama» se esconde una estrategia de renovación de productos y lanzamientos que prometen ubicar a la firma entre las líderes. Y la tendencia del mercado contribuye.
Los resultados en los patentamientos son prueba de ello. En los primeros ochos meses del año, según datos de ACARA, la marca creció 21 por ciento.
«En el segmento de los particulares crece más la alta gama que el segmento de los autos chicos. Porque ahí, en la alta gama, es donde más se concentra el consumidor de oportunidad o de resguardo de dinero», explica Gabriel Cordó Miranda, CEO de la automotriz.
Además, logra una importante participación en los segmentos con mayores ventas del mercado: con el 208 superó las 3000 unidades, mientras que el 207 sigue fuerte en el segmento de entrada de gama. Así, entre los dos casi suma 5000 unidades.
Entre los medianos, el 308 y el 408 también se posicionan como referentes, logrando el liderazgo del segmento que más crece en 2013.
En cuanto a los SUV, también de gran demanda en el mercado local, en pocas semanas estará a la venta el nuevo 4008, para competir con vehículos como Ford Kuga y Volkswagen Tiguan.
Así, la marca tiene grandes ambiciones para lo que viene, pensando en un gran éxito, como con la historia de los pimenteros.
(fuente: IProfesional.com POR GUILLERMINA FOSSATI – 16/9/13)