Obesidad una enfermedad difícil de asimilar

(f) Desde el Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravena advierten cuáles son los mecanismos psicológicos que desarrolla el obeso y que dificultan su recuperación

Vivimos en una sociedad en la que se impone un estereotipo de delgadez que no puede faltar a la hora de convertirse en una persona exitosa, poderosa, admirada, reconocida. Esta característica representa algo así como el pasaporte a la mismísima felicidad.

Es la misma sociedad la que crea alimentos cada vez más adictivos para fomentar el consumo y, del mismo modo, y simultáneamente ofrecer desde operaciones hasta zapatillas para adelgazar. Son estas dos industrias, la del engorde y la del adelgazamiento, las que ejercen daño psíquico y físico sobre la persona.

Es evidente que el obeso y la sociedad donde habita padecen de la misma contradicción, a partir de la cual se puede entender por qué la obesidad ha sido declarada pandemia y por qué las adicciones en general se imponen en este siglo como nunca antes.

Desde el Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravena indican que el obeso desarrolla en exceso dos mecanismos, el de negación y el de adaptación. Son estos los que dificultan la toma de consciencia y posibilitan que el paciente no perciba la enfermedad que padece en su real dimensión.

¿Que niega? El tamaño de su cuerpo, el vínculo adictivo con la comida y la dependencia que le genera, lo que come, las consecuencias del engorde y la influencia de la enfermedad en su estilo de vida.

De este modo, se adapta a vivir con dificultades físicas, a cambiar el talle de ropa, a la incomodidad de no entrar en un asiento de avión o en otros lugares convencionales, al estrago que produce sobre su persona este vínculo.

Estos mecanismos sirven para poder soportar la angustia que le provoca el engorde, la dependencia que le genera la comida y, fundamentalmente, para postergar la decisión de tratarse.

Sin embargo, como contraposición a esto, vive deseando la delgadez por sobre cualquier otra cosa en su vida. Quiere comer sin sentirse limitado por una dieta y quiere estar flaco al mismo tiempo, es esta la contradicción a la que se somete el obeso permanentemente. Hay un precio que se niega a pagar, algo hay que poder perder: el exceso de comida o el cuerpo que quiere tener.

(fuente: IProfesional.com – 10-11-13)

 

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