(f) La disposición, que revolucionaría la seguridad automotriz, regiría dentro de tres años. Los reguladores elaboran una norma que exigiría que los vehículos nuevos puedan “conversar”.
Los reguladores de Estados Unidos están elaborando una norma que exigiría que todos los vehículos nuevos puedan “conversar” entre sí usando tecnología inalámbrica, que el Departamento de Transporte dijo reduciría significativamente los accidentes en las carreteras del país y aliviaría la congestión del tráfico. La disposición, que revolucionaría la seguridad automotriz, regiría dentro de tres años.
Una norma que obligaría a la aplicación de tecnología de comunicación vehículo a vehículo debería entrar en vigor antes de que el presidente Barack Obama deje su cargo a comienzos de 2017, dijeron ayer funcionarios del departamento.
“Cuando estas nuevas tecnologías estén adaptadas en toda la flota, los resultados serán una revolución para la seguridad en las rutas”, dijo David Friedman, administrador interino de la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico en Carreteras (NHTSA, por su sigla en inglés) del Departamento de Transporte. Los detalles de la implementación aún no se conocen.
Ordenar el uso de tecnología que alguna vez perteneció a la ciencia ficción “allanará el camino para la penetración de mercado de aplicaciones de seguridad vehículo a vehículo”, dijo el Departamento de Transporte en un comunicado.
“La tecnología V2V permite que los vehículos en la carretera intercambien datos de seguridad básicos, como velocidad y posición, a una tasa de 10 veces por segundo. Este intercambio de información podría ayudar a evitar o reducir la gravedad de un 80% de las colisiones que ocurren cuando el conductor puede reaccionar”, dijo la NHTSA.
“Piensen en todas las situaciones diarias en que esta tecnología podría ayudar; cuando la gente llega a un cruce de cuatro direcciones, manejando detrás de un camión (…) o cuando te cambias de carril y un vehículo queda en tu punto ciego”, dijo el secretario del Transporte Anthony Foxx en una conferencia de prensa.
“Estos datos no incluyen detalles personales sobre el conductor o el vehículo”, dijo el departamento.
“Los vehículos o un grupo de vehículos pueden ser identificados a través de un procedimiento definido solo si existe la necesidad de corregir un problema de seguridad”, advirtieron desde el Ministerio.
El anuncio se conoce en momentos en que la NHTSA termina un análisis de datos reunidos durante el programa piloto de un año de la tecnología V2V en Ann Arbor, Michigan. Esos hallazgos, así como una estimación preliminar del costo de la tecnología, serán publicados en las próximas semanas.
Aislados
La industria del automóvil emplea bastantes recursos en la mejora del confort y la seguridad de los vehículos pero por muchos sensores y circuitos que tenga un coche, este es un ente aislado del medio que lo rodea (otros vehículos o las señales de tráfico). Pensando en aumentar la seguridad y, por tanto, minimizar el número de accidentes, el Departamento de Transportes de Estados Unidos subvencionó una interesante investigación del Instituto de Investigación del Transporte de la Universidad de Michigan en la que exploran la posibilidad de que un coche pueda informar a otro sobre lo que está sucediendo o las señales de tráfico que hay, de manera que los vehículos (y los conductores) puedan actuar de manera proactiva ante cualquier dificultad o, incluso, evitar accidentes.
La idea es dotar a los coches de una familia de sensores y la capacidad de emitir una señal de radio, de tal forma que puedan enviar mensajes a otros vehículos que estén en su rango de acción e, incluso, enviar y recibir señales a los equipos de tráfico (radares, semáforos, etc). Con este esquema, por ejemplo, si el coche de adelante frena bruscamente, avisará a los vehículos de alrededor con una alerta, suficiente como para que podamos frenar y evitar un choque múltiple.
Esta investigación, con una dotación de fondos de 14,9 millones de dólares, ya está en fase de realizar pruebas de campo y medir la efectividad de esta tecnología con pruebas a gran escala. De hecho, hasta ahora se han realizado, con éxito, pruebas en las que un coche se aproximaba a un cruce (sin regulación por semáforos) a alta velocidad y gracias a que la posición (y velocidad de crucero) se monitoreaba mediante un GPS, avisar al resto de vehículos que se acercaban a la intersección para que pusiesen atención o avisar a los semáforos de la zona que cambiasen su estado para evitar un accidente en el cruce.
El equipo de la Universidad de Michigan llegó a un acuerdo con ocho fabricantes de automóviles para así poder estandarizar esta tecnología (con algunos lleva trabajando desde 1995). Para las pruebas que se van a realizar, los fabricantes aportarán 64 coches con los equipos de medida, transmisión y recepción de señales de radio, escenario que se completará con 2.900 coches normales a los que se les ha equipado de sensores y el sistema de transmisión.
Con esta planta de vehículos, los investigadores quieren reclutar a personal del campus para realizar estas pruebas reales.
La idea es llegar a unos resultados que permitan a las autoridades estadounidenses certificar esta tecnología para que, de esa forma, pueda introducirse en el mercado durante los próximos 10 años. General Motors, sin ir más lejos, es optimista con esta tecnología: “Creemos que esto será una realidad en un futuro muy cercano”. Al igual que Honda: “Somos conscientes del potencial que tiene esta tecnología y su aporte a la seguridad. De hecho, hasta la propia administración federal estadounidense, que financia el programa, es bastante optimista con los resultados y su aplicación industrial”.
Esta tecnología tiene el potencial para convertirse en un punto de inflexión que cambie la seguridad de los vehículos y sus ocupantes. Los investigadores de la Universidad de Michigan han combinado una comunicación entre vehículos y entre vehículos e infraestructuras que podrían evitar accidentes en un 80% de los escenarios posibles.
(fuente: http://www.unoentrerios.com.ar – 4/2/14)