La penetración del seguro continúa siendo baja en América

A pesar de ciertas mejoras, la incidencia del seguro en la sociedad latinoamericana no alcanza los niveles deseados. Cuáles son las razones. Cómo es la situación en cada país.

A pesar de la mejora en los perfiles de crédito soberano regionales, de la amplia oferta de seguros a través de diversas líneas de negocio, y del alto grado de apertura y competitividad de muchos de los mercados de seguros de la región, la penetración de la industria aseguradora en América Latina sigue siendo significativamente baja.

Así lo refleja la calificadora Moody´s quien en su reciente informe señala que como el desarrollo del mercado de seguros (representado por ‘la penetración del seguro’ en relación al PIB de cada país, y por ‘la densidad de seguros’, medida por las primas por habitante, en la evaluación del Ambiente Operativo de seguros de Moody’s) es determinante de la solidez y estabilidad del sector, el limitado desarrollo de los mercados de seguros de América Latina por lo tanto tienen en general un impacto crediticio negativo considerable.

Del informe se desprende que entre los países de la región, Chile se destaca, no sólo por su posición única de calificación de deuda soberana en un nivel de Aa, sino también como el país de la región con la mayor penetración de seguros (4% en 2012, en comparación con un promedio de aproximadamente 3 % en la región, y 7% + en mercados más desarrollados del resto del mundo) y primas per cápita (por encima de USD 600 en 2012, en comparación con un promedio de menos de USD 300 en la región, y más de USD 2,000 para mercados más desarrollados), en gran parte debido a la magnitud y madurez de su sector privado de pensiones, y al sólido marco regulatorio e institucional de ese país.

Mood’y cree que la baja penetración de los seguros en América Latina se explica por cuatro realidades fundamentales: En primer lugar se debe a la gran disparidad de ingresos y riqueza en la mayoría de los países, y la preponderancia demográfica de los sectores pobres y de menores ingresos. En segundo, hay una baja concientización de la utilidad de los seguros como medio de protección.

Otro de los aspectos fundamentales es la falta de incentivos fiscales significativos en la mayoría de los países; y por último, el limitado desarrollo y difusión de préstamos financieros, los cuales son un importante motor de crecimiento de los seguros en economías más desarrolladas.

Según el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, en su informe de 2012 «Estado de las Ciudades de América Latina», la brecha de riqueza en América Latina sigue siendo la mayor del mundo, siendo los ingresos del 20% más rico de la población, en promedio veinte veces mayores a los ingresos del 20% más pobre. Sin embargo, el informe señala una tendencia positiva para la región de cara al futuro, como resultado de una disminución del ritmo de la explosión demográfica en áreas urbanas, y un creciente énfasis por parte de planificadores urbanos en la mejora de la equidad, la sostenibilidad y la calidad de vida.

No obstante, Mood’y destaca que entre los sectores más ricos de la población y las empresas, la compra de seguros para propiedades o automotores es a menudo ignorada, con la excepción de las coberturas obligatorias, como responsabilidad civil contra terceros y coberturas de riesgos del trabajo. Aunque los préstamos financieros han crecido de manera significativa, impulsando a las instituciones prestamistas a requerir la compra de un seguro para proteger las garantías del préstamo (a menudo se venden a través de sus filiales de seguros), el volumen de estos negocios continúa siendo marginal dentro de las economías y mercados de seguros de América Latina, dada la todavía limitada penetración de los préstamos hipotecarios residenciales.

Igualmente, la calificadora remarca que “el mercado de seguros en Latino América se ha expandido y ha madurado significativamente en los últimos años, y en nuestra opinión deberían continuar con esa tendencia dada la combinación de condiciones macroeconómicas ampliamente favorables, la estabilidad política reinante, la expansión de la clase media, el desarrollo de proyectos de infraestructura y programas de industrialización, y la mejora en los marcos regulatorios”.

(fuente: http://www.buenafuente.com/nota.aspx?id=1963)

 

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