Si te dejás llevar por el deseo, es muy probable que no hagas elecciones inteligentes. Por eso, será útil que armes tu presupuesto y estés atenta a ciertos estímulos peligrosos, como los «grandes» descuentos y el uso excesivo de la tarjeta de crédito. Pautas para cuidar tu economía.
Cuando realizamos una compra, tenemos que tener en claro cinco cosas:
1 – ¿Qué es lo que quiero comprar?
2 – ¿Cuánto estoy dispuesta a gastar o a pagar por eso?
3 – ¿Estoy segura del gasto que estoy por realizar?
4 – ¿Realmente lo necesito?
5 – ¿Existe algún sustituto que me pueda brindar la misma satisfacción pero más económica?
Si nos dejamos llevar por el deseo, terminamos comprando mal o comprando algo innecesario. Muchos profesionales tienen la idea de que una compra nunca debe efectuarse ante el primer estímulo.
Hay que intentar realizar gastos despojados de cualquier impulso, las compras impulsivas son las peores. Realizamos compras inteligentes cuando quedamos satisfechos con la adquisición en el tiempo.
¿Los descuentos son una trampa?
La política de descuentos en supermercados y grandes cadenas de artículos de consumo masivo debe tomarse con precaución. Antes de meterte en un “descuento” tomá en cuenta cinco advertencias:
1 – Leé la letra chica. No olvides el Costo Financiero Total (CFT) que todo pago con tarjeta de crédito tiene (aproximadamente 5% anual).
2 – Relevá bien los precios. No siempre el lugar que tiene mayor descuento termina mejorando el precio respecto a otro lugar con menor descuento.
3 – Evaluá qué compras merecen estudios más profundos y cuáles no para evitar la “paranoia de los descuentos”.
4 – No compres de más. Las ofertas 2 x 1, la segunda unidad a un 70% genera que realicemos compras que no estaban pensadas y el descuento termina saliendo caro.
5 – Programá las compras e informate sobre ofertas para obtener los mejores precios del mercado optimizando nuestro dinero.
¿Cómo diferenciar un gasto de una inversión?
A la hora de comprar algo, es vital saber si estamos por realizar un gasto (necesario, innecesario) o una inversión. Generalmente, los gastos no permiten incrementar el patrimonio familiar, se consumen y no permiten generar riqueza. En cambio, la inversión genera riqueza y nos permite incrementar y mejorar nuestro patrimonio.
Debemos tener claro cuándo estamos gastando y cuándo invirtiendo en cada repartición de dinero que hacemos, además de realizarlas en base a nuestras posibilidades. Comprar una casa, una computadora o tomar clases de inglés; en el mercado hay de todos los valores y debemos analizar con mucho cuidado si la inversión/gasto por realizar es acorde a nuestras posibilidades.
Cómo se elabora un presupuesto
Nuestro presupuesto de ahorro se debe confeccionar en base a estas preguntas:
1 – ¿Cuál será mi ingreso?
2 – ¿Qué porcentaje quiero ahorrar?
3 – ¿Cuáles son mis gastos frecuentes?
4 – ¿Qué gastos puedo modificar o ajustar?
5 – ¿Qué gastos innecesarios puedo prescindir?
6 – ¿Qué inversiones puedo realizar para obtener mejores ingresos?
7 – ¿Cualquier optimización del dinero?
Hacer el ejercicio de armar esta planilla es fantástico, te darás cuenta que podés llevar una mejor economía y obtener mejores beneficios del dinero sin realizar grandes esfuerzos.
Pautas para controlar tu dinero
* Separar el monto de ahorro que nos fijamos el primer día de cobro de ingresos. Y luego separar el dinero que necesitamos para cubrir los gastos necesarios.
* Administrar el dinero que se utiliza para hacer pagos y compras durante el mes en forma separada (ejemplo: usar una cuenta bancaria especial para ahorrar).
* Monitorear las tarjetas de crédito de cerca en relación a los consumos efectuados. Tener presente la posición consolidada (¿cuántas cuotas nos faltan?). Es muy común que olvidemos en qué gastamos y que no conozcamos el cierre de las tarjetas de crédito. Para evitar sorpresas, debemos tener control de los gastos.
* Evitar débitos automáticos en servicios: nos despreocupamos de mirar el consumo efectuado y se pierde control.
* Evitar el pago mínimo en las tarjetas de crédito: generan el pago de altos intereses. Es preferible pagar una tarjeta con otra sin deuda si no es posible afrontar el vencimiento o analizar cancelarlo con un préstamo personal con mejor tasa.
* Comprar “cash” o con tarjeta de débito (control de consumo) y evitar las compras en cuotas con tarjeta (nos financiamos pero perdemos el control de los gastos).
¿Cómo calculamos el % de ahorro?
Primero debés analizar los ingresos, los egresos y ver qué podés mejorar. La primera vez que lo hagas, el porcentaje del ahorro quedará al final determinando la capacidad real de ahorro:
Ingresos – Egresos = Capacidad de ahorro
Según el caso, la capacidad de ahorro puede ser positiva o negativa; cada uno ajustará su realidad con sus objetivos.
Ahora que sabés en qué gastás tu dinero y a cuanto asciende tu capacidad de ahorro, tenés dos formas de determinar el monto a ahorrar:
1 – Al azar. Simplemente, ahorramos lo que quedó:
Ingresos totales – Gastos necesarios – Gastos innecesarios = AHORRO (en este caso el resultado puede ser positivo o negativo, es decir,si no gasté todo el dinero pude ahorrar)
2 – Con un plan. Analizar la composición de tus ingresos y gastos necesarios e innecesarios, realizando ajustes en todos aquellos gastos prescindibles. Luego, podés asignar un porcentaje de tu ingreso que destinarás al ahorro. Debe ser un valor que se pueda sostener y requiera de cierto esfuerzo.
Ingreso mensual – monto de AHORRO = el monto final lo asigno primero a los gastos necesarios y luego, a los innecesarios.
La diferencia de ambos métodos, es muy clara. Si se basa en el azar, el ahorro no tiene prioridad y no es un valor predecible en el tiempo. Con un plan, me aseguro un control de gastos, y la prioridad del ahorro es real, ya que se construye a la inversa (primero ahorro, luego gasto).
Fuente: Por Leonardo Rocco, presidente de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.