
Los patentamientos están lejos de recuperarse, luego de que en enero se registrara el peor nivel en once años. En el sector sienten que la devaluación no se tradujo en beneficios: generó una suba generalizada de los valores en el mercado interno y no impulsó exportaciones por un Brasil en crisis.
Tras un enero verdaderamente negro para la industria automotriz, en el que se registró el peor nivel de ventas en más de una década, febrero está confirmando lo que los funcionarios del Gobierno más temían: que el mercado se quedó con lo peor de la devaluación y que las medidas a favor del sector están alcanzando para revertir la tendencia negativa.
Sucede que las terminales todavía no habían logrado recuperarse del mal arranque de este 2016 que ahora deben prepararse para asimilar otro mes para el olvido.
Según datos adelantados a iProfesional, en febrero los patentamientos vienen cayendo a un ritmo cercano al 10% respecto al mismo período de 2015.
Puesto en números, la previsión de ventas con la que está trabajando la industria, faltando pocos días para el cierre del mes, se mueve en un rango de entre 39.000 y 40.000 unidades.
Considerando que en febrero de 2015 se habían comercializado 43.000 vehículos, esto implica que los patentamientos se encaminan a experimentar una caída de entre el 6 y el 10% frente a igual lapso del año pasado (ver cuadro).
El dato cobra más trascendencia si se considera que, además de tratarse del peor registro desde el 2009, esta contracción se suma al duro revés que la industria había sufrido en enero, cuando las ventas tocaron el nivel más bajo desde 2005.
A primera vista, la débil performance de esta rama de actividad clave para la industria nacional va en dirección contraria al combo de medidas favorables con las que avanzara el macrismo.
La parcial eliminación del “cerrojo” a las importaciones, la supresión del tope a la entrega de dólares por parte del Banco Central y los grandes cambios al “impuestazo” a los autos de alta gama –vía reducción de alícuotas y subas de las bases imponibles-, en el plano teórico implicaron un cambio positivo en las reglas de juego.
El fin de las restricciones y el adiós a la “cuotificación” a la entrega de divisas, sumado a la revisión de un gravamen que derivó en grandes desfasajes de precios y hasta faltantes, para muchos permitía presagiar un 2016 en la senda de la recuperación.
Sin embargo, en la práctica, nada de esto se tradujo hasta el momento en mayores ventas. Y esto está vinculado a dos factores principales: la devaluación y la suba de precios.
En diálogo con iProfesional, un alto directivo de una automotriz de origen asiático reconoció que los precios se convirtieron en la principal variable que hoy está afectando el nivel de ventas.
“Desde fines de diciembre hasta comienzos de febrero, el mercado en general registró fuertes subas en los valores al público, especialmente en el segmento de autos chicos y más económicos, que son los que mueven el mercado”, apuntó.
“Muchos de los compradores que se inclinan por los modelos más baratos suelen llegar al 0Km con un importante esfuerzo. Algunos clientes firmaron un boleto en diciembre y se encontraron con que en enero o febrero los precios les habían subido entre 10% y 20% y, en algunos casos, eso truncó las operaciones”, completó.
Según un relevamiento realizado por iProfesional, prácticamente todas las marcas generalistas avanzaron con fuertes ajustes en sus listas de venta al público.
En el caso de Volkswagen, la versión más económica del Gol Trend hoy cuesta $172.400, casi $30.000 por encima del valor que exhibía en diciembre pasado, es decir, un salto cercano al 20% en apenas dos meses.
Renault también remarcó los precios de su modelo entrada de gama: el Clio Mio. Una de las versiones más económicas cotizaba a $139.000 según el último listado del 2015. Sin embargo, ahora esa misma versión cuesta $166.000, casi 20% más.
En tanto, aquel comprador que hoy opte por un Citroën C3 deberá prepararse para desembolsar $238.000, unos $37.000 por encima de lo que debería haber pagado por dicho modelo a fines del año pasado.
El siguiente cuadro permite apreciar las fuertes subas de precio que sufrieron los 0Km de diferentes categorías:
El problema es que a estas subas hay que adicionarle el salto del 50% promedio que experimentaron los 0Km a lo largo del año pasado.
Este encarecimiento generalizado del mercado automotor pegó en los diferentes segmentos y dejó a prácticamente todos los modelos más lejos de los bolsillos de los argentinos.
Así por ejemplo, hace exactamente un año, con menos de $130.000 era posible acceder a distintas versiones de autos generalistas, como el Renault Clio Mio, el VW Gol Trend, el Chery QQ, los Fiat Palio y Uno o el Peugeot 207.
El problema es que hoy ya no es posible acceder a ningún 0Km con esos billetes en la mano.
Desde las propias automotrices ya venían anticipando que iba a llevar un tiempo hasta que los compradores se acomodaran a los nuevos precios. El punto central es que la escalada no se detiene y sigue sin encontrar su techo.
El origen de esta disparada obedece a tres factores principales:
- La inflación, que acumula un alza del 10% sólo en los últimos tres meses, según el relevamiento del Congreso.
- La devaluación de más del 50% desde la salida del cepo, que encareció el valor de insumos dolarizados (como chapas y plásticos) así como también de las autopartes que, en promedio, son un 70% importadas en el caso de los 0Km nacionales.
- La falta de stock hasta tanto se normalicen las compras al exterior, variable que funciona como un amortiguador que impide una estabilización de los precios.
Así, los autos con precios «nuevos» hoy contrastan con los salarios desactualizados, que no han parado de perder poder de compra en términos reales.
Una devaluación, pocos beneficios
“Los años con fuertes correcciones cambiarias nunca han sido buenos para el sector automotor”, advirtieron desde la consultora Economía & Regiones.
Así las cosas, para las terminales es un hecho que el salto del dólar no sólo no las benefició sino que, en el corto plazo, las terminó perjudicando:
- En el plano de las ventas domésticas, la devaluación no hizo más que encarecerles la matriz de costos, con fuerte impacto en los precios.
- A nivel exportaciones, no se está traduciendo en mayores ventas porque Brasil, el principal mercado para la Argentina, sigue sumido en una grave recesión que está provocando un desplome de la demanda.
“Cuando se devalúa es normal que se retraiga un poco la demanda doméstica, hasta que se acomoden los precios. Pero esta caída se suele compensar con más exportaciones. El problema es que este año la grave crisis económica que sufre Brasil, sumada a la devaluación del real, están derrumbando las operaciones”, completó el directivo.
Enero, de hecho, fue un mes crítico: la nación vecina, que solía adquirir el 50% de toda la producción nacional, sólo importó 2.800 unidades, un nivel comparable a lo que se le vendía allá por 2003, cuando la industria argentina recién se estaba rearmando tras el colapso de la crisis que puso fin a la convertibilidad.
Según informaron desde ADEFA, la entidad que nuclea a las compañías del sector, diez de las once automotrices instaladas en el país vienen de implementar recesos o paradas en el ritmo de producción.
“La situación en Brasil es complicadísima. Están muy sobrestockeados de autos y están importando muy poco. Esto obligó a casi todas las terminales de nuestro país a tener que frenar drásticamente el ritmo de fabricación”, señaló Gonzalo Dalmasso, economista de Abeceb.
Según las últimas proyecciones de Anfavea, el mercado brasileño se encamina a comercializar 2,1 millones de autos, 200.000 menos que la última previsión publicada hace apenas dos meses.
Sin embargo, la gravedad de la crisis brasileña cobra toda su magnitud al poner esta cifra en perspectiva: en 2013 se llegaron a vender en ese país 3,7 millones de unidades. Es decir que, en tan sólo tres años, se destruyó un negocio de 1,6 millón de autos.
Un año con forma de «v»
Entre las automotrices hay convencimiento de que, hasta tanto no se normalice el ritmo de la oferta y hasta que no se actualicen los salarios, el ritmo de ventas no se recuperará.
“Todas las medidas con las que avanzó el Gobierno, todas las señales positivas que le dio a la industria, todavía no se plasmaron en más patentamientos porque hay un efecto arrastre de una situación que en realidad viene del año pasado”, señalaron desde la marca asiática.
“Hoy hay terminales que están registrando demoras en la entrega de dos o tres meses por falta de stock. Muchos clientes se enojan y no entienden que normalizar la oferta lleva meses. Recién para fines de abril, una vez que se cursen todas las órdenes de compras y se despachen los embarques, se va a ir resolviendo este problema”, indicó el directivo.
Así, como en muchas otras ramas de actividad, en la industria automotriz también se preparan para un año en forma de «v”, con un primer semestre en declive y una segunda parte más positiva, de la mano de generalización de las mejoras salariales.
Sin embargo, nada hace prever una recuperación de las ventas: 2015 había finalizado con 643.000 vehículos patentados y, para este año, Abeceb prevé un nivel cercano a las 590.000 unidades.
Es decir que se estima una baja cercana al 8%, nivel que sólo podrá ser superado si se controla la inflación y no se vuelve a disparar el tipo de cambio.
En el plano externo, Brasil seguirá dando la nota: con real débil, la destrucción de puestos de trabajo y con niveles de consumo en baja, la Argentina sólo podría colocar allí unas 170.000 unidades, quedando muy atrás los buenos años en los que supo exportarle más de 400.000 vehículos, tal como había ocurrido en 2011.
“La recesión de la nación que preside Dilma Rousseff, cuyo PBI volvería a contraerse en 2016, impide que la producción y exportación de la industria automotriz mejore. Esto terminará poniéndole un ´ancla´ a todo el sector manufacturero nacional”, advirtieron desde E&R.
Fuente: http://www.iprofesional.com/notas/227948-Febrero-otro-duro-mes-para-automotrices-suben-los-precios-no-hay-stock-y-las-ventas-de-0Km-caen-casi-10




