
(f) Tarde piaste. Generalmente, cuando oímos una queja, pedido de auxilio o justificación algo tardíos, de manera que resulta prácticamente imposible atender, solemos utilizar irónicamente el dicho tarde piaste, integrado por el adverbio de tiempo y el participio del verbo «piar». En realidad, en el propio sentido de este verbo está contenido el significado del dicho, sobre cuyo origen se manejan varias versiones, aunque se coincide en lo más esencial: su significado.
Una de las versiones habla de un par de estudiantes gallegos que, en ocasión de jugarle una broma a un tercero, apostaron a quién de los tres se atrevía a tragar un huevo cocido, de un solo trago. Aceptada la apuesta, los dos pícaros pusieron dos huevos cocidos y uno crudo, que se encargaron de dar al incauto. Este tomó el huevo y en el momento de pasar por la garganta del joven, el pollito pió, lo que hizo que aquel exclamara… ¡tarde piache! (forma gallega de decir ¡tarde piaste!).
Otra versión señala que la frase tuvo orígen en un soldado que, al tragarse un huevo empollado, oyó piar al polluelo.
La expresión tiene su antiguedad, ya que en el Quijote de la Mancha (capítulo LIII del Quijote) se pone la expresión en boca de Sancho Panza. Siempre con el mismo sentido en que actualmente se utiliza.




